El Algarve en diez miradores
Praia da Marinha
Nuestra próxima parada es en Lagoa, en la popular Praia da Marinha. Habrás visto esta playa en foto una y mil veces, porque es un icono en la región y una de las playas más buscadas y admiradas por los viajeros. Pero encontrarse con este paisaje en persona es una experiencia para la que no existen palabras. En su alto, el mirador ofrece la estampa perfectamente idílica y ensoñadora de esta famosa localización, cuya fama posiblemente no le haga justica a tanta belleza, con su playa recortada por los acantilados y sus “algares” o cuevas. Absolutamente imprescindible.
Lagos Ponta da Piedade
Ya en Lagos, el Mirador de Atalaia es el lugar donde observar la famosa Ponta da Piedade, enamorarse de ella y querer quedarse para siempre en este lugar. Este icónico emplazamiento es un tesoro paisajístico, hecho a base de aguas cristalinas y rocas ocres que dibujan arcos, pequeñas cuevas y galerías, entre las que se aventuran los kayaks y las barcas, deseosos de disfrutar aún más de cerca de este lugar de otro planeta. Desde arriba el espectáculo está servido en toda su dimensión. Pero también cabe la opción de descender los 20 metros de profundidad hasta el agua: unas escaleras conducen precipicio abajo hasta un pequeño amarre de pescadores. Allí existe también la posibilidad de sorprenderse de las vistas desde otra óptica: mirando hacia arriba.
Praia do Camilo
Muy cerca de esta ubicación se encuentra otra de obligada visita: la Praia do Camilo. Otra de las estampas más instagrameables de la región, con su fotografiada escalera de acceso a esta playa pequeñita, pero con mucho encanto. La escalera regala unas bonitas vistas del escenario perfecto que forman el bosque de pinos que puebla el acantilado, descendiendo a una calita enmarcada por rocas y algares de 25 metros de altura. La playa conecta con otras tres, a las que se accede a través de túneles excavados en la roca.
Cabo San Vicente
Nuestra siguiente parada es en Sagres, en el famoso Cabo de San Vicente. Su atardecer ocupa por derecho propio un lugar destacado entre los atardeceres más bonitos del mundo. Ver fundirse el sol rojo en las aguas del Océano Atlántico, al tiempo que la luz se colorea de anaranjado a púrpura hasta extinguirse en el lugar donde el mundo acababa y cuyos afilados acantilados invitan a pensar que no es de extrañar que así se creyera, es una experiencia que hay que disfrutar en persona. Por el día, el espectáculo cambia el misticismo onírico nocturno por la brutal belleza diurna de un paisaje inmenso, de escarpadas paredes estrellándose en el Atlántico y playas escondidas donde los surfers hacen su agosto.
Castelejo
El Mirador de Castelejo es una ubicación privilegiada para disfrutar de una panorámica sublime de toda la franja costera, muy recomendado también para ver la puesta de sol.
Ribat da Arrifana
La playa de Arrifana, una de las más buscadas por los amantes de las olas. Allí mismo, en la cima de un acantilado, de frente a una roca gigante en medio del Atlántico (conocida como “Pedra de Agulha”), se ubica el Mirador de Arrifana.
Monchique
Si bien nuestra ruta ha sido costera, cuando se habla de miradores del Algarve imposible no hacerlo de “El Mirador”: el pico Fóia, en la Sierra de Monchique. Es el techo del Algarve, elevándose a 902 metros de altitud, y el lugar donde contemplar la panorámica más extensa y completa de la región, con los valles salpicados de pequeñas aldeas en las proximidades y llegando hasta el Océano en los días claros (los más en el Algarve). Se puede acceder haciendo senderismo, a través de la Ruta de Fóia, un sendero circular de siete kilómetros que rodea el pico.