El lago de las medusas doradas: el lugar más fascinante de Micronesia

A muchos les puede dar pánico nadar en un mar lleno de medusas, pero ese es el principal atractivo de la isla Eil Malk.

Las medusas doradas danzan desde el amanecer hasta que se oculta el sol.
Las medusas doradas danzan desde el amanecer hasta que se oculta el sol. / Istock / Shalamov

Bajo las cristalinas aguas del Lago de las Medusas ('Ongeim'l Tketau' en palauano) habitan estos animales que horrorizan y fascinan a partes iguales. La gran particularidad de estos pequeños animales marinos de Eil Malk -una pequeña isla despoblada perteneciente al archipiélago de Palaos en Micronesia- es que son completamente inofensivos. La especie predominante (Mastigias papua etpisoni) tiene un color muy particular similar al dorado que llama la atención de todo aquel que visita la zona. Además, hay otra especie (Aurealia aurita) también inofensiva que es transparente con tonos rosas, azules o morados.

El Lago de las Medusas, en el centro de la isla.

El Lago de las Medusas, en el centro de la isla.

/ Istock / Norimoto

Este no es el único lago con estas características. Sin embargo, sí es el único que está abierto al público -y es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO-, cosa que le ha causado más de un problema medioambiental. En el año 2005 alcanzó el máximo histórico de medusas con 30 millones, pero dos años después ese número descendió a 5 millones. Poco a poco, amenazado por el cambio climático y el aumento de temperatura del agua, la población diezmó hasta casi desaparecer en 2016, cuando se cerró al público. Al año siguiente, un estudio desveló que, aparte del evidente cambio climático, los compuestos de las cremas de protección solar habían dañado considerablemente el ecosistema, igual que ha ocurrido en otras zonas del planeta.

Una medusa dorada con tonos rosáceos

Una medusa dorada con tonos rosáceos

/ Istock / iSpawn

Reapertura con nuevas normas

El hecho de que la picadura sea indolora e imperceptible ha provocado que se genere en torno al precioso lago de 400 metros de largo y 30 de profundidad un gran número de excursiones centradas en el buceo que han dañado el entorno. Aun así, el año 2019 es el del optimismo. El gobierno, muy concienciado con la causa medioambiental, se encargó de que así fuera y en 2018 había en torno a 630.000 medusas. Entonces, el lago volvió a recibir visitantes. Pero con nuevas normas.

Con tal de conservar el medio, ahora es obligatorio firmar un certificado por el que los visitantes se comprometen a proteger la isla. Estas nuevas normas son: no llevarse recuerdos marinos, apoyas las comunidades locales, no alimentar a los peces y tiburones, no arrastrar las aletas por los corales, respetar las costumbres de Palaos, no tocar ni pisar ninguna especie silvestre, no coger frutas ni verduras, no ensuciar, empaparte de la cultura local y no fumar en áreas restringidas. Además, el buceo ya no está permitido, solo se puede nadar con guías especializados y, antes de entrar al agua, se debe vaciar la arena de los zapatos y bolsillos. El protector solar, por supuesto, está prohibido.

Un grupo de medusas nadando cerca de la superficie.

Un grupo de medusas nadando cerca de la superficie.

/ Istock / Ifish

Las medusas doradas parece que absorben el color del sol. Al amanecer, sobre las seis de la mañana, nadan hacia la luz con la salida del sol. Los rayos atraviesan el agua y hacen que los animales se vean con reflejos de tonalidades rosas, amarillas, moradas, azules... No se detienen, con su movimiento hipnótico similar a una danza, hasta el mediodía, cuando el sol se sitúa en el punto más alto. Al atardecer, las medusas siguen al sol y vuelven a la orilla occidental donde comenzaron el día, a la espera de que la luna se esconda para poder comenzar su ciclo otro día más.

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