Villabuena de Álava, el pueblo con más bodegas por habitante... ¡del mundo!
Empieza la temporada de vendimia y te proponemos visitar esta localidad de Rioja Alavesa, donde sus ciudadanos tienen bodegas para elegir...
296 personas censadas y 50 bodegas. Normal que con estos datos, Villabuena de Álava sea el municipio con más bodegas por habitante del mundo. Situado en la comarca de Rioja Alavesa, el cultivo de la vid es casi la única actividad a la que se dedican. Aprovechando que es tiempo de vendimia, vamos a conocer algo más sobre este paraíso vitivinícola.
Visitar su bodega también es una experiencia, dado que esta aprovecha un desnivel de 50 metros para utilizar la gravedad en la elaboración de sus vinos, dividiéndola en cinco alturas distintas.
La de Luis Cañas tiene impresionantes miradores a los viñedos como este:
Desde hace más de un siglo, la familia de Luis Cañas se dedica a la elaboración y venta de vinos jóvenes, que elaboran por el método de maceración carbónica (racimos enteros). En su día, estos se elaboraban en la Cueva de los Curas, antigua bodega excavada en la tierra y que aún hoy en día forma parte del paisaje de la zona.
Ya ha quedado claro a estas alturas que dejarse caer por alguna de las 50 bodegas de Villabuena es obligatorio (todas seguro que no da tiempo). Antes de la pandemia de COVID-19 se organizaban unas rutas por varias bodegas del pueblo desde el Hotel Viura. Sin embargo, actualmente este Villabuena Wine Tour está suspendido (esperan retomarlo en marzo de 2021), aunque sí hay otras actividades que están haciendo las bodegas del pueblo.
Y entre copa y copa de vino, se pueden visitar algunas de las casas señoriales de estilo renacentista y barroco en el centro de Villabuena de Álava. Por ejemplo, la Casa del Indiano, que es de estilo barroco del XVIII, o la del Marqués de Solana. Y a medio camino entre el gótico y el barroco, la iglesia de San Andrés.
No lejos de Villabuena, a unos 10 minutos, se encuentra la localidad de Samaniego y en ella, otra bodega digna de visitarse. En el caso de las Bodegas Baigorri, diseñadas por el arquitecto Iñaki Aspiazu. Este ha conseguido que su caja de cristal se integre perfectamente en su entorno. En esta bodega, utilizan la gravedad para garantizar que la uva llega entera a la fermentación desarrollando todo el proceso de manera vertical; es decir, todos los movimientos de la uva o del vino son por gravedad, evitando cualquier tipo de remonte mecánico.
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