Mil millones de personas eligen las Siete Maravillas Naturales del mundo

Cinco parajes del hemisferio oriental y otros dos del hemisferio occidental conforman la lista de las Siete Maravillas de la Naturaleza que han sido elegidas por más de mil millones de personas a través de una votación popular auspiciada por el magnate suizo Bernard Weber.

Bahía de Halong
Bahía de Halong

La lista de las Siete Maravillas Naturales del mundo, que se hizo pública el pasado 11 de noviembre (el 11 del 11 del 11), se ha confeccionado a través de una consulta popular promovida por la fundación New Seven Wonders (www.new7wonders.com), del empresario suizo Bernard Weber, en la que han participado más de mil millones de personas que han emitido su voto a través de Internet y mensajes telefónicos de texto (SMS).

Esta iniciativa, que comenzó su andadura en 2007 con la inscripción de 440 sitios de más de 200 países, se ha convertido en una auténtica causa nacional para la mayoría de las candidatas, puesto que su simple nominación les ha otorgado una incalculable promoción turística. Es el caso de las Cataratas de Iguazú, una de las siete afortunadas, que ha aumentado su número de visitantes un 15 por ciento durante el período de la consulta popular, aunque el gobernador de la provincia argentina de Misiones, Maurice Closs, ha vaticinado un mayor crecimiento tras su nominación definitiva, "ya que el mundo va a querer saber con exactitud los motivos por los que nos han elegido".

La lista incluye cinco parajes del hemisferio oriental -cuatro en Asia y uno en África, pertenecientes cada uno de ellos a un solo país- y dos localizados en el hemisferio oriental -ambos en América del Sur y que se extienden por distintos territorios nacionales-. El top seven de las maravillas naturales del planeta es el siguiente:

Amazonia. La cuenca amazónica abarca un territorio de siete millones de kilómetros cuadrados -más de la mitad de los cuales es selva tropical-, alimentado por el mayor río del mundo -su caudal es la quinta parte del total de la masa de agua dulce del orbe-, que se extiende a lo largo de nueve países del continente americano (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela). El que está considerado como el gran pulmón verde de la Tierra es, debido a a su especial climatología, un paraíso de biodiversidad, pues se estima que un solo kilómetro cuadrado de selva amazónica alberga 75.000 tipos diferentes de árboles y hasta 150.000 especies de plantas.

Bahía de Halong. Situada al norte de Vietnam, en la provincia de Quang Ninh, este paisaje sorprendente que, según narra una leyenda local, fue creado por los coletazos de un "dragón descendente", alberga miles de islas, creadas a lo largo de más de 500 millones de años, en las que pueden admirarse una infinidad de lagos interiores, espectaculares formaciones cársticas e impresionantes cavernas que se extienden por un litoral de 1.500 kilómetros de longitud donde habitan 200 especies de peces y 450 clases diferentes de moluscos.

Cataratas de Iguazú. Localizadas entre la provincia argentina de Misiones y el Estado brasileño de Paraná, esta maravilla de la naturaleza, cuyo nombre en guaraní significa "aguas grandes", está formada por un conjunto de 275 saltos, destacando la llamada Garganta del Diablo, con 80 metros de altura y 700 de ancho. En medio de una exuberante selva subtropical protegida, con cientos de especies de flora y fauna en grave peligro de extinción, las Cataratas de Iguazú han recibido más de cien millones de sufragios en esta consulta popular.

Isla Jeju. A 130 kilómetros al sur de tierra firme, esta isla de origen volcánico, con una superficie de 1.848 kilómetros cuadrados, es la mayor de Corea del Sur. En el centro de su territorio se alza, majestuoso, el monte Halla, un volcán extinguido que, con sus casi 2.000 metros de altitud, es la cumbre surcoreana más elevada y donde pueden descubrirse hasta 1.800 especies botánicas. Jeju, un paraíso de biodiversidad con más de 1.800 especies botánicas, acumula también un amplio repertorio de paisajes, con imponentes saltos de agua (Jeongbang), vertiginosos acantilados (Jusan Jeolli) o extensas playas (Yongmeori). Otra de las principales señas de identidad de Jeju son los denominados Abuelos de piedra, unas estatuas modeladas en bloques de lava a las que los habitantes de la isla otorgan una función protectora, y el sistema de tubos de lava de Geomunoreum, que está reconocido como el más importante del mundo y destaca por la colorista ornamentación de sus cavernas.

Komodo. Con una superficie de 1.817 kilómetros cuadrados, este parque nacional, que se extiende a lo largo de un grupo de inhóspitas islas de origen volcánico situadas al sur de Indonesia, fue fundado en el año 1980 con el objetivo primordial de preservar y proteger al dragón de Komodo, el lagarto más grande del planeta -con una longitud media de dos a tres metros y un peso de unos 70 kilos-, una especie en grave peligro de extinción de la que solo subsisten un millar de ejemplares. Además, esta zona del litoral indonesio alberga un sistema de arrecifes de coral con una inmensa biodiversidad, que representa el sueño de todo buen aficionado al submarinismo.

El Río subterráneo de Puerto Princesa. En la isla filipina de Palawan se encuentra uno de los ríos subterráneos navegables más largos del mundo -con una longitud de 8,2 kilómetros-, que discurre, hasta su desembocadura en el Mar de China Meridional, a través de inmensas cuevas -algunas tienen más de 60 metros de altura- que presentan unas singulares formaciones de estalactitas y estalagmitas. Este parque nacional, con una extensión de casi 6.000 hectáreas y declarado Patrimonio de la Humanidad desde 1999, está dominado por altas montañas cársticas y dispone de ocho de los trece tipos de bosques que se pueden contemplar en esta zona del continente asiático: desde selva tropical hasta bosques ribereños y manglares costeros.

Table Mountain. La Montaña de la Mesa, uno de los más reconocibles iconos de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), está considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco debido a la variedad, densidad y endemismo de sus plantas, ya que se calcula que en su superficie -que representa solo un 0,5 por ciento de la extensión total de África- se engloba el 20 por ciento de la flora que puede descubrirse en todo el continente. Una de las grandes estrellas botánicas de este espacio protegido es el fynbos, un curioso tipo de matorral que necesita el fuego para poder reproducirse.

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