Albania, la Europa escondida: del Ojo Azul al único río salvaje del continente

Abierto a los viajes desde principios de este siglo, altas montañas, ríos salvajes, lagos de aguas tranquilas y playas de ensueño hacen de este pequeño país un paraíso para el ecoturismo. 

¿Qué sabes de Albania? Unas pinceladas de un país por descubrir para muchos.

Berat, Albania.
Berat, Albania. / Istock / RossHelen

Albania, después de una dictadura férrea, abrió sus puertas al turismo en los albores del siglo XXI. Nada se conocía en Europa de este país balcánico. Este aislamiento ha provocado que todavía se encuentren allí lugares históricos y espacios naturales en buen estado de conservación, lo que permite plantear modelos nuevos de recuperación y protección del patrimonio y la biodiversidad, desarrollando un turismo responsable y sostenible.

Es cierto que el urbanismo masivo e invasivo está llegando a la costa, especialmente a la denominada Riviera albanesa, pero aún quedan lugares de naturaleza desbordante y aislados que bien merecen una visita. Las declaraciones de Patrimonio de la Humanidad son pocas, pero muy interesantes, como las ciudades de origen turco de Berat y Gjirokaster o el Parque Nacional de Butrinto protegiendo un excepcional sitio arqueológico de la época romana. También destacan sus importantes ciudades y puertos como Durrës en el Adriático y Vlorë en la Costa Jónica. Y por supuesto Tirana, la capital, que poco a poco va cambiando su semblante hacía una ciudad alegre y culta.

Mapa de Albania.

Mapa de Albania.

/ Álvaro Planchuelo

Los Balcanes de la Paz

Una de las mejores excursiones en Albania es la que recorre en barco el lago Koman hasta el embarcadero de Fierzë y de allí acceder por carretera de montaña al Parque Nacional Valbone. Navegar por el Koman es espectacular, y aunque es un lago artificial, sus paisajes son impresionantes. En Valbone estamos en el corazón de los Alpes albaneses, en la parte sur de los Alpes Dináricos, llamados aquí las Montañas Malditas por ser refugio de rebeldes en las guerras albanesas.

Ojo Azul, Albania.

Ojo Azul, Albania.

/ Álvaro Planchuelo

Bosques de pinos y abetos mezclados con extensos bosques de hayas rodean las laderas de imponentes moles de rocosas de calizas y dolomías con huellas de antiguos glaciares. Los más intrépidos pueden seguir desde Valbone a pie hasta Theth en una jornada de alta montaña de unas siete horas y desde allí volver en transporte hasta Skhodër o Tirana. Y para los que gusten de los caminos largos existe el Balkan Peaks Trail, ruta que recorre el futuro Parque Transfronterizo Balcanes de la Paz que unirá los parques nacionales y reservas del norte de Albania, Montenegro y Kosovo formando el mayor espacio natural de los Balcanes para la protección del águila real, el lobo gris, el oso pardo y el lince balcánico, especies algunas de ellas en peligro crítico de extinción.

Cañón de Langarica.

Cañón de Langarica.

/ Álvaro Planchuelo

El río salvaje

Si lo que el visitante busca es paz y tranquilidad, nada como el lago Ohrid, declarado parque nacional en ambas orillas del este de Albania y del suroeste de Macedonia del Norte. En los bosques de hayas cercanos a los Montes Jablanica se desarrolla gran parte del programa de recuperación del lince balcánico con un resultado incierto. 

Viviendas en la ciudad de Berat.

Viviendas en la ciudad de Berat.

/ Álvaro Planchuelo

Y para bellezas naturales escondidas hay que acercarse al Ojo Azul, laguna de aguas turquesas cristalinas rodeada de bosques frondosos. Pero, sin duda, la joya de la conservación es la reciente declaración del Parque Nacional del Río Salvaje Vjosa. Este río, que nace en Grecia en los Montes Pindo, recorriendo Albania cerca de 200 kilómetros hasta su salida al mar en Vlorë, está considerado como el único río salvaje de Europa (excepto los de Rusia) libre de embalses y explotaciones mineras. Mantiene en buen estado sus riberas y afluentes, albergando 1.100 especies distintas de animales en ocho tipos de hábitats distintos. 

Lago Koman.

Lago Koman.

/ Álvaro Planchuelo

Sus zonas más atractivas discurren por el Cañón de Langarica cerca de Petran, los meandros del curso medio y el paisaje protegido de la laguna de Nartes, paraíso ornitológico en el delta de la desembocadura. Por ello ha sido declarado como el primer parque nacional de “ríos salvajes del mundo”.  

Síguele la pista

  • Lo último