Christiana, el barrio autogobernado de Dinamarca

Ponemos rumbo a Copenhague para disfrutar de uno de sus barrios más pintorescos, un espacio en el que viven en torno a mil habitantes que se gestionan de forma independiente con respecto al estado danés. Bienvenidos a Christiana.

Lo primero que debe saber el viajero es que, pese a la mala fama que ha tenido este barrio autogobernado de Dinamarca (que está lejos de ser uno de los barrios más peligrosos del mundo), es un lugar seguro. Cada vez más, gracias al esfuerzo de sus vecinos y de las autoridades danesas. Pero eso, lo veremos un poco más adelante.

Los orígenes de Christiana

Debemos remontarnos al siglo pasado, más concretamente a la década de los 70. Por aquellos entonces, en la zona del puerto de Christianshavn el ejército danés abandona un terreno militar y los vecinos de la zona empiezan a usarlo como espacio de juegos infantil. Los dinamizadores locales empiezan a estudiar los diferentes usos que se podría dar al espacio y el movimiento político holandés Provo promulga que el espacio debe ser utilizado para realizar diferentes actividades comunales, tal y como sucede en el barrio holandés de Ruigoord.

Un grupo de personas acaban ocupando los terrenos y se funda Christiania. A pesar de que el gobierno ha intentado expulsar a los vecinos en varias ocasiones, en 1989 se promulgó la Ley que transfiere parte de la supervisión al estado danés, y, por tanto, el asentamiento sigue en pie mientras se va avanzando en su legalización.

Peligros en Christiana

Lo que en su día nació como un barrio autogobernado pronto se convirtió en una especie de Bronx. La calle principal, llamada Pusher Street (la calle del vendedor de drogas), no deja lugar a dudas. Allí, entre sus tramos de asfalto y de adoquines descubrimos bares, tiendas de artesanía y centros culturales. Ahora bien, antaño era el lugar en el que la gente hacía acopio de drogas blandas. No en vano, Christiana era conocido como el green district.

Otro problema que siempre ha sobrevolado Christiana es su condición de asentamiento ilegal. En 2012, los vecinos compraron gran parte de los terrenos del barrio (que son en total unas 34 hectáreas) con el propósito de seguir manteniendo una activa vida comunal. Y ese espíritu hace que tanto las casas como los terrenos no pertenezcan a personas individuales, sino al colectivo. Hoy en día, las personas que habitan en el barrio pagan un alquiler comunitario que se establece en función de las dimensiones de la casa. 

Qué hacer en el barrio más pintoresco de Copenhague

Las cosas han ido cambiando desde hace dos décadas y la calle Pusher se ha ido desmantelando. El lugar que antes ocupaban vendedores de estupefacientes hoy lo ocupan galerías de arte, tiendas de artesanía y muchos locales de restauración. De hecho, son muchos los habitantes de Copenhague que se desplazan hasta este distrito para comer, ya que los precios son casi la mitad que en otras partes de la ciudad debido a que no hay impuestos.

Lo que el viajero no va a poder disfrutar, o al menos de manera ‘legal’, es de un recorrido turístico por Christiana, porque desde hace pocos años la comunidad decidió prohibirlos al sentirse expuestos. De cualquier manera, la entrada es libre y puedes recorrer la zona por tu cuenta sin ningún problema. Una manera excepcional de conocer el verdadero hygge danés en el barrio autogobernado de Dinamarca.