10 destinos cálidos (y 5 fríos) para Fin de Año
Seychelles
SeychellesCon unos benignos 28 grados y un seductor ramillete de más de cien islas cargadas de exotismo léase playas acariciadas por el Índico bajo una ristra de palmeras se dispone este archipiélago africano a recibir el nuevo año. La paz que le otorga su escasa población apenas unos ochenta mil habitantes no impide sin embargo una fiesta mágica: múltiples celebraciones a la orilla del mar y calles encendidas con luces de colores. Todo con ese toque criollo que caracteriza el lugar y que se extiende a su gastronomía, su tradición y su cultura.Por cuestiones prácticas, en Seychelles nadie se perderá la isla de Mahé, la más grande, donde se encuentra la capital, Victoria, protegida por un pico de mil metros. Tampoco Praslin, que, además de su coco de mer (una especie de semilla única que puede pesar 20 kilos), presume de albergar las mejores playas del mundo. Ni La Digue, famosa por sus formaciones rocosas. Aunque tal vez lo más aconsejable es perderse por sus islas menores. Quienes se embarquen, este Fin de Año, en el Costa NeoRomántica podrán descubrirlo. Porque este crucero llamado Océano Índico, Paraíso Marino tiene en Seychelles una de sus tentadoras escalas, además de Mauricio y Madagascar (14 días desde 1.219 euros).
Riviera Maya (México)
Riviera Maya (México) En las antípodas de la tradicional estampa navideña de nieve y chimenea se encuentra este enclave turístico de la península de Yucatán, famoso por extender, entre Cancún y Punta Allen, un deslumbrante litoral dibujado por arrecifes de coral, aguas de transparencia turquesa y blanquísimos arenales tan suaves como la harina. Pero también por concentrar, a veces sin demasiada mesura, algunos de los mejores hoteles de playa del mundo.Con tales ingredientes, un Fin de Año en estos parajes solo puede garantizar un sofisticado relax, con impagables chapuzones en ese Caribe que tiene su máxima expresión en los rincones más desconocidos: Akumal, Punta Maroma, Xpu-Ha... Pero no hay que olvidar que este lugar fue el epicentro de la cultura maya, cuyo rastro puede seguirse en ruinas como las de Tulum (Patrimonio de la Humanidad) o Cobá, cuyas pirámides cubiertas de jungla le otorgan un aspecto mágico.Si se pretende una Nochevieja incombustible, habrá que unirse a la marcha de Playa del Carmen, capital urbana de la Riviera, con su sucesión de bares, restaurantes y tequilerías. Para disfrutar al completo de la zona, Viajes El Corte Inglés tiene paquetes de siete noches, incluida la de Fin de Año, a partir de 1.863 euros por persona.
Samaná (República Dominicana)
Samaná (República Dominicana)Esta península del norte de Dominicana ofrece naturaleza, ritmo sabrosón y la cara menos explotada de la isla. Y eso que concentra todos sus puntos fuertes: vegetación tropical, pueblos pintorescos... y playas, un buen puñado de playas salvajes y solitarias, ideales para un tumbing paradisíaco. Las de Cosón, Frontón, Rincón o el idílico Cayo Levantado se cuentan entre las mejores. Pero también Samaná da para bonitas excursiones. Como la de salir al encuentro de las ballenas jorobadas que acuden a la bahía a buscar novio o visitar el Parque Nacional de los Haitises, una reserva de manglares colonizada por los pelícanos donde el silencio no da tregua. Tanto mejor. Porque después estallará la animación de la última noche del año en las coquetas villas pesqueras de Las Terrenas y Las Galeras. Y entonces la fiesta será colorida y ruidosa. Para descansar bien, lo mejor es alojarse en uno de los encantadores hoteles-boutique de la zona, como The Bannister o The Peninsula House. Viajes El Corte Inglés oferta una semana a Samaná en estas fechas a partir 2.700 euros.
Hawái
HawáiForma parte del imaginario colectivo la estampa de esas fiestas cargadas de sensualidad, con collares de flores y camisas estampadas en el marco de una playa de postal. Y así es la fiesta deFin de Año en Hawái. Todo un despliegue de ritmo y color, mientras se cena al aire libre un cerdo kalúa, asado en un horno bajo tierra. Lo llaman celebración al estilo aloha. El escenario tropical ya viene dado. Porque de esa combinación de arena dorada, mar cristalino y cocoteros que se balancean al compás de la brisa anda sobrado este archipiélago, que forma parte del grupo de islas más norteño de la Polinesia. Hawái es la más grande, un destino evocador que atrae por su Parque Nacional de los Volcanes, sus acantilados de la Costa Napali o la experiencia de bañarse con delfines en Hulopoe Bay. El surf es otro de sus grandes reclamos, especialmente en la costa norte: playas como Waimea Bay, Sunset Beach, Banzai Pipeline o Haleiwa se precian de tener las mejores olas del mundo.
Isla Mauricio
Isla Mauricio El hedonismo invade esta isla del Índico, que disfruta por estas fechas del mejor clima del año. Sus exquisitos resorts son en parte responsables, pero también su tamaño (igual al de Tenerife) invita a explorar sus tesoros a un saludable ritmo slow. Porque en este rincón sin prisas hay mucho por descubrir. Empezando por sus playas, más salvajes hacia el sur y más turísticas hacia el norte, donde la actividad estrella es nadar entre las ballenas. Hacia el interior aguardan sorpresas como las cascadas de Chamarel, el Troux aux Cerfs, un extinto volcán en cuyo entorno habitan simpáticos monos, y la bella rareza geológica de la Tierra de los Siete Colores.Despedir el año en Mauricio pasa por una lección de convivencia. Porque su población multiétnica (musulmanes, indios, chinos, africanos...), especialmente en Port Louis, pone la nota de color a una fiesta con muchos ritos. Nada que ver con la celebración occidental con reminiscencias de Ibiza que tiene lugar en Arena Private Club, la discoteca del irresistible pueblo costero de Flic-en-Flac.
Maldivas
Maldivas Difícil echar de menos la purpurina y los tacones cuando uno se halla inmerso entre exotismo tropical y naturaleza virgen. Nada más lejos de una fiesta multitudinaria ofrece este rincón soñado, considerado como el cielo en la tierra. A cambio, en estas 1.200 islas posadas sobre el Índico al sur de la India, el nuevo año llegará pintado de todos los matices de un azul salpicado de motas verdes. De una magnética visión de atolones donde el lujo, materializado en sus resorts, pasa por contemplar peces multicolores bajo el suelo acristalado o por recibir un masaje en un Spa submarino. Más allá de Male, la capital, los arrecifes permiten nadar con hasta 26 especies de tiburones. Pasear bajo las palmeras, visitar aldeas marineras o salir a pescar a bordo de un dodi (embarcación típica con la proa en forma de arco) completan la oferta.Con Catai, este capricho para Nochevieja, en un viaje de ocho días, cuesta desde 2.800 euros.
Islas Fiyi
Islas FiyiTal vez por ser el primer lugar del planeta en recibir el año nuevo, los habitantes de Fiyi se lo toman muy en serio. Tanto, que las celebraciones pueden durar más de una semana. Sus ingredientes: comida y bebida, cantos y baile del meke, su danza tradicional. Muchos viajeros se desplazan a esta otra parte del mundo para unirse a esta fiesta insólita y descubrir esta joya del Pacífico, perdida a más de dos mil kilómetros al norte de Nueva Zelanda. Una irresistible concentración de sol, playas y barreras de coral. Solo el nombre de sus islas ya remite a paraísos remotos. Mamanuca y Yasawas albergan las más diminutas, a veces compuestas en su totalidad por un sofisticado hotel de lujo. Pero antes habrá que llegar a Viti Levu, la ínsula principal, con capital en Suva, aunque el aeropuerto se halla en otra localidad. La arena blanca que las rodea y los atractivos marinos son la faceta más reconocible de este archipiélago de los Mares del Sur. Para disfrutarlo, Koro Sun Resort Forest Spa, donde la cena de Nochevieja se sirve con toques exóticos.
Costa Rica
Costa RicaSelvas y bosques nubosos, volcanes, manglares y playas abiertas a dos mares. Y una biodiversidad apabullante. Vivir unas fiestas a lo tico tiene todos estos componentes, con el sabroso añadido de que la Navidad, en Costa Rica, también se siente por el estómago: es tiempo de tamales y rompopes, cuyos aromas inundan las calles iluminadas de las ciudades. Pero es la naturaleza la que ocupa toda la atención en este amable país centroamericano, pequeño en extensión pero muy grande en belleza. Aquí se viene, por ejemplo, a practicar un inigualable birdwatching en la Reserva de Monteverde, o a navegar en kayak por el Parque de Tortuguero en busca de jaguares agazapados en la jungla, o a subir hasta el cráter del volcán Irazú, o a sumergirse en alguna cala solitaria del Parque Nacional Manuel Antonio.Eso si no se opta por un Fin de Año con adrenalina, como lanzarse en tirolina sobre el espesor de los bosques o deslizarse en rafting por sus caudalosos ríos. Kuoni tiene un paquete de 13 días/11 noches por las joyas del país, desde 1.785 euros.
Bahamas
BahamasSu carta de presentación, como sucursal del edén, es un laberinto de islas con playas despampanantes de aguas templadas. Así es este archipiélago del Caribe desplegado en forma de arco desde las costas de Florida. Un rincón codiciado en su día por piratas y bucaneros. Hoy a su costa se arriman cruceros y yates de lujo, atraídos por las compras en su capital. Porque Nassau, en Nueva Providencia, es toda un duty free. También el lugar idóneo para el Fin de Año: entre sus calles se celebra el Junkanoo, un colorido desfile con danzas de origen africano. Toda una ocasión para empaparse de fiesta y después saltar a Eleuthera a mitigar la resaca. En este conjunto de islas está una de las perlas de Bahamas: la Pink Sand Beach, con arena rosada por la sedimentación de los corales rojizos. Otras citas están en Abacos, la segunda isla mayor, flanqueada de cayos; o en la más turística Grand Bahama, donde su principal ciudad, Freeport, está plagada de casinos y de campos de golf.
Nueva York
No tan cálidos...Nueva YorkEncarna de tal manera los tópicos navideños que es la imagen por excelencia de estas fiestas. Frío hasta decir basta; una iluminación sin parangón y el omnipresente Santa Claus en los escaparates de la ciudad más consumista del mundo. Asistir a la caída del Ball Drop en Times Square se ha convertido en un hito. Pero hay una manera especial de hacerlo: desde la azotea del lujoso hotel The Knickerbocker, a 46 metros de altura, al calor de una fiesta exclusiva. Y es que esta vieja gloria de Manhattan, renovada a golpe de millones de dólares, ofrece un paquete VIP con aforo limitado: tres noches de alojamiento, cena de gala y brunch de año nuevo, al módico precio de 6.065 euros.
Las Vegas
No tan cálidos...Las VegasFrívola y estrambótica como ella misma, también así son sus muchas fiestas para celebrar el Año Nuevo. Siete casinos calientan motores mediante un despliegue de fuegos artificiales que congregan en plena calle a más de 300.000 almas. Luego, fiesta particular en el interior. La del Fremont Street promete conciertos en vivo a cargo de trece bandas, tributo a monstruos de la música (Rolling Stones, Led Zeppelin, AC/DC...) bajo unos juegos pirotécnicos virtuales y mucho, mucho bailoteo. Y bien barato: si se compran las entradas anticipadas, pueden salir por unos 35 euros.
Antártida
...y nada cálidosAntártida La idea de unas Navidades blancas no puede cobrar más sentido en este remoto rincón donde, a pesar de encontrarse en verano, el termómetro jamás sube de 0º. Es lo que tiene asentarse en el extremo sur del globo, allí donde la Tierra se muestra primigenia. Por eso, un Fin de Año en estos parajes estará marcado por la soledad y el silencio, por el hielo y la nieve, los glaciares azulados y los icebergs de formas alocadas. Qué mejor forma de vivirlo que en un crucero como el de Norwegian: 15 días a bordo con escala en Argentina, Ecuador, Chile, Malvinas y Antártida. Desde 1.339 euros.