Si tienes uno de estos apellidos probablemente desciendas de un faraón egipcio
Descubre si tu apellido proviene del Imperio Antiguo de Egipto y el significado que esconde.
Si te interesa la antroponimia, seguramente te hayas preocupado de elaborar un árbol genealógico familiar. Y, oye, con un poco de suerte, habrás descubierto que, quizá, tengas apellidos que te hagan sospechar que tengas antepasados nobles o, incluso, que desciendas de un faraón egipcio.
Lo primero que debes tener en cuenta, querido lector, es que los apellidos empezaron a utilizarse en la Edad Media. Y el Antiguo Egipto se desarrolló entre el 3100 a.C. y el 332 a. C. En definitiva, los egipcios no tenían apellidos, pero sí varios nombres que compartían los mismos miembros de una familia o incluso apodos.
Apellidos egipcios
Ahora hacemos un inciso y saltamos del Imperio Egipcio hasta Egipto en la actualidad. Y es que en este país que hoy habitan en torno a 102 millones de personas hay una serie de apellidos muy comunes. Más de 2 millones de personas, por ejemplo, llevan el apellido Mohamed, mientras que Ahmed, Hassan, Ali o Mahmoud le siguen inmediatamente por detrás.
Para descubrir si desciendes de un faraón, puedes ponerte manos a la obra y seguir los siguientes pasos. Lo primero de todo será estudiar tu árbol genealógico para conocer si hay algún indicio que te haga sospechar esa conexión. También puedes buscar documentos familiares históricos como actas de nacimiento, matrimonio, o defunción que puedan indicar una conexión con Egipto.
Si encontramos ‘algo’ la cosa se va poniendo interesante. Quizá haya llegado el momento de realizarse una prueba de ADN, ya que existen empresas que pueden llegar a ofrecer resultados concretos indicando, incluso, las regiones de origen de tus ancestros. Y, para finalizar de arrojar luz sobre este asunto, siempre podrás consultar a antropólogos e historiadores, puesto que estos pueden ofrecerte información sobre la posible conexión entre tu familia y Egipto basada en evidencias culturales, migratorias, o históricas.
Familia de un faraón
Como hemos dicho, los faraones no tenían apellidos, pero, en cambio… tenían hasta cinco grandes nombres o cinco títulos reales. Cada uno de estos nombres tenía un significado simbólico y religioso, reflejando el poder, la divinidad, y la legitimidad del faraón.
El nombre de Horus (Hor) representa al faraón como la encarnación del dios Halcón, Horus. Horus era el dios del cielo y de la realeza, protector del faraón y símbolo de su poder terrenal. El nombre de Horus de Ramsés II era Kanakht Merymaat, que significa toro fuerte, amado de Maat (la diosa de la verdad y el orden).
El nombre de Nebty o de las dos señoras representa la protección de las dos diosas de Egipto: Nekhbet (la diosa buitre del Alto Egipto) y Wadjet (la diosa cobra del Bajo Egipto). Simboliza la unidad y la soberanía sobre ambas regiones. El nombre Netby de Tutankamón era Nebu Heqa Iunu Shemau, que significa señor de la corona del norte y el sur.
El nombre de Horus de Oro enfatiza el triunfo y la eternidad del faraón, asociado con el oro, que simbolizaba la inmortalidad y el poder divino.
El nombre de Nesut- bity es el nombre más conocido y oficial del faraón, usado en inscripciones y documentos formales. Nesut representaba al Alto Egipto y Bity al Bajo Egipto, lo que demostraba la dominación del faraón sobre todo Egipto. Y, volvemos a hablar de Tutankamón y su nombre Nesut-bity, que era nebjeperura y significa señor de las manifestaciones de Ra.
Por último, encontramos el nombre de Sa-Ra, que subraya la divinidad del faraón como hijo del dios del sol, vinculando al faraón con el ciclo cósmico y la autoridad divina.
En definitiva, cada uno de estos nombres tenía un propósito específico, desde reflejar la divinidad, el poder terrenal o la legitimidad hasta la protección divina del faraón. Y, aunque descubrir antepasados de un faraón es una tarea algo compleja, siempre podrás visitar el país (en modo low cost mejor que mejor) o conformarte con tener algún apellido que sea de los más comunes en Egipto. Y, oye, de ahí a llevar sangre de un faraón… nunca se sabe.
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