Este pueblo desconocido para los turistas es elegido el más bonito de Italia: te lo enseñamos

Siempre hay un secreto más que descubrir en el país de la pasta y las Vespas.

Ronciglione.
Ronciglione. / Travel Photography/iStock

Lejos de los destinos turísticos más aclamados de Italia como Roma, Nápoles o Puglia, u otros menores pero igualmente aclamados como Positano, Portofino o Vernazza, emerge un rincón olvidado por muchos pero bendecido por la esencia de la historia, uno de esos lugares que mantienen la esencia y el ritmo de lo cuidado y lo local: Ronciglione. Este pueblo, en las sombras de la fama, ha logrado un triunfo notable al alzarse con el codiciado premio Il Borgo dei Borghi (Pueblo de los pueblos), un honor que la RAI otorga anualmente.

La resiliencia del tiempo: Ronciglione, un centro histórico inalterado

Ronciglione, a pesar de su anonimato en el mapa turístico, guarda un tesoro invaluable en su centro histórico, un laberinto de callejones y plazas que ha desafiado las embestidas del tiempo desde los días medievales. El mérito de este pueblo, cuyo nombre no resuena con la misma frecuencia que otros, reside en el hecho de que ha preservado su esencia como un relicario del pasado.

Un pueblo medieval con mucho encanto

Un pueblo medieval con mucho encanto

/ Istock / Lilly Sunshine

Un diamante en bruto, pulido por la historia y enmarcado por la geografía única que lo abraza. Con una población modesta de alrededor de 8,600 habitantes, esta localidad se convierte en un santuario silencioso de tradiciones antiguas y calles que respiran el eco de siglos pasados.

Entre bosques y cráteres olvidados

Ronciglione, a las afueras de Viterbo, se encuentra anidado en las laderas del antiguo cráter de Vico, un recordatorio geológico de la historia tumultuosa de la región. Rodeado por un bosque de hayas que susurran secretos ancestrales, el pueblo se erige como una pintura viva en el lienzo de la naturaleza.

Dentro de su casco histórico, la Catedral de Ronciglione se yergue como un monumento ineludible, erigido en 1671 en honor a San Pedro y Santa Catalina. Sus muros, testigos mudos de la devoción de generaciones pasadas, narran historias entrelazadas con la vida cotidiana de este rincón toscano. Cada piedra de la catedral es un capítulo, cada vitral un poema que resuena en los corazones de aquellos que se aventuran a descubrir la riqueza cultural que Ronciglione guarda celosamente.

Un pueblo sobre el cráter de un volcán

Un pueblo sobre el cráter de un volcán

/ Istock / Lilly Sunshine

En las sombras del olvido, Ronciglione ha tejido su propia narrativa, un relato de resiliencia y belleza que ha resistido los embates de la indiferencia turística. Aunque su nombre quizás no sea tan familiar como otros destinos en Italia, su presencia en la lista de los pueblos destacados demuestra que, a veces, la verdadera joya se encuentra en la sutil elegancia de lo inesperado.

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