Un hotel y un museo a la vez: pasamos un finde en esta joya arqueológica del centro Lisboa

El lujo de dormir en un museo en el mismo centro de Lisboa está a tu alcance. A tan solo unos pasos de los principales monumentos de la capital portuguesa, el Hotel Áurea Museum 5* es todo un descubrimiento.

Hall del hotel Áurea Museum, la joya arqueológica del centro de Lisboa.
Hall del hotel Áurea Museum, la joya arqueológica del centro de Lisboa. / Hotel Áurea Museum

Hacer una escapada de fin de semana es algo que nos apetece a todos en cualquier época del año y Lisboa está cerca y además es superaccesible. Esta maravillosa ciudad tiene muchas más posibilidades de las que uno se espera y si ya la conoces, seguro que descubres cosas sorprendentes.

Nosotros hemos descubierto una joya al lado de la Plaza del Comercio, el Hotel Áurea Museum 5*, un hotel boutique en el centro de la ciudad que cuenta con un valioso patrimonio cultural en su interior.

Fachada del Áurea Museum.

Fachada del Áurea Museum.

/ Hotel Áurea Museum

Nada más entrar, el hotel te invita a descubrir su exposición arqueológica, donde aparecen representadas todas las culturas que han sido fundamentales para entender la identidad actual de la ciudad. Los muros del hotel nos cuentan que un día fueron palacios de familias importantes estrechamente relacionadas con la corte y con el comercio y se mezclan con los restos de la muralla romana de la ciudad de Olisipo. Nos encontramos también restos de los fenicios, de las invasiones islámicas y el comienzo de viajes en busca de un nuevo mundo.

Ruinas del Áurea Museum.

Ruinas del Áurea Museum.

/ Hotel Áurea Museum

Por supuesto lo antiguo y lo moderno está perfectamente integrado y esto hace que tengas la sensación de estar en un sitio muy especial y dormir, literalmente, en un museo.

Desde aquí podemos descubrir a pie todo el casco histórico de Lisboa, te dejamos unas pistas:

-Pasear por el Tajo hasta llegar a la Plaza del Comercio y disfrutar de las vistas del Mirador del Arco de la Rua Augusta. En esta plaza rodeada de arcos y fachadas amarillas se encuentran algunas oficinas del gobierno y sus ministerios, pero también está el café más antiguo de Lisboa, el Martinho da Arcada, donde se sentaba el poeta portugués Fernando Pessoa.

Plaza del Comercio de Lisboa.

Plaza del Comercio de Lisboa.

/ Istock

-Andar hasta encontrarnos con el Elevador de Santa Justa, que sirve para conectar la parte alta y la parte baja de la ciudad. Fue construido por un ingeniero portugués de origen francés llamado Raúl Mesnier de Ponsard. Aunque no se tenga prueba de ello, algunos dicen que fue discípulo de Eiffel (sí, sí, el de la Torre). Las vistas desde arriba merecen la pena, pero valora si quieres hacer la cola impresionante de turistas para subir.

Elevador de Santa Justa.

Elevador de Santa Justa.

/ Istock

-Descubrir (y perderte por) el barrio de Alfama. Su nombre viene del árabe al-hammã, que significa fuente. Debajo de su suelo corrían manantiales de agua que alimentaban las fuentes repartidas por todo el barrio, conocidas localmente como chafarizes. Es uno de los barrios que mejor sobrevivió al terremoto de 1.755 y desde sus miradores, encuentras vistas impresionantes de Lisboa. Esta zona también es la perfecta para disfrutar de una cena con espectáculo de fado en vivo.

Barrio de Alfama.

Barrio de Alfama.

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-Cruzar a la zona de Chiado, centro del Romanticismo portugués y punto de encuentro de escritores y artistas. Paseando por aquí, te encuentras con la famosa estatua de Fernando Pessoa frente al Café A Brasileira, o la de António Ribeiro, justo al lado, y a pocos metros también la estatua de Luís de Camões, en la plaza con el mismo nombre.

Chiado.

Chiado.

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-Subir al Castillo de San Jorge, monumento emblemático de la ciudad y que se ve desde casi todas partes. Pertenece a la época islámica, y tenía como función proteger y albergar la guarnición militar. Al contrario de muchos otros castillos de Europa, no funcionó como residencia y es por esta posición tan privilegiada por lo que tiene maravillosas vistas. Desde aquí se ve el famoso Cristo de Lisboa en la otra orilla del río Tajo.

Castillo de San Jorge.

Castillo de San Jorge.

/ Istock

Después de este gran paseo, nos hemos ganado volver al hotel a descansar, pero si todo lo anterior se te ha quedado corto, muy recomendable visitar Setúbal.

Bien comunicado y a 50 minutos de Lisboa, Setúbal es una ciudad de pescadores en el estuario del río Sado, donde se avistan delfines durante todo el año y te puedes comer unas ostras riquísimas. Si tienes tiempo ( y coche), no dejes de visitar el parque natural de Arrábida con accesos a unas calas paradisíacas y mil sendas por donde caminar para los más aventureros.

Setúbal.

Setúbal.

/ Istock

Esto sí que es un fin de semana bien aprovechado. ¿Te animas?

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