Laguna 69, Áncash

Los lagos y las imponentes montañas se dan la mano en estos hermosos lugares de los Andes

/ Emilie Ristevski

La auténtica aventura peruana se vive en Áncash

Descubre la región peruana de Áncash y vive una aventura llena de adrenalina mientras disfrutas del contacto con la naturaleza.

Conquistar las emocionantes cumbres andinas siguiendo los caminos que un día recorrieron los incas, dando así forma a su imperio, o descubrir la sorprendente cultura prehispánica que dejó su huella en los picos más altos de Perú, son solo algunas de las experiencias que vivir entre las imponentes cordilleras Blanca y Negra. Ante ellas, se abren paso lagunas de aguas turquesas reflejando el esplendor de este sobrecogedor paisaje andino como si de una extensión del cielo se trataran.

Nos encontramos en la región peruana de Áncash, al norte de Lima (capital del país), y nos disponemos a conectar con los Andes peruanos y su historia milenaria.

Nevado Vallunaraju, Áncash

Nevado Vallunaraju, Áncash

/ Mountain Legacy

El camino ha sido largo, pero llegar hasta aquí tiene su merecida recompensa para los escaladores, los apasionados del senderismo o, simplemente, para los amantes de la naturaleza. Porque sí, éste es uno de los mejores lugares del planeta para disfrutar, en todo momento, de inolvidables vistas paisajísticas, como la que ofrece el camino de Santa Cruz, la caminata de la Laguna 69 o la de la Cordillera Huayhuash, reconocida como la segunda cordillera tropical más alta del planeta.

Alcanzar la cúspide de Perú en la Cordillera Blanca

Para llegar hasta el punto más alto de Áncash, debemos dirigirnos a la Cordillera Blanca, donde los inmensos picos vestidos por nieves perpetuas superan los 6.000 metros de altitud. Allí, donde casi podemos alcanzar el cielo, se extienden frondosos valles regados por lagos, ríos y cascadas de aguas cristalinas. En sus encantadores pueblos es posible mezclarse con la inmutable vida andina.

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Descubre las maravillas de Perú

/ Caroline Brundle Bugge / ISTOCK

VENTE DE VIAJE

Situado a los pies de los desafiantes nevados de la Cordillera Blanca se ubica el Parque Nacional Huascarán, con reseñables especies como el oso de anteojos o el cóndor andino. Su gran biodiversidad lo llevó a ser declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 1985. Para conocer el origen del nombre de este espacio de naturaleza desmesurada, debemos alzar la vista hasta la montaña Huascarán, traducida del quechua "Nevado sobre el pueblo de Huashco". Con una altitud de 6.768 metros es la más alta de los Andes peruanos. Entre sus maravillas se encuentra la quebrada de Llanganuco, una laguna de origen glaciar que ocupa 548 km².

Cordillera blanca, Áncash

Cordillera blanca, Áncash

/ Promperú

El Valle del Santa, también conocido como Callejón Huaylas, marca el angosto y alargado camino entre las Cordilleras Blanca y Negra siguiendo el curso del río Santa, nacido de la laguna Conococha, a 4.050 metros sobre el nivel del mar. Se trata de una de las rutas utilizadas por el Imperio inca, aunque mucho antes fue cuna de la cultura Chavín, desarrollada entre el año 1200 y 400 a.C. Para comprender este interesante legado, el complejo arqueológico Chavín de Huántar contiene el lanzón monolítico, una escultura de cinco metros de altura clavada en un antiguo templo que representa al ídolo sagrado de la etnia huari. El sitio arqueológico Wilcahuain, igualmente situado en el Callejón Huaylas, acoge otros restos arqueológicos prehispánicos de la cultura huari con los que profundizar en el periodo del Horizonte Medio.

Trek de Santa Cruz, Áncash

Trek de Santa Cruz, Áncash

/ J. Vallejo / Promperú

De las montañas al mar

La región de Áncash está bañada por el océano Pacífico, por lo que goza de una variada geografía perfecta para satisfacer todos los gustos. En la costa podremos visitar el importante puerto de Chimbote y bañarnos en las calmadas playas de Casma, una ciudad rodeada de importantes sitios arqueológicos, como Chanquillo, Mojeque o Sechín.

A pesar de su escarpado paisaje, llegar a Áncash no resulta tarea difícil, tan sólo hay que tomar un autobús o conducir durante ocho horas hasta Huaraz, la capital de la región. Desde ella, el viaje a las montañas llevará otra hora más. 

También es posible volar desde Lima hasta Huaraz para acortar así el trayecto. Eso sí, hacerlo entre los meses de mayo y septiembre garantizará un mejor clima.

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