10 lugares que debes conocer para decir que has recorrido Alemania

Cuna de toda clase de artistas, el país de la cerveza, motor de la economía y la industria del continente, aunque tocada por algunas épocas muy oscuras como la Segunda Guerra Mundial y el tercer Reich de Hitler. Así es Alemania, un país en constante movimiento, siempre entre tradición y modernidad, entre pasado y presente; uno de los destinos más elegidos por los viajeros para pasar unos días, repleto de sitios curiosos. Pero, ¿lo conoces realmente? Estos son los 10 lugares que debes haber visitado para decir con certeza que has recorrido Alemania.

Con este romántico itinerario podrás disfrutar de los pueblos más medievales y encantadores de la zona de Baviera. El punto de partida es Würzburg, una ciudad universitaria que destaca por su proximidad al río, su vino blanco, su fortaleza Marienberg y su castillo Residenz; y finaliza en Füssen, un pequeño pueblo a los pies de los Alpes.

En el camino nos encontraremos con varios castillos (Wertheim, Baldern, Brattenstein, Neuschwanstein...), ciudades imperdibles (Schwangau, Augsburgo, Rotherburg ob der Tauber...) y muchos más lugares que merecen la pena. Son 460 kilómetros que pueden hacerse entre 3 y 10 días y que recorre un total de 29 ciudades y pueblos.

Aunque evoque oscuridad, es la parte más montañosa y campestre del territorio. Este nombre tan misterioso se debe a que los romanos temían la densidad de sus bosques y los secretos que encerraba para ellos. Imponentes cascadas, lagos en cuyas aguas se reflejan los árboles, elevados picos... Lo que los romanos no llegaron a ver fue los preciosos pueblos que habitan tras toda esta naturaleza.

La mitad de la región pertenece a dos parques naturales, Reserva de la Biosfera por la UNESCO; mientras que la otra mitad está conformada por pueblos de lo más atrayentes, como Friburgo de Brisgovia o Triberg, el pueblo de los relojes de cuco. Todos estos lugares parecen sacados de un cuento clásico, incluso se han rodado películas como 'Charlie y la fábrica de chocolate' en Gengenbach.

Siguiendo la línea de pueblos de cuento aunque en el polo opuesto del país, está la ciudad de Bremen, la meta de los músicos de Bremen hace más de dos siglos. La vida está ligada por completo a la cultura. El centro es un atractivo arquitectónico en sí mismo, con la histórica plaza Marktplatz, la Catedral de San Pedro, el Ayuntamiento o la estatua de los músicos.

Es una ciudad universitaria, aunque de tamaño bastante pequeño en comparación con otras del entorno. Aun así, los vestigios se perciben en todos los rincones donde hay tabernas, restaurantes, bibliotecas, discotecas... Además, es la tercera ciudad europea en el uso de bicicletas y ciudad de la aeronáutica y la industria automovilística.

Sobre todo desde su caída, el Muro de Berlín es uno de los monumentos más importantes de Alemania y de la historia del siglo XX. Por 28 años dividió la capital en dos partes, separando a cientos de familias: República Federal Alemana (control estadounidense, francés e inglés) y República Democrática Alemana (control soviético).

Surgió como una medida provisional por parte de la RDA para dejar de perder población, pero acabó siendo una pared de hormigón de cuatro metros de altura. Escapar era misión imposible, pues estaba vigilado las 24 horas del día, aunque muchos lo intentaron y su viaje acabó en la "franja de la muerte" o en prisión.En 1989, miles de personas se concentraron en los puntos de control y cruzaron al otro lado. A partir de entonces comenzó la caída.

Federico el Grande, rey de Prusia hasta 1786, eligió este lugar como ciudad de veraneo, por lo que está repleta de rimbombantes salones y jardines. Además, merece la pena pasear por el centro y avistar el Barrio Holandés, el Palacio de Sanssouci, el Palacio Nuevo, la Casa China, el Puente de los Espías; o alejarse un poco más y ver el Mercado Antiguo, la Puerta de Brandemburgo o el Palacio de Orangerie.

Cuentan también con los estudios de cine más antiguos de la historia, los Estudios Babelsberg, fundados en 1911. Aquí se han grabado grandes películas de todos los tiempos como 'El Gran Hotel Budapest', 'Malditos bastardos' o 'El puente de los espías'. Es por ello que Postdam alberga la academia cinematográfica más antigua y grande de Alemania y el museo Filmmuseum Postdam.

Es una de las ciudades más bonitas del país, llena de historia, cultura y arte. Su centro está coronado por un impresionante ayuntamiento de estilo neogótico en la Marienplatz, donde se coloca uno de los mejores mercadillos navideños de Europa. Cerca está el mercado más popular, Viktualienmarkt, con todo tipo de productos, desde flores hasta cerveza. Y hablando de cerveza, aquí podemos encontrar algunas de las mejores cervecerías de Alemania.

También alberga algún campo de concentración visitable como el de Dachau, unas puertas que imitan las que allí había en la época medieval, la Catedral de Nuestra Señora, la iglesia de Asam, el Museo BMW para los amantes de los coches o el Olympiapark, un extenso parque donde se celebraron los Juegos Olímpicos de 1972. Otra visita obligada es a las tres pinacotecas: la Antigua, la Nueva y la de Arte Moderno.

Aunque la ciudad entera sea digna de visita, lo más llamativo e importante es su catedral: la más grande de estilo gótico en el norte europeo y el edificio más alto del mundo entre 1880 y 1884. Sobrevivió a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, pese a estar ubicada en pleno centro, aunque sufrió algún daño en las bóvedas de la nave central y del crucero norte cuya reconstrucción duró once años.

Se construyó sobre los restos de un templo medieval que se incendió en 1248, cuatro meses antes de que el arzobispo Konrad von Hochstaden colocara la primera piedra. Se inauguró por fin más de 600 años después. Esta catedral superaba con creces el tamaño de otras de la época y tomó como ejemplo la arquitectura gótica francesa en lugar de la alemana. Desde 1996 es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

A parte del Muro, es el monumento más representativo de la capital alemana. Berlín, la capital más vibrante de Europa, tuvo en sus inicios 18 puertas de entrada y esta es la única que se mantiene en pie, construida entre 1788 y 1791. Actualmente está en el centro de la ciudad debido a que en 1920 se acordó que se unirían 7 ciudades, 59 pueblos y 27 municipios. Ha sobrevivido a la invasión de Napoleón que se llevó la Cuádriga con la diosa de la paz a París, al triunfo nacionalsocialista, al Muro...

El diseño se inspiró en la Acrópolis de Atenas. Tiene cinco entradas separadas por seis columnas dóricas y los tres pasajes centrales solo podían atravesarlos miembros de la realiza. En 2002 se cerró el paso a todos los vehículos. A los lados de la gran Puerta se edificaron la Casa Liebermann y la Casa Sommer, concebidos como edificios gemelos.

Ha sido elegido como la ciudad más bonita de Alemania. Es la llamada ciudad de la belleza y la cultura, pues alberga preciosos lugares como los Tres Grandes (Zwinger barroco, Ópera Semper y Frauenkirche), la Terraza Brühl, el Palacio de la Residencia o los del Elba, la Ciudad Jardín de Hellerae o la Virgen Sixtina de Rafael. Además de doce museos dedicados a las Colecciones de Arte del Estado, la Filarmónica, teatros, festivales internacionales...

Es conocida como la Florencia del Elba, por estar llena de joyas barrocas y rococós. Tuvo que reconstruirse después de la Segunda Guerra Mundial, pero se hizo de manera fiel al estilo original y aún se conservan algunos edificios de su época. Esto unido a la tradición artística hace que algunas zonas sean una mezcla entre modernidad y tradición, como Kunsthofpassage, el pasaje de los patios artísticos. Además, es uno de los destinos más bonitos para disfrutar de la Navidad.

Muy cerca de la Puerta de Brandemburgo se construyó este "Monumento memorial a los judíos asesinados en Europa" entre 2003 y 2005. Es una construcción sobria, de 2.711 bloques de hormigón de varias alturas que simulan una especie de laberinto. Hay también un centro de información cuya visita comienza con un poco de historia relativa a la política exterminadora del gobierno nazi y experiencias reales de familias. En una de las salas más impactantes aparece frente a nuestros ojos grandes paredes con los nombres y los años de nacimiento y muerte de las víctimas.

Esta parada obligatoria de Berlín para algunos es emocionante, mientras que para otros resulta feo, incluso de mal gusto. Sea como fuere, lo mejor es comprobarlo con tus propios ojos y, así, decir que has recorrido Alemania.