¿Por qué están empeorando las turbulencias en los aviones en todo el mundo?
Aviso a navegantes: abróchense los cinturones.
En el inmenso azul, donde los aviones surcan las corrientes de aire como barcos en el mar, existe un fenómeno que ha estado ganando protagonismo en las últimas décadas: las turbulencias. Lo que solía ser un encuentro ocasional con movimientos bruscos en la cabina se está convirtiendo en una experiencia más frecuente y preocupante para los pasajeros en todo el mundo. ¿Qué está causando este aumento en la intensidad y frecuencia de las turbulencias aéreas, y qué significa esto para el futuro de los viajes en avión?
El enigma de las turbulencias: volar entre corrientes de aire
Las turbulencias aéreas, esos repentinos y desagradables sacudones que pueden causar molestias e incluso lesiones a los pasajeros, son el resultado de complejas interacciones entre corrientes de aire en la atmósfera terrestre. Desde turbulencias de montaña hasta turbulencias convectivas, cada tipo de turbulencia tiene su origen en diferentes condiciones meteorológicas y puede presentarse de manera impredecible durante el vuelo. Sin embargo, es la llamada turbulencia en aire claro la que ha estado ganando notoriedad en los últimos años. A diferencia de otras formas de turbulencia que pueden ser detectadas y evitadas, la turbulencia en aire claro es invisible tanto para los radares a bordo como para los controladores de tráfico aéreo, lo que la convierte en un desafío particularmente peligroso para la seguridad de los vuelos.
El vínculo con el cambio climático: un mundo en transformación
La causa detrás del aumento en la intensidad y frecuencia de las turbulencias aéreas parece ser el cambio climático. Según un estudio de la Universidad de Reading, “la turbulencia severa en aire claro ha aumentado un 55 por ciento desde 1979 sobre el Atlántico Norte, y se espera que esta tendencia continúe en otras regiones del mundo. A medida que la temperatura global aumenta, se producen cambios en la atmósfera terrestre que afectan la velocidad y dirección de las corrientes de aire, creando condiciones más propicias para la formación de turbulencias en los niveles de crucero de los aviones. Este fenómeno puede atribuirse principalmente al aumento del gradiente de temperatura entre la troposfera y la estratosfera, lo que resulta en un incremento en la cizalladura del viento y, por ende, en la aparición de turbulencias más intensas y frecuentes”.
A medida que continuamos enfrentando los desafíos del cambio climático, es probable que las turbulencias aéreas se conviertan en una preocupación cada vez mayor para la industria de la aviación. Sin embargo, con el desarrollo de tecnologías de detección y monitoreo avanzadas, así como una mayor comprensión de los factores que contribuyen a las turbulencias, podemos trabajar hacia soluciones que garanticen la seguridad y comodidad de los viajeros en el cielo azul que compartimos.
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