Los mejores viajes en tren por todo el mundo: 60 viajes inolvidables en tren y como disfrutarlos
Viajar en tren es mágico. A veces, la magia está dentro: en un tren con sitio para moverse y conocer gente, cenar en el vagón restaurante con manteles blancos, dormir en un compartimento privado entre sábanas almidonadas con el sonido de las ruedas de acero sobre los raíles. A veces, la magia está fuera, en el paisaje que atraviesa el tren: una aventura, una experiencia, una incursión en el corazón de un país. El libro Los mejores viajes en tren por todo el mundo pretende sintetizar esa sensación y animar a emprender otros viajes fabulosos.
Estas son 5 rutas que podrás encontrar en su interior:
De Johannesburgo a Ciudad del Cabo
El servicio nocturno entre Johannesburgo y Ciudad del Cabo atraviesa el Karoo, un desierto mítico en el corazón de Sudáfrica y en su imaginario, con estepicursores que ruedan por las carreteras polvorientas y montañas que se extienden por todo el horizonte. Este tren, antes llamado Trans Karoo Express, deja atrás los suburbios alambrados de Johannesburgo, cruza el monte que hay al norte y recorre raudo el Karoo mientras los pasajeros duermen y las estrellas titilan en el desierto, antes de aparecer entre el impresionante tapiz de montañas y viñedos del Cabo. Al final, un ambiente de camaradería inunda el tren conforme avanza junto al Atlántico hacia el acogedor contorno de Table Mountain.
Tren de juguete a Darjeeling
Los trenes de vapor de vía estrecha de la India son legendarios y el Tren de Juguete a Darjeeling, de color azul, es el más famoso del país. El trayecto desde las llanuras de Bengala hasta Darjeeling pasa por plantaciones de té y pueblos en equilibrio precario formados por casas con techos de hojalata, mientras las nubes se precipitan sobre el amenazador macizo del monte Kanchenjunga. Es cierto que las locomotoras de vapor ya solo se usan en un pequeño tramo del camino y que casi todo el mundo llega a Darjeeling mediante propulsión diésel, pero este emblemático viaje por las montañas recuerda al Imperio británico, cuando tomar el té en Darjeeling era algo tan inglés como los pantalones de montar, la selva y los pijamas.
Tren del camino de postas de Japón
Aparte del velocísimo tren bala tan asociado a Japón, existe un tren local que sube jadeante hacia los Alpes japoneses siguiendo el antiguo Nakasendo, o camino de postas. Para en pequeñas aldeas de montaña en las que perviven los mismos edificios de madera que en el período Edo, y los artesanos locales siguen fabricando tazones a mano. El Japan Rail Pass permite viajar sin límites en este tren, por lo que se puede pasar un día entero, o incluso dos, subiéndose y bajándose para explorar bien la ruta. También ofrece descubrir de primera mano cómo surcaban esta ruta los viajeros y comerciantes de antaño.
Petit Train Jaune
Desde 1910, los coquetos vagones de color amarillo girasol de la Línea de Cerdaña traquetean entre los bosques y montes escarpados de los Pirineos y se han ganado un puesto especial en los corazones de muchos viajeros franceses. Apodado cariñosamente “el Canario” o “el Petit Train Jaune” (trenecito amarillo), este tren de montaña suele citarse como el más panorámico de Francia, pero desde luego no es de lujo; más bien, una vuelta en montaña rusa en la que se sentirá el viento en el pelo y el frescor de la brisa de la montaña al subir a la estación de tren más alta de Francia. On y va!
De Fort William a Mallaig en el Jacobite
Este viaje es una ufana venganza contra Beeching, el hombre a quien los apasionados británicos del tren culpan del cierre de miles de estaciones y líneas del Reino Unido supuestamente sobrantes durante la década de 1960. Aquí, en las Tierras Altas escocesas, unas locomotoras de vapor sibilantes y maravillosas, de las décadas de 1930 o 1940, tiran de unos vagones encantadoramente anticuados por una mágica tierra de nadie sin un atisbo de la austeridad de la British Rail posterior a Beeching. Al contrario, la imagen es perfecta para un libro de cuentos: es la línea por la que circula el Expreso de Hogwarts en las películas de Harry Potter, al fin y al cabo. Y luego están los elementos naturales, imposibles de describir sin superlativos: el pico más alto de Gran Bretaña, la tercera masa de agua más grande de Escocia y un paisaje de bosques, montañas, lagos o costa que despierta el asombro en cada curva.
Centovalli Express
A menudo eclipsada por otros viajes en tren más famosos de Suiza, esta ruta de 2 horas desde Locarno, en las orillas adornadas de palmeras del lago Mayor, hasta Domodossola, en la frontera italiana del Piamonte, tiene una belleza poco reconocida. Conviene desempolvar el italiano para extasiarse junto a los demás pasajeros mientras el coqueto tren traquetea por 83 puentes y 34 túneles. Las vistas animan el espíritu: cascadas sobre riscos, viñedos en laderas, elegantes viaductos con arcos, aldeas con tejados de pizarra, barrancos excavados por glaciares e interminables castañares y hayedos, todo ante el fondo fruncido de montañas nevadas en invierno.