Los catorce lugares más románticos del mundo

Lisboa siempre es un must para un viaje romántico. Las cuestas y los miradores de La Alfama invitan al amor y a los paseos románticos sin rumbo por sus calles y callejas. Un lugar ideal es el Mirador de Santa Lucía, con vistas al mar y preciosos azulejos.

La Costa Azul siempre ha sido otro de los imprescindibles en esto de las escapadas románticas. Situada entre Niza y Mónaco, Eze, está considerado como uno de los pueblos más bonitos de Francia, con excepcionales vistas del Mediterráneo y el Cap Ferret. Su localización, en lo alto de un  acantilado hacen que el panorama quite el aliento. 

Esta ciudad belga es como un cuento de hadas, con sus preciosas casas y sus canales. Le llaman la pequeña Venecia y aunque no tiene tanta vida como la ciudad italiana, sí es perfecta para una escapada romántica.

Esta pequeña localidad apenas a una hora de Lisboa y rodeada de bosques es un auténtico lugar de cuento, repleto de palacios y villas señoriales. Lo más visitado y famoso es el Palacio Nacional da Pena, una suerte de Castillo de la Bella Durmiente con impresionantes vistas y escenario perfecto para un viaje de amor.

Ya lo dijo el ex-presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, que Granada era el sitio más romántico del mundo. Y puede que sea verdad, o por lo menos uno de los más románticos. Las vistas desde el Mirador de San Nicolás por la noche o sobre todo, al atardecer, son escenario perfecto para enamorarse.

Uno de los lugares más  románticos y más visitados del mundo (más de tres millones de personas lo visitan cada año). Se trata de una antigua abadía medieval consagrada a San Miguel, situada en lo alto de un gran peñasco. El juego de las mareas hace que el paraje cambie continuamente según la marea esté alta o baja. Todo el recinto, que ahora está poblado de pequeñas tiendas, restaurantes y hotelitos, eran antes las casas que daban servicio a la Abadía.

El Trastevere es sin duda el barrio más romántico de Roma y Roma son palabras mayores. Pasear por la noche por sus callejuelas poco iluminadas o cenar en alguna de las pequeñas trattorias en la calle bajo la luz de las velas es un planazo.