
Un crucero por Egipto, la tierra de los faraones (mucho más allá de Tutankamón)
Descubre este país a través de un crucero por el río que dio vida a la civilización más antigua del mundo y déjate sorprender por la maravillosa ciudad de El Cairo.
Ningún otro país del mundo permite aunar, en un mismo viaje, tantas facetas distintas. Como piezas de un puzle que encajan perfectamente, un recorrido por Egipto conjuga la visita a monumentos milenarios de la que fue la civilización más antigua del mundo; el lujo de un crucero fluvial por el río que dio vida a ese fascinante imperio; un lago artificial de más de 5.000 Km2 con islas que albergan monumentos faraónicos trasladados para salvarlos de las aguas.

Además, podremos descubrir una enorme capital llena de contrastes, en la que conviven modernidad y tradición, con bazares que parecen anclados en el pasado, mezquitas, madrasas y un caótico tráfico.
Un crucero aventurero
El crucero fluvial por el Nilo permite relajarse con las comodidades de un barco de 5 estrellas a la vez que disfrutar de la vida de los pueblos situados en sus orillas.

Como si se tratara de una película, vemos campesinos trabajando la tierra o transportando los productos en sus mulas, niños jugando al salir de la escuela, pescadores en sus barcas o mujeres lavando la ropa mientras tomamos un té con pastas cómodamente sentados en cubierta.
La imperial Tebas
En la actual ciudad de Luxor y sus alrededores se hallan los principales monumentos de la que fuera, durante siglos, capital del Imperio Egipcio: Tebas. En la ribera occidental del rio, por la que se pone el sol, la Necrópolis, con los colosos de Memnon, el Valle de los Reyes con las tumbas de los faraones y el de las Reinas, con el templo funerario de la Reina Hatshepsut.

En la orilla oriental, la de la vida, ya que por ella sale el sol, dos grandes y magníficos templos: Luxor y Karnak, unidos por una impresionante avenida de más de dos quilómetros con esfinges y estatuas con cabeza de carnero a ambos lados.
Templos en las orillas
Entre Luxor y Aswan, el barco se detiene para que podamos conocer dos hermosos templos en las orillas del rio. El templo de Edfú, dedicado al Dios Horus, el de cabeza de halcón, con una sala que aún conserva el techo original y el de Kom Ombo, consagrado a Sobek, el dios con cabeza de cocodrilo, que aún conserva columnas con los brillantes colores que adornaban todos los templos.
La gran presa de Asúan
En Asúan, ciudad situada junto a la primera catarata del Nilo, podremos admirar el dique de la presa de igual nombre, finalizada en 1970 con el objetivo de controlar las crecidas anuales del Nilo y que dio origen al enorme lago Nasser.

Una lancha nos acercará hasta la isla artificial sobre la que se alza el templo de Philae, uno de los principales santuarios de la diosa Isis, que fue desmontado pieza a pieza de su ubicación original y vuelto a montar en el lugar que ahora ocupa para evitar que quedara sumergido por las aguas del embalse. Sin duda, nos encontramos ante uno de los templos más hermosos de Egipto.

Otro atractivo de la estancia en Aswan es efectuar un paseo en faluca, la tradicional barca a vela del Nilo, alrededor de la isla Elefantina, situada en medio del rio.
Abu Simbel
Tal como ocurrió con el templo de Philae, los templos de Abu Simbel, tanto el dedicado a Ramsés II como el de su esposa Nefertari hubieron de ser trasladados para salvarlos de las aguas. En este caso la obra fue mucho mayor, faraónica, podría decirse, por el tamaño de ambos templos y porque hubo que construir una colina artificial ya que ambos estaban excavados en la roca.

Las fachadas de ambos edificios son impresionantes. Las cuatro enormes estatuas sedentes de Ramsés II y los seis colosos de la fachada del templo de Nefertar’, cuatro dedicadas al Faraón y las dos restantes a su esposa justifican, con creces, que estemos ante un monumento Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Pirámides y maravillas arqueológicas
Una vez llegados al Cairo, la visita tal vez más obligada es a las Pirámides de Guiza. Cercanas a la capital, las pirámides de Keops, Kefren y Micerinos siguen asombrando a quienes las contemplan. En el mismo recinto, la esfinge de Keops asombra con su belleza serena e inmutable, pese a los desperfectos causados por el tiempo y los humanos.

Por su parte, el Museo Egipcio muestra estatuas, pinturas, relieves y elementos funerarios entre los que destacan, especialmente, las salas de Tutankamón, con los tesoros que se encontraron en su tumba, y la de las momias, donde reposan los restos momificados de importantes faraones.
Capital moderna
La megalópolis del Cairo es una enorme ciudad moderna. Afortunadamente para el visitante, los puntos de interés, como la ciudadela de Saladino con la mezquita de alabastro, el mercado de Khan el Khalili o el Barrio Copto se hallan relativamente cercanos entre ellos, en el centro histórico.

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