Un fin de semana en Copenhague: una de las ciudades más felices del mundo
Los ecos de los cuentos de Hans Christian Andersen resuenan en los rincones de esta colorida ciudad llena de canales, amiga de la bici y del buen vivir.
Copenhagen es una de las capitales de Europa más bonitas, podrás disfrutar de todo tipo de actividades mientras paseas por las calles de un verdadero cuento de hadas. Con 3 días a lo mejor no te da tiempo a verlo todo, pero sí podremos conocer un poco de esta maravillosa ciudad a la que, con total seguridad, querremos volver.
Día 1
Por agua
Una primera toma de contacto con la ciudad puede ser desde el agua, haciendo un recorrido en barco si el tiempo acompaña por los canales. Se puede coger el barco desde Nyhavn, el famoso paseo marítimo con sus casitas de colores, o cerca de Christianborg y ver desde esta perspectiva la Ópera, la biblioteca The Black Diamond y la famosa escultura de La Sirenita. Continúa a través de los canales de Christianshavn, llenos de casas flotantes y bordeados de edificios antiguos. Y come en algunos de los restaurantes flotantes de la ciudad, como el Christianshavn Boat Rentals and Café, justo enfrente de la estación de metro de Christianshavn.
En bici
Cambiamos ahora mismo de medio de transporte y cogemos la bicicleta, la mejor manera de explorar los barrios de Copenhague. Se puede pedalear por el hipster Nørrebrø, por el distrito gastronómico Meatpacking o por el elegante Frederiksberg.
De tardeo
La mejor manera de terminar la tarde es en Refshaleøen, el antiguo distrito industrial reconvertido en una de las zonas de moda de la ciudad, con centros de arte contemporáneo, destilerías, bares y hasta grúas desde las que los más atrevidos pueden hacer bungee jumping.
Día 2
Del palacio al castillo
Empezamos el día sumergiéndonos en la historia de la ciudad con las visitas al palacio de Amalienborg, residencia de la reina, y a Rosenborg, el castillo renacentista de 400 años de antigüedad situado en pleno pulmón verde de la ciudad, en los Jardines del Rey. Amalienborg consta de cuatro palacios rococó alrededor de una plaza, dos abiertos al público. Se puede ver el cambio de guardia todos los días a las 12:00.
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Unos sándwiches
Es el momento de probar el smørrebrød, uno de los platos más característicos de la cocina danesa. Se trata de rebanadas de pan centeno que se toman con arenques, rosbif… Algunos lugares donde tomar estos sándwiches abiertos son el popular Aamanns, el restaurante Kronborg o Schønnemann, uno de los restaurantes más antiguos de Copenhague.
Tarde en los Tívoli
Visitamos la atracción más popular de Dinamarca. Los Jardines Tívoli son el segundo parque de atracciones más antiguo del mundo y desde el 19 de noviembre se engalanan de espíritu navideño. Tras subirse a sus montañas rusas uno puede terminar la tarde dando un corto paseo a través Rådhuspladsen hasta el distrito comercial. Strøget es el nombre de la gran calle peatonal de las tiendas.
Día 3
Un barrio especial
Nos vamos despidiendo de Copenhague visitando uno de sus lugares más fascinantes: la Ciudad Libre de Christiania. Lo que se inició como un experimento social en los años 70, hoy sigue siendo un barrio parcialmente autogobernado de unos 1.000 residentes. En él se pueden visitar cafés y restaurantes, mejor con un guía local, y si se va sin él, es recomendable no apartarse de las zonas más concurridas.
Las mejores vistas
La Torre Redonda, construida en el siglo XVII, es el mirador histórico de Copenhague. Se trata del observatorio en funcionamiento más antiguo de Europa y hoy sigue siendo utilizado por astrónomos aficionados. Una vez en la cima, tras subir su rampa en espiral, las vistas de Copenhague son espectaculares. También lo son desde la cercana torre de Christianborg, en la sede del parlamento danés, a la que se puede subir gratis.
En la ciudadela
Una última visita a uno de los mejores lugares al aire libre de la ciudad, Kastellet. En esta Ciudadela en forma de estrella puedes dar un paseo por el parque que rodea la antigua fortaleza y disfrutar de una taza de café en uno de sus bancos con vistas al puerto. En días soleados, se puede ver hasta la vecina Suecia.
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