Así es el misterioso río que fluye hacia arriba
Lo encontramos en las conocidas como ‘montañas fantasma’, en la Antártida, y es el claro ejemplo de que el agua puede ganarle la batalla a la gravedad.
Desafiar las leyes de la gravedad pueden parecer más reales en películas de ciencia ficción como Matrix que en la realidad. Pero, como siempre, hay lugares de nuestro planeta que nos sorprenden por ser tan insólitos e irreales que son difíciles de creer.
El último en dejarnos con la boca abierta es un río ubicado en la Antártida en el que el agua fluye en el sentido contrario a la gravedad. Y, precisamente, no es un riachuelo sino cientos de kilómetros cúbicos de agua que trepan como si estuviéramos presenciando una simulación.
Este lugar del planeta, de hecho, es prácticamente mágico porque no se inclina hacia la gravedad, sino hacia la presión que ejercen los miles de kilos de presión por metro cuadrado que ejerce el hielo sobre ella, forzándola a subir cuesta arriba.
Como explica la Columbia Climate School, la escuela de investigación climática transdisciplinaria de la Universidad de Columbia, la hipótesis principal es que “las bajas temperaturas y las altas presiones empujan el agua hacia arriba, en la misma dirección en la que fluye el hielo”. Esto, avanzan, también hace “que las crestas se vuelvan a congelar creando un ecosistema único en el mundo”.
En una enigmática cordillera en las “montañas fantasma”
De hecho, este río que fluye hacia arriba es imperceptible para los ojos, pero no para los métodos más avanzados de radar. De hecho, este río se encuentra en las conocidas como “montañas fantasma”, una abismal y enigmática cordillera del tamaño de los Alpes que se encuentra sepultada bajo el imponente hielo antártico.
Estas misteriosas montañas fueron descubiertas en 1958 de manera inesperada, pero no fue hasta el 2009 cuando se empezaron a conocer todos los detalles. Fueron, concretamente, un grupo de científicos internacionales los que elaboraron un mapa detallado de este mundo oculto desvelando que tenía más de 500 millones de años de antigüedad.
Una antigüedad que no le ha pasado factura, porque de hecho este lugar no muestra signos de desgaste de ningún tipo. Las teorías no se hicieron esperar, catalogando a este lugar como la fuente de la juventud de nuestro mundo. Aunque, por supuesto, son solo hipótesis.
Pero lejos de especulaciones, lo que si es una realidad es que el interés de los científicos está aumentando debido a este continente enterrado y sus misteriosos ríos que parecen fluir en contra de la gravedad, escondidos bajo el hielo de la Antártida. De hecho, la única hipótesis confirmada hasta la fecha es que son causadas por las presiones que ejerce el hielo sobre ella, pero no se descartan otras que puedan ser descubiertas.
De hecho, es un fenómeno insólito que solo se produce en grandes catástrofes como tsunamis, inundaciones o algún incidente aislado, pero jamás de una forma tan natural provocada por la mismísima madre naturaleza.
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