5 pueblos que siempre tienen la puerta abierta

Hay pueblos en España donde reina la tranquilidad, donde todo es confianza y las puertas permanecen siempre abiertas, donde las plazas están llenas de niños jugando y donde se respira una mansedumbre que hemos perdido en las grandes ciudades.

Pueblos blancos

Una oda de amor a todos esos pueblos que siguen dejando las puertas abiertas

/ MEDITERRANEAN

Un recorrido por pueblos donde las puertas permanecen siempre abiertas, donde la invitación a un café está asegurada y donde la cordialidad y el respeto siguen más en boga que nunca. Esos lugares donde la gente sigue jugando a las cartas en los bares, donde los niños corretean por los parques y en los que el mejor plan es reunirse con unos amigos entorno a un brasero.

Zuheros

Zuheros figura casi siempre en los listados de los pueblos más encantadores de España. Razones no le faltan. Es el prototipo de los pueblos blancos del sur. Se halla a los pies de la sierra cordobesa de la Subbética, frente a un inmenso mar de ordenados olivos, es dueño de un valioso patrimonio monumental y su arquitectura popular sintetiza mejor que ninguna otra localidad los esquemas clásicos de las casas del sur. Además de todo eso, Zuheros es un pueblo tranquilo donde los vecinos dejan sus puertas abiertas sin miedo a amenaza alguna. En la plaza de la Paz, frente al castillo roquero, los niños juegan hasta horas sin la vigilancia permanente de los padres. Zuheros no solo es el pueblo más encantador del sur. Quizá sea también el más abierto.

Buitrago del Lozoya, Madrid
Buitrago del Lozoya, Madrid / KarSol / ISTOCK

Buitrago de Lozoya

Ubicado al norte de Madrid, a un lado de la autovía A-1, junto a las riberas mansas de un río de aguas claras, Buitrago del Lozoya tiene las casas de piedra, una vieja muralla y una iglesia que mira a los montes que conducen a Somosierra. Sus calles peatonales son escenario de juegos infantiles, de pelota, saltos y escondites. Se diría que Buitrago es como un escenario infantil, el más narrativo y literario de los pueblos de la comunidad madrileña. Si en la capital todo son prisas aquí todo es lentitud y confianza. Junto a la plaza del pueblo hay un espacio dedicado al artista Pablo Ruiz Picasso y a la estrecha relación que mantuvo con un vecino del pueblo.

Villanueva de los Infantes
Villanueva de los Infantes / Rafael Merino / Wikicommons

Villanueva de los Infantes

Aquí vivió y murió Francisco de Quevedo y Villegas y hay una casa próxima a la plaza Mayor que se la conoce como la del Verde Gabán, igual a la que Cervantes cita en su más célebre novela. Incluso hubo un tiempo en que los estudiosos de Infantes aseguraban que "aquel lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme" era en realidad este pueblo encantador, pacífico, sereno y silencioso, peatonalizado en la mayor parte de su casco histórico donde es costumbre tomar el fresco a la caída de la tarde en las sillas que los vecinos sacan de su casa y colocan en plena calle. Infantes es un pueblo agradable, pintoresco, confiado, de labriegos e hidalgos que aún guardan el orgullo de su pasado nobiliario.

Monasterio de Yuso
Monasterio de Yuso / ISTOCK

San Millán de la Cogolla

Un lugar tan monacal solo puede despertar mansedumbre, confianza y equilibrio de espíritu. Y es que San Millán de la Cogolla, en el corazón de La Rioja, es un alargado caserío levantado por frailes y caballeros desde los tiempos en que el español comenzó a pasar de ser una lengua hablada a ser transcrita en los primeros legajos. En San Miguel están los monasterios de Yuso y Suso. Un delicioso paseo arbolado los une y los separa. Los coches aparcan a las afueras del pueblo y los vecinos aconsejan a los forasteros no tener prisa por conocer el caserío. Hay restaurantes donde los vinos son sagrados caldos de la mejor uva riojana y restaurantes de cocina noble y sustanciosa. Se diría que en lugares así los niños sonríen con mayor convencimiento. Por cierto, al lado está el villorrio de Berceo. No salgan de aquí sin antes saludar a don Gonzalo.

Sotres
Sotres / traumschoen / ISTOCK

Tresviso

Tresviso, Sotres y Tielve son tres aldeítas encantadoras que conforman un triángulo mágico a los pies de los Picos de Europa. El picacho de el Naranjo de Bulnes vela por la tranquilidad en sus calles y pequeñas plazoletas donde rara es la hora en que los niños no juegan y las madres charlan entre ellas. Hay un ajetreo de excursionistas y montañistas que se dejan ver cada día, pero los vecinos ya están acostumbrados a su presencia y les muestran gustosos las mejores sendas donde conocer los arcanos de la Asturias profunda. En Tresviso, además, hay guías y empresas de turismo activo que organizan jornadas de montaña. La carretera que une las tres localidades sería digna de figurar entre las más bellas de Europa.

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