Los cinco parques nacionales más impresionantes de Europa
Glaciares, montañas, bosques, lagos… un paseo por la desbordante naturaleza del Viejo Continente. Todo un catálogo de paisajes protegidos, donde la madre naturaleza se esmeró para pintar los lienzos más hermosos. Montañas tapizadas de verde intenso, glaciares centenarios, lagos soleados y animales salvajes congelados en su apecto prehistórico. Ahora que el 24 de mayo se celebra el Día Europeo de los Parques, damos un paseo por algunos de los más fabulosos del Viejo Continente.
Por Noelia Ferreiro
Lagos de Plitvice (Croacia)
Un escenario fantástico dominado por el agua. Así es este parque croata, que se cuela entre los más bonitos de Europa. Un espacio de 30.000 hectáreas de naturaleza impoluta por cuya belleza fue declarado, en 1979, Patrimonio Mundial por la Unesco. Situado a medio camino de Zagreb y Zadar, se trata de un sistema de 16 lagos unidos entre sí por un conjunto de cascadas, que debe su existencia a la acumulación de depósitos de material calizo a los largo de los siglos. Hoy pueden recorrerse en cinco rutas a través de pasarelas de madera o en barco por el lago Cabra, que es el más grande y profundo del recinto.En ambos casos se asiste al fascinante cambio de color de estas aguas que provienen de los ríos Bijela y Crna Rijeka, y que desembocan también en otro río, el Korana: del gris plateado al azul zafiro, pasando por el turquesa radiante propio de una playa caribeña. Los bosques de hayas, las especies de aves exóticas y las bandadas de mariposas que remolonean ante las cámaras ponen el resto del color en este paraíso anfibio, con la banda sonora de una atronadora orquesta de mil grifos.
Bialowieza (Polonia)
La gran baza de este parque nacional polaco (con una parte que pertenece a Bielorrusia) es que constituye el único lugar en el mundo donde contemplar a los últimos bisontes, el mayor mamífero de Europa. En esta llanura de más de 250 kilómetros cuadrados, declarada Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera, perviven los últimos ejemplares de este animal totémico, la criatura más emblemática de la Edad de Piedra que fue plasmada en las Cuevas de Altamira como objeto de veneración.Alrededor de 90.000 turistas acuden cada año a Bialowieza en busca de su huella en este espacio, donde es fácil contemplar a las manadas pastando en semilibertad –sólo la valla que separa la frontera con Bielorrusia les impide un desplazamiento completo- a lo largo de sus casi veinticinco kilómetros de rutas, tres de ellas para caminantes y dospara bicicletas.
Picos de Europa (España)
No podía faltar en la lista la gran estrella de nuestra cordillera cantábrica, que cuenta con el título de parque nacional pero también de reserva de la biosfera. Encajados entre Asturias, León y Cantabria, los Picos de Europa son el mejor ejemplo de un ecosistema de bosque atlántico, allí donde la erosión glaciar ha moldeado enormes moles de piedra caliza que se alternan con lagos como los de Enol y Ercina, conocidos como lagos de Covadonga.Son muchos los paisajes que salen al paso en este enclave, aunque entre los más impactantes se encuentra el desfiladero del Cares, al que se ha llegado a llamar la Garganta Divina; o el el Naranjo del Bulnes o Urriellu, con un pico de más de 2.500 metros. Además, este espacio constituye un reducto natural de valor incalculable por la variedad de su vegetación y por contar con una fauna abundante que incluye los corzos, los lobos o el codiciado oso pardo.
Oulanka (Finlandia)
Los amantes de la naturaleza más pura no deben perderse este parque del norte finlandés, emplazado cerca del círculo polar ártico. Aquí no sólo encontrarán la mayor representación del bosque boreal intacto (no talado), sino también un buen despliegue de especies animales y vegetales, las cascadas más impresionantes del país y dos ríos (Oulanka y Kitka) que con sus afluentes conforman un ecosistema fluvial único y se erigen en una joya para la práctica del kayak.Oulanka tiene un suelo rico en nutrientes que lo convierte en ideal no sólo para los árboles sino también para las frutas silvestres, las setas y las orquídeas, una de las flores más populares del lugar.