De Cachemira al Jungfrau, la meca del turismo indio

Cuando, en 1893, el empresario Adolf Guyer- Zeller, fascinado con la belleza del macizo del Jungfrau, comenzó su proyecto de construir un ferrocarril que llevara al incipiente turismo hasta su cumbre, "loco" fue el más amable de los calificativos que le dedicaron los lugareños.

La terraza del Sphinx, en el Jungfrau.
La terraza del Sphinx, en el Jungfrau.

Cuando, en 1893, el empresario Adolf Guyer- Zeller, fascinado con la belleza del macizo del Jungfrau, comenzó su proyecto de construir un ferrocarril que llevara al incipiente turismo hasta su cumbre, "loco" fue el más amable de los calificativos que le dedicaron los lugareños. Sin embargo, a principios del siglo XX los elegantes caballeros y damas se asomaban al mirador abierto en la temible pared norte del Eiger, perforada para albergar una de las estaciones intermedias excavadas en la roca. Y en 1912, muerto ya su impulsor, llegaba el primer tren hasta la estación de Jungfrauhoch. Sin embargo, lo que ni siquiera el señor Guyer- Zeller podría haber predicho es que, cien años después, su ambicioso tren convertiría al Jungfrau en una meca del turismo indio. La culpa fue de Bollywood, la industria del cine indio, que introdujo el mito del Jungfrau en la mente de millones de espectadores al utilizar los Alpes suizos como escenario para varias de sus películas, en sustitución de las montañas de Cachemira, inaccesibles debido al conflicto bélico entre India y Pakistán. Desde que Sunny Deol, el Tom Cruise indio, se lanzó desde la cumbre del Jungfrau en la película Hero, sus compatriotas acuden en masa para ver con sus propios ojos este mítico escenario, donde se ha abierto el primer restaurante indio de los Alpes, llamado, por supuesto, Bollywood, para satisfacer la proverbial morriña culinaria del turista de aquel país.

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