Testaccio-Ostiense en Roma

Roma se adapta a las nuevas vanguardias artísticas, culinarias, del shopping y de la marcha nocturna aprovechando las construcciones en desuso de su pasado industrial. ¿Dónde? En Testaccio-Ostiense.

De moda en Roma
De moda en Roma

Quién iba a decirle a los antiguos romanos que el vertedero de ánforas de aceite que se encontraba junto al Tíber acabaría por convertirse en un lugar de tendencia... En torno al Monte Testaccio, creado de forma artifi cial gracias a los restos de aquellas vasijas, la ciudad se redefi ne y aprovecha lo que fueron antiguas estructuras industriales para buscar nuevas sedes para el arte. Ocurre con la antigua central termoeléctrica de Montemartini (Via Ostiense, 106), adoptada por los Museos Capitolinos para mostrar parte de su inmensa colección escultórica. Ocurre también con otra estructura al aire libre, el Gasómetro ra Gasómetro, situado junto a la Riva Ostiense, que antaño sirvió para añadir potencia a la red de gas de la ciudad, y que hoy, gracias al ingenio de Angelo Bonellose, ha convertido en el Luzómetro, con sus espectáculos de luz y sonido. Paradójico resulta el uso que se ha dado al antiguo matadero del Monte Testaccio, un edificio de fi nales del XIX que ahora es la sede del Macro Future (Piazza Orazio Giustiniani, 4), la sección más vanguardista del Museo de Arte Contemporáneo de Roma.

La zona es también un buen escaparate para comprobar por dónde van las tendencias de la moda italiana, bien sea en Kast (Piazza Testaccio, 33), con las propuestas de los creadores más jóvenes e innovadores; bien en Boccanera vadores; Boccanera (Via Lucca della Robbia, 12), en cuyos estantes reinan los calzados propuestos por Prada, Dolce Gabbana o Hogan. Los amantes de las compras enogastronómicas tienen una deliciosa cita con Il Canestro (Via Luca della Robbia, 12), autodefi nido como templo de los productos saludables. Y para degustar (y adquirir) las mejores etiquetas vinícolas del país hay que acercarse hasta Palombi (Piazza Testaccio, 35).

Si el paseo cultural y de shopping despierta el apetito, hay varias opciones para reponer fuerzas. Por ejemplo, Bibikiu (Piazza Meucci, 20), con una cocina ecléctica. Otra elección interesante es Né arte né parte (Via Luca della Robbia, 15), exponente de cómo un cocinero puede transformar en actual la cocina romana tradicional.

Para acabar la jornada, la diversión nocturna está asegurada en Via Giuseppe Libetta. Allí, en el número 13, están la discoteca Goa, el pub-cervecería Il Barone Rosso y el club Distillerie Clandestine. Y en el 3 de esa misma calle, Clásico Village, un local para tomar el pulso a las tendencias musicales.

Todo un ejemplo de reciclaje arquitectónico

Ocurrió hace siglos con el Coliseo y ahora Roma lo demuestra en el Eur, zona edifi cada por Mussolini para la Expo Universal de 1942, cuya celebración impidió la II Guerra Mundial. Los antiguos pabellones se reconvierten en galerías de arte y museos (Prehistórico, de las Ciencias, de Arte Antiguo...), junto a los que se construyen nuevos edificios, como el Palacio de Congresos, de Massimiliano Fuksas.

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