Zahara de la Sierra: el destino gaditano ineludible para finales de octubre
Vive en todo su esplendor la “Toma de la villa” y vuelve al siglo XV

A pocos kilómetros de la célebre localidad gaditana de Setenil de las Bodegas, Zahara de la Sierra es uno de esos preciosos lugares que forman parte de la Ruta de los Pueblos Blancos.
Junto al enorme embalse de Zahara-el Gastor, este núcleo de población declarado Conjunto Histórico Artístico en 1983 y que forma parte de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España, muestra todo su valor como uno de los puntos estratégicos más importantes que tuvo el reino nazarí en época musulmana.

Precisamente de aquellos tiempos procede una celebración que se ha convertido en todo un reclamo turístico en Andalucía: la “Toma de la villa”. Una cita más que atractiva para el último tercio del mes de octubre.
Una impresionante atalaya en pleno Parque Natural de la Sierra de Grazalema
Nos ubicamos en el cuadrante nororiental de la provincia de Cádiz, donde el Parque Natural de la Sierra de Grazalema se reivindica como espacio dominante de todo este sector.
Situada sobre las pendientes templadas de la sierra del Jaral, la localidad de Zahara – como se conoce coloquialmente – conserva toda la esencia de su pasado andalusí.

Se tiene constancia de asentamientos en este punto desde tiempos inmemoriales, pero no es hasta 1282 cuando tenemos la primera referencia documental de la existencia de una villa en torno a una fortaleza defensiva.
Pasaría aún siglo y medio hasta que las tropas cristianas hicieran su primera incursión en la zona con la intención de tomarla, obteniendo con éxito esta importante plaza en la frontera con el reino nazarí, si bien en 1481 volvería a ser reconquistada. Un hecho clave en la historia, puesto que supuso el detonante para que los Reyes Católicos decidieran llevar a cabo un impulso definitivo de dominio en la península, que terminaría con la famosa Toma de Granada.

Fue así como, en 1483, Zahara capitularía en favor de Rodrigo Ponce de León, entregando la villa para nunca más volver a manos musulmanas.
De estos avatares de la historia ha heredado la población un entramado con claras raíces andalusíes, con callejas intrincadas que se adaptan como pueden al terreno en cuesta.

Perderse por Zahara de la Sierra supone un continuo despertar ante la blancura de las fachadas de las casas - adornadas en muchos casos con macetas pobladas de flores que sobresalen de los balcones – haciendo honor a la arquitectura popular serrana de Andalucía.
Los pueblos más bonitos de Asturias
Mientras, las fuentes hacen acto de presencia de manera inesperada al transitar por el pueblo, llevando el agua transparente de los regatos que bajan desde las partes más altas de la sierra. Fuentes que aparecen sorpresivamente, al igual que lo hacen ciertos rincones que se convierten en magníficos miradores hacia un entorno espléndido en el que sobresale el color azul del embalse de Zahara-el Gastor, omnipresente desde cualquier punto desde el que tendamos la vista.

Panorámicas en las que siempre ocupa un lugar central la villa medieval, con la Torre del Homenaje como mayor estandarte, visible desde kilómetros a la redonda, haciendo constar la importancia estratégica que tuvo hace siglos tanto para cristianos como para musulmanes.
Las murallas y el castillo, ambos del siglo XIII, la iglesia Mayor o la iglesia de Santa María de la Mesa, son las otras construcciones que destacan entre las casas como signo del patrimonio histórico de la localidad.

Un patrimonio del que sus habitantes se enorgullecen de igual forma que lo hacen de su “playita” – una extensa área recreativa junto al arroyo de los Molinos –, o del pinsapar que se conserva en su municipio, una joya natural que es una de las pocas manchas de bosque de este tipo existentes en Europa en estas latitudes, y que fue decisivo en la declaración de la Sierra de Grazalema como Reserva de la Biosfera de la Unesco.
Una festividad que se ha convertido en todo un evento
La festividad de los Patronos San Simón y San Judas en Zahara de la Sierra lleva mucho más aparejado que la celebración de la onomástica. Y es que durante estas fechas se conmemora el aniversario de la conquista de la villa por parte de las tropas cristianas, allá por los últimos días del mes de octubre de 1493.

Una conmemoración que consiste en una recreación histórica conocida por el nombre de “Toma de la Villa”, que se hace coincidir con el tercer fin de semana de octubre. Este año, la VII edición, que se llevará a cabo los días 21, 22 y 23 – dentro de un tramo más amplio que va del 20 al 28, en el que hay actividades -, seguirá demostrando, a quienes se quieran acercar a disfrutar de ella, que se trata de un evento digno de ver.
El acto central, que consiste en el traslado en procesión del pendón que ondeó, como signo de conquista, en lo alto de la Torre del Homenaje aquel día de la toma, se ve acompañado por las recreaciones teatrales de los distintos momentos históricos, en las que participan los mismos habitantes de Zahara de la Sierra.

Junto a todo ellos, se podrá disfrutar igualmente de concursos de pintura, poesía, fotografía, exposiciones, presentaciones literarias, pasacalles, conferencias, juegos tradicionales, danzas, talleres o actividades tan atrayentes como escaramuzas, disputas entre lavanderas, espectáculos de fuego o recreación de leyendas.
Además, el tradicional Mercado Medieval instalado a lo largo de diferentes vías y plazas públicas del casco histórico, ameniza el ambiente y convierte Zahara de la Sierra, durante estos días, en un lugar donde te puedes sentir viajando hacia el pasado.
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