El otro Machu Picchu: una joya olvidada que merece ser descubierta

Si al viajero y explorador se le habla de Perú, la mente le trasladará seguramente a la antigua ciudad inca de Machu Picchu. No en vano, las ruinas de esta ciudadela son un símbolo del país y cada año reciben la visita de cientos de miles de turistas de todo el mundo. Ahora bien, lo que quizá algunos viajeros desconocen es que Machu Picchu no es única en su especie.

Escondida en una zona aislada de la cordillera de Los Andes, en el Departamento de Cuzco, la ciudadela de Choquequirao se muestra como el último refugio de los incas. Completamente rodeada de vegetación, entre los Andes y la Amazonía peruana, es una joya oculta que no todos los viajeros se atreven a visitar. Y es que, para poder acceder a ella, se necesitan, como mínimo tres o cuatro días de caminata y una buena condición física para no sufrir el mal de altura o episodios de soroche, como le dicen allí, ya que se encuentra a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar.

Último refugio de los incas

A día de hoy se desconoce cuál era exactamente la función de Choquequirao, pero parece que tuvo una función religiosa y se ha especulado con que sirviera para conectar Machu Picchu y otros lugares estratégicos para los incas con la zona amazónica. Debido además a su difícil acceso se cree que pudo ser uno de los últimos reductos de la resistencia inca a los conquistadores españoles en las primeras décadas del siglo XVI.

Lo que sí podemos asegurar es que debido a su cercanía a Cuzco y sus dimensiones, de más de 522.000 hectáreas, debió de ser un lugar de suma importancia para los incas. Algunos historiadores creen que Choquequirao pudo llegar a tener una población de alrededor de 2000 personas que se ocupaban de las tareas agrícolas. Años más tarde, con la conquista española y el declive del imperio inca, Choquequirao fue abandonado. Y no fue hasta finales del siglo XX cuando se empezaron a desarrollar excavaciones arqueológicas que han permitido rescatarlo del olvido.

El yacimiento de Choquequirao aparece divido en diferentes sectores que nos acercan a las antiguas estructuras y edificaciones que dejaron los incas. Podemos contemplar, por ejemplo, la vivienda de los Sacerdotes, las casas principales con acceso a una placita en la que, seguramente, residieron las figuras más relevantes del lugar o las conocidas como Terrazas de las Llamas, unas estructuras escalonadas en forma de terrazas en las que, en la piedra, todavía se pueden contemplar representaciones de dichos animales.

En Choquequirao también encontramos una zona de almacén conocida como Qolqa, lugar en el que se guardaban alimentos de diversa índole: cereales, tubérculos y carnes en salazón para que se mantuvieran durante más tiempo y pudieran ser consumidas en temporadas de sequías.

¿Qué significa la palabra Choquequirao?

Choquequirao proviene de la palabra aymara ‘chuqui’ que significa oro y del quechua ‘k'iraw’, que quiere decir cuna; es decir, ‘cuna de oro’. El nombre hace referencia al brillo y luminosidad que desprenden las diferentes rocas metamórficas con las que se construyeron las estructuras. Y son los minerales presentes en las piedras los que le otorgan ese tono dorado tan característico durante el día.

¿Cómo llegar a Choquequirao?

Para poder llegar hasta Choquequirao existen diferentes rutas. La más conocida tiene su inicio en el poblado de Cachora a unos 150 kilómetros de Cuzco. Desde allí hay que tomar el camino de Capuliyoc y continuar a través del camino de herradura durante unos 32 kilómetros para llegar hasta el Conjunto Arqueológico de Choquequirao.

Otra ruta interesante es la conocida como la de Huanipaca, mucho menos frecuentada, pero con algo más de dificultad. Son unos 65 kilómetros que discurren por la comunidad campesina de Kiuñalla, el antiguo caserío de San Ignacio y la playa del río Apurímac. 

Las distancias se alargan considerablemente si se opta por la ruta de Mollepata, ya que tiene una longitud de más de 120 kilómetros y discurre entre el poblado de Mollepata, el pico Salkantay, el valle del río Santa Teresa o la comunidad campesina de Yanama.

Y, si lo tuyo es el trekking y quieres hacer un recorrido único, ir desde Choquequirao hasta Machu Picchu será una experiencia transformadora. Este recorrido, de 80 kilómetros, inicia con la ruta clásica y continúa por Yanama, pasando por Santa Teresa para llegar Machu Picchu. El recorrido puede durar en torno a diez días, pero es, sin duda, uno de esos caminos que cambian la vida de cualquier viajero.