Seis balnearios termales gratis que puedes visitar en España y que son verdaderas joyas naturales
Recorremos España en busca de manantiales y termas de uso público perfectas para combatir la llegada del frío.
Llegan las estaciones más ‘wellness’ del año... un momento en el que volvemos a poner el foco en nuestro bienestar interior, en sentirnos mejor y en volver a conectar con la naturaleza y con nosotros mismos. Porque nos encanta el verano, pero ADORAMOS el otoño y el invierno. Sobre todo porque es el momento ideal para volver a visitar los manantiales y las termas naturales que se encuentran repartidas por todo nuestro territorio.
Estas son beneficiosas por varias razones, como sus propiedades. Estas suelen contener minerales como calcio, magnesio, hierro o azufre, que tienen beneficios demostrados para la piel, los músculos y las articulaciones, ayudando a reducir la inflamación y aliviar los dolores musculares. Pero también porque son perfectos para aliviar el estrés, que ya se empieza a notar tras las ya lejanas vacaciones de verano. Y, sencillamente, porque no hay un plan mejor que una experiencia en un entorno natural en el que sentirnos calmados y revitalizados.
Recorremos unos cuantos lugares de España en los que podrás tener unas jornadas de relajación de una forma completamente gratuita. ¿Nos acompañas?
Termas de Muíño da Veiga, Ourense
Es uno de los lugares más bonitos de España para pasar un día en un entorno inigualable. Las Termas de Muíño da Veiga, además de ser gratuitas, son especiales por encontrarse a los pies de un antiguo molino en las faldas del río Miño.
Aquí nos encontramos con un espacio de baño al aire libre completamente restaurado que forma parte del Paseo Termal de la ciudad de Ourense. Además de las termas, de las que no querrás salir, el lugar está rodeado de una amplia zona verde recreativa que se funde con la vegetación del lugar.
Para los que no pueden vivir sin meterse en el agua... aquí encontraréis un total de 5 piscinas: una de 200 metros cuadrados, otra de 130 metros cuadrados y otras dos más pequeñas de 55 y 45 metros cuadrados. La quinta es un vaso de agua fría para los baños de contraste.
Baños romanos de la Hedionda, Málaga
Dicen que aquí el diablo exhaló su último aliento cuando fue expulsado por Santiago. Y esa es una de las leyendas que el imaginario popular ha guardado durante siglos para justificar el olor a azufre que surte de estas aguas. Pero no te dejes ahuyentar por el olor o por el nombre: pues estamos ante uno de los emplazamientos naturales más espectaculares de Málaga, declarado Bien de Interés Cultural.
Aquí el bañista se encontrará con unos baños sulfurosos ferruginosos, perfectos para encontrar el ‘wellness’ en un hermoso paraje que se ha sabido aprovechar desde los tiempos de los romanos. Un recinto que se compone de un manantial que surge en el mismo río Manilva y un edificio del baño con una sala abovedada y dos galerías cubiertas. Acceder al recinto es completamente gratuito, pero lo mejor es que reserves una plaza a través de su página web si no quieres quedarte a las puertas.
Pozas de Arnedillo, La Rioja
Las encontramos al margen del río Cidacos y son conocidas por tener unas aguas capaz de revitalizar nuestro cuerpo. Es por eso que sus aguas se han considerado de “caracter medicinal”, clasificadas como clorurado sódicas, sulfatado cálcicas, bromuradas, con iones de magnesio, hierro, silicio y rubidio e hipertermales. Hablando claro: son unas aguas en las que sus propiedades nos aportan al cuerpo determinados nutrientes que harán que te sientas 10 años más joven al salir de ellas.
Eso sí... solo son aptas para los que les guste el verdadero termalismo, pues estas aguas tienen una temperatura de emergencia de 52,5 grados que, por supuesto, va reduciéndose conforme llegan a las pozas. ¡Un planazo en La Rioja!
Piscinas naturales de la Fontcalda, Tarragona
Un balneario natural que ha sido catalogado como “uno de los más bonitos de España”. Y no es para menos, porque estas piscinas naturales conocidas como la Fuente de los Chorros, es un verdadero paraíso con aguas alimentadas por el río Canaletas. Este se cuela entre los estrechos de la roca creando saltos de agua y pozas que se pueden disfrutar a una temperatura de 28 grados centígrados.
No solo eso, pues el termalismo tiene un fin y es el de sentirnos mejor: sus aguas tienen propiedades curativas y están alimentadas naturalmente con cloruro y carbonato sódico, sulfato de magnesio y cloruro sódico. ¡Es el lugar perfecto para desconectar!
Termas de Alhama de Granada, Granada
Su nombre no es casualidad y viene de la palabra al-hama, “aguas calientes” en árabe. Un histórico lugar habitado desde el periodo neolítico. Y no es de extrañar, pues se ubica en un lugar con un buen clima y unas tierras fértiles, a los pies del río, que convierten a esta pequeña región en el rincón idóneo donde todos querríamos echar raíces.
Pero vayamos al grano: sus termas, ubicadas en plena naturaleza y que son disfrutables en cualquier época del año. ¿Su temperatura? La friolera (valga la ironía) de 47 grados centígrados que hacen de estas unas termas donde estar muy, pero que muy, calentitos. Sus aguas aportan múltiples beneficios medicinales y son aptas para el tratamiento de la artritis, el reuma o el estrés. O lo que nosotros llamamos un éxito rotundo.
Baños de Zújar, Granada
En Granada encontramos otro lugar perfecto para amantes del termalismo: los baños de Zújar, ubicados en el embalse de Negratín y con unas aguas que se pueden disfrutar a una temperatura media de 26 grados centígrados.
Sus aguas sulfurosas nacen, realmente, a una temperatura de 40 grados que se estabiliza en su recorrido, y están indicadas para la reducción del estrés, para matar gérmenes y virus y para aumentar la oxigenación del cuerpo. Vamos... una fantasía.
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