20 grandes escapadas por el Mediterráneo
Porto Vecchio
Playas de CórcegaBellos escondites en la isla de Napoleón La isla que vio nacer a Napoleón conserva intacto su encanto, sin adulterar los espacios protegidos. Córcega es pequeña, pero susmás de 200 playas de aguas turquesas y fina arena blanca hacen que descubrirla en coche resulte un placer muy aconsejable. No se debe abandonar la isla sin haber visitado dos ciudades fortificadas de gran belleza: Calví, al norte, y Porto Vecchio, al sur. La playa de Calví, un paisaje precioso, es una de las más bonitas de Europa. Sus cálidas aguas están flanqueadas por la imponente ciudadela de Calví, una fortaleza de piedra que habla a gritos del pasado marítimo de Córcega.Las playas de Porto Vecchio compiten en belleza con las de Calví, y lo mismo ocurre con su casco antiguo, que mantiene intacto el encanto de otros tiempos. Entre sus callejones de piedra se encuentran algunas de las mejores vinotecas de la isla, famosa por sus caldos. No se vaya sin pasar por cava Corsica (La Marine 20137), el lugar perfecto para regalarse una botella. El hotel Casadelmar (Porto Vecchio. 400 euros la noche. Tlf. 00 33 495 723 434. www.casadelmar.fr) es perfecto para descansar durante nuestra estancia. Este refugio de madera de cedro, rodeado de esencias, habitará mucho tiempo en nuestro recuerdo. Aquí huele a mar, a naranjos, a cipreses y olivos, a tierra húmeda, a espacio bien aireado...Desde Porto Vecchio y serpenteando siempre entre caletas llegaremos a los acantilados de Bonifacio, un capricho de roca esculpido por el mar desde la noche de los tiempos.La gastronomía de Córcega, rica y contundente, está basada en productos frescos del mar y de la tierra. No se vaya sin probar sus dulces canistrelli, bizcochos de limón, anís o castañas; o su figatel, una salchicha de hígado que hará las delicias de los atrevidos. Comprobarlo es fácil en L''Alivu (La Villa. Chemin de Notre Dame de la Serra. Tlf. 00 33 495 651 010), un clásico del prestigio culinario. Regalarse una cena en su fantástica terraza a la luz de las velas es inolvidable.En la foto, playa en Porto Vecchio.
La ciudad medieval de Capri
CapriEscapada a la más pura esencia del glamourLa accidentada geografía de la isla italiana de Capri cuenta con una superficie de 17 kilómetros cuadrados, pero es difícil encontrar otro lugar en el mundo que aglutine tanto glamour en un espacio tan pequeño. Para llegar a Capri (www.capri.net), la ruta más común es volar a Roma, y desde allí dirigirnos en tren a Nápoles o Sorrento, desde donde tomaremos un transbordador. La dramática belleza de Capri radica en sus vertiginosos acantilados, que hasta el siglo XIX fueron patrimonio exclusivo de gaviotas y pescadores. La isla es fácil de recorrer, ya sea en taxi o en funicular, una forma curiosa que permite acceder a todos sus puntos de interés. No podemos irnos sin visitar la gruta Azzurra, una mágica caverna azul que puede recorrerse en barca.Tampoco hay que perderse la ocasión de pasear porCapri y Anacapri, sus dos principales localidades, ambas ciudades medievales de pétrea belleza y laberíntico centro histórico. Entre estas callejas buscaron inspiración escritores como Oscar Wilde, Graham Greene o Marguerite Yourcenar.Como aquí todo se trata de ver y ser visto, no se ha estado en Capri si no se ha tomado un limoncello en cualquiera de las terrazas de la Piazzeta a la hora del aperitivo. Tampoco hay que dejar de pasear por el sobrecogedor acantilado que serpentea rumbo a Punta Carena. Las rocas desnudas (faraglioni) se precipitan al mar creando un paisaje único y singular que puede disfrutarse con más motivo si se reserva una mesa en la terraza del restaurante Da Gelsomina alla Migliera, sin duda el lugar perfecto para degustar unos deliciosos ravioli Capresi. Dado lo prohibitivo de sus precios, el lujo en Capri radica en encontrar un refugio donde reine la simpatía y la sencillez y eso es lo que ofrece el hotelVilla Krupp (Viale Matteotti, 12. Capri. Tlf. 00 39 081 837 03 62. www.villakrupp.com 140 euros la noche), una fonda regentada a la italiana, cargada de guiños kitsch y detalles femeninos. Poseedora de unas espectaculares vistas sobre el Mediterráneo, sus 12 habitaciones ofrecen armonía a precios asequibles.En la imágen, la Piazzeta en la ciudad medieval de Capri, con su pétrea belleza, que se convirtió en fuente de inspiración para escritores como Oscar Wilde y Graham Greene.
Oia
SantoriniMágica excursión por las islas griegasLa blanca belleza de Santorini atrapa a primera vista. A la isla se puede llegar por mar desde Atenas o por aire, volando directamente desde Madrid o Barcelona. Su forma de medialuna, culpa del estallido de un volcán allá por el año 1450 a.C., ha dejado en herencia curiosas playas de arena rojinegra, capaces de contrastar con el blanco de su horizonte arquitectónico. El intenso azul del Egeo pondrá la guinda a nuestra historia de amor con la isla.Nada más llegar al puerto de Skala Firá tendremos tres opciones para solventar los 270 metros que nos separan deFirá, la principal villa de Santorini: en funicular, andando o en burro, como manda la tradición. Tras esta exótica experiencia, lo mejor es saciar el apetito. La gastronomía de la isla, obsesionada por lo ecológico, es un placer permitido hasta por la dieta más estricta. Los amantes de la buena mesa podrán apreciar en sus productos el sabor único que otorga el cultivo en tierra volcánica. Las berenjenas blancas, los guisantes secos o el apoxti (una especie de jamón serrano) recuerdan a los sabores de otra época, cuando no se cultivaba en invernaderos. Precisamente ésta es la filosofía del restaurante Papagalos (www.papagalosrestaurant.com), de obligada visita. Considerado el mejor de la isla, lleva varios años reinventando sabiamente la cocina tradicional griega.No hay que irse sin bañarse en la playa Roja, lo más parecido a una experiencia onírica que se puede experimentar despierto.Tampoco podemos perdernos Imerovigli, a pocos kilómetros de Firá, un capricho de la naturaleza desde donde admirar el cráter de la caldera del antiguo volcán. Allí se encuentra el hotel preferido de la muchas celebrities que cada año escogen Santorini para reponer fuerzas:The Tsitouras Collection (Firostefani 84700. Santorini. Tlf. 00 30 228 602 37 47. www.tsitouras.gr), un hotel empeñado en convertir cada minuto de la estancia en un lujo y que es muy famoso por su colección de joyas y objetos de arte, todos a la venta. Imagine sin problemas cómo fueron los iniciales coqueteos de Santorini con el glamour más sofisticado.Si el cuerpo le pide algo más tranquilo, déjese seducir por la enigmática belleza delhotel Mystique (Oia 84702. Tlf. 00 30 228 607 11 14. www.mystique.gr. 510 euros la noche), un edificio singular cuyo estilo ha sido clasificado de Picapiedra chic. Sus 18 suites parecen estar excavadas en la roca y todas cuentan con vistas al mar. Su restaurante Charisma, sólo accesible para clientes del hotel, reinterpreta la cocina griega junto a la piscina panorámica, dejando que las sobremesas se alarguen y la placidez del momento eleve el espíritu de los comensales. El hotel está ubicado en Oia, un pueblo conocido por la belleza de sus atardeceres.En la imágen, Oia es un idílico pueblo de Santorini que es famoso por la belleza de sus atardeceres.
Kalkara
Dubrovnik
La ciudad de Bodrum
BodrumEl sabor de la Turquía más cosmopolitaEl puerto de Bodrum es uno de los mejor conservados del Mediterráneo y sin duda un punto de partida excelente para recorrer esta idílica costa. Podemos hacerlo en coche o alquilar una goleta. La empresa española Naviera Diamond (Tlf. 91 350 65 63) ofrece circuitos por 1.350 euros y permite viajes de placer desde un día de duración. El recorrido ofrece la posibilidad de ver innumerables lugares históricos, que a veces resultan sólo accesibles desde el mar.De vuelta al puerto repondremos fuerzas tomándonos un café en las terrazas de la playa de Kumbahçe. El más popular es el Karyon (frente al 127 de Cumhuriyet). Con el ánimo ya repuesto podremos visitar también el Teatro Romano y el Castillo de San Pedro y, después, las ruinas delmausoleo de Halicarnaso, una de las siete maravillas del mundo antiguo. Al caer la tarde, la corriente humana nos llevará al pequeño puerto de Tepecik, donde la noche y sus múltiples encantos nos empezarán a tentar.La oferta gastronómica de Bodrum es amplia y muy orientada hacia el turismo. Si lo que busca es algo más típicamente turco, opte por elrestaurante Han (Meyhane Sokak Orhan''s Place. Tlf. 00 90 252 313 91 15), pues ya sólo su localización merece la pena. Situado en una antigua posada de caravanas, ofrece deliciosa comida mediterránea y al caer la noche se convierte en un solicitado y animado bar de copas.Para compensar tanto ajetreo, elegimos el original hotel Atami (Cennet Koyu Cad., 48. Tlf. 00 90 252 357 74 16. www.atamihotel.com) para descansar. Este paraíso junto al mar cuida de sus huéspedes como si se tratara de amigos íntimos. Los dueños, un turco y una japonesa, trabajan a diario para que la ecléctica mezcla de sus costumbres convierta la visita en inolvidable. Ofrecen servicios de vela su embarcadero flotante es espectacular o cursos de meditación y artes florales. En el restaurante pida sushi y degústelo en su terraza panorámica.En la imágen, la ciudad de Bodrum, la antigua Halicarnaso, cuenta entre sus tesoros monumentales con un Teatro Romano y el Castillo de San Pedro.
Sorrento
Porto Cervo
Una boutique en Taormina
SicliaA la sombra del Etna por la costa esteLa Costa Este de Sicilia, dominada por la amenazadora silueta del Etna, el volcán en activo más grande de Europa, negocia desde hace siglos con su explosiva cólera. La mejor manera de recorrer la zona es alquilar un coche, teniendo muy presente siempre que su tráfico resulta caótico.Nuestra ruta comenzará en Catania, una elegante ciudad que invita a pasearla tranquilamente, dejándonos atrapar por la suntuosa belleza de las fachadas de sus palacetes barrocos, para siempre teñidos de negro por culpa del Etna. Es imprescindible que la tarde nos sorprenda en la plaza Bellini, poblada de terrazas y restaurantes.Otra visita básica es el impresionante Parque Natural del Etna. Puede recorrerse a pie en rutas de una o dos horas, o, si se prefiere, ascender hasta los mismos límites del cráter contratando los servicios de un guía. Desde allí nos encaminaremos a las adoquinadas calles de Taormina. El corso Umberto, la calle que cruza el casco antiguo de la ciudad, ofrece unos espectaculares miradores donde contemplar el Mediterráneo en todo su esplendor. Nos daremos un capricho en la tratoria Il Baccanale (Tlf. 00 39 0942 625 390), una rústica taberna frecuentada por los locales donde el pescado y el marisco seducen por su frescura y donde podremos probar la especialidad regional: el vino de almendras. La ciudad, suspendida en lo alto de una montaña a la que se accede por unas retorcidas callecitas, cuenta con una de las mejores playas de la isla: la de Giardini-Naxos. No muy lejos podemos visitar el impresionante Teatro Romano, uno de los mejor conservados del mundo.Más al sur, la fortificada Siracusa encandila al visitante con el aroma de sus guisos. En la península de Ortigia, su centro histórico, podremos hacer también una deliciosa parada y fonda frente al mar.Después llegaremos a Ragussa, más al sur, una coqueta ciudad barroca que debe su estilo a la explosión del Etna en 1693. En el exclusivo hotel Eremo della Giubiliana (C. da Giubiliana, S.P. per Marina di Ragusa, km. 7,5 Ragusa. Tlf. 00 34 902 430 310. www.eremodellagiubiliana.it Desde 200 euros la noche) podremos olvidarnos del ruido del mundo y desconectar a placer. Este convento medieval fue antaño casa de los misteriosos Caballeros de la Orden de Malta y todavía hoy conserva la sobria belleza de los lugares de culto.En la foto, vista de la isla Stromboli, al norte de Sicilia.
Formentera
Vistas en FormenteraNada como disfrutar de la vista de los 192 metros de altura de los acantilados del faro de Mola, un espacio natural privilegiado que corta la respiración y desde el que podremos empezar a degustar los 69 kilometros de playas de arena blanca que esperan a nuestros pies.
Comer en Menorca
Comer en MenorcaMime su paladar con una sabrosa caldereta de langosta en el restaurante Es Pla (Pasaje Es Pla, s/n, Tlf. 971 376 665), en la bahía de Fornells, un lujo gastronómico para los más exquisitos. Un extra: echar la siesta en la impresionante Macarella. Esta cala de agua turquesa y arena blanca protegida por un bosque de pinos nos hará soñar con el paraíso.
De cóctel en Mallorca
De cóctel en MallorcaTómese un cóctel en la exclusiva terraza del bistró Tristán (Puerto Punta Portals, s/n. Tlf. 971 675 547), en Puerto Portals. Orientada al sur y frecuentada por la jet set europea, es el mejor lugar para ver y ser visto. Un extra: su espacio chill out, una glamourosa manera de superar la resaca.
Atardecer en Jávea
Atardecer en JáveaDisfrute del atardecer en el pórtico del restaurante la Barraca (C/ Barraca, 100. Tlf. 965 770 919), en la playa del Portichol. Las maravillosas vistas de esta pequeña cala situada a la sombra de los soberbios acantilados del Cap Negre y lo recóndito de su ubicación la convierten en un apetecible secreto. Un extra: no se vaya sin probar sus deliciosas tellinas.En la foto, playa de la Barraca en Jávea.
Amanecer en Benidorm
Amanecer en BenidormDéjese acariciar por el amanecer en las playas de Levante y Poniente en invierno, es una experiencia única. Lejos del bullicioso verano, estas dos fantásticas playas en forma de medialuna ofrecen fuera de temporada un paseo acogedor y amable donde olvidar el estrés y la prisa.
La Costa Brava más bella
La Costa Brava más bellaDisfrute de una vista circular del horizonte en el cabo de Begur, uno de los puntos más bellos de la Costa Brava. La vista, que alcanza desde el cabo de Rosas hasta las sureñas playas de cap Rubí o Fonda, es impresionante. Un extra: darse un baño en la dorada playa de Isla Roja, una de las mejor conservadas de la zona.
Dormir en una masía
Dormir en una masíaDesconecte de todo en el hotel de la Malcontenta (Paraje de Torre Mirona. Platja de Castell, 12. www.lamalcontentahotel.com), una preciosa masía rehabilitada donde dejarnos mimar por dentro y por fuera. Un extra: visitar el cercano pueblecito de pescadores de Calella de Palafrugell, uno de los más pintorescos de la costa y sin duda de los menos masificados.
Un masaje relajante
Un masaje relajanteReciba un masaje relajante en el Spaciomm, el fantástico spa del hotel Omm de Barcelona (www.hotelomm.es), y redescubra la armonía en su vida. De paso puede alargar su estancia en el hotel y empaparse de auténtica vanguardia. Un extra: dejar que la puesta de sol nos sorprenda en su terraza con vistas a la Casa Milá.
Paseos y compras
Paseos y comprasDarle la bienvenida a la primavera en Mojácar (Almería) es una alegría para los sentidos. Mientras sus muchos chiringuitos playeros se desperezan, arriba, en lo alto del casco antiguo de este encantador pueblo blanco, el sol comienza a darle sentido a los meses de invierno. Pasearlo cuando todavía no hay hordas de turistas es una delicia. Un extra: bucear entre sus tiendas de artesanía en busca del capricho perfecto.
Atracar en Puerto Banús
Atracar en Puerto BanúsAlquilar un yate, un velero o un catamarán en Puerto Banús (www.puertojosebanus.es) permite ver una de las zonas más famosas de la Costa del Sol desde el punto de vista de los numerosos multimillonarios que la pueblan cada verano. Los hay para todos los bolsillos. Un extra: bajarse del yate al atardecer y dejar que todo el puerto se pregunte quiénes somos.