La ruta otoñal que no te puedes perder: por el Pirineo en modo eléctrico
Nos vamos de viaje para disfrutar del Pirineo aragonés de forma sostenible. Decimos adiós a las preocupaciones para cargar de energía el coche eléctrico porque en nuestro destino hay varios puntos de carga.
Solo hay que recargar las pilas de experiencias y emociones y disfrutar de pueblos de montaña con el encanto de su arquitectura tradicional, de una gastronomía ligada a la tierra, del románico más sobrio, de la hospitalidad de sus gentes y del espectáculo cromático que regala el otoño que pinta la naturaleza con tonos dorados, ocres, anaranjados, ambarinos, teja… La impresión es tan mágica y sorprendente como inolvidable.
Valle de Benasque
Es el valle central del Parque Natural Posets-Maladeta (Huesca) y presume de ser un destino de altura porque alberga más de 100 cumbres de más de 3.000 metros, pero, además, saca pecho porque aquí “habita” el Aneto, el techo de los Pirineos.
Antes de que el invierno cubra el paisaje con su manto inmaculado y la nieve virgen invite a practicar los deportes blancos nos dejamos seducir por el color, el olor y los sabores del otoño, el marco perfecto para un viaje de mil experiencias por el “Valle Escondido”. Benasque es una de las joyas de Huesca y el centro neurálgico de la zona. Hay muchas excusas para elegirlo como punto de partida de nuestro viaje, pero una de ellas es que aquí Iberdrola cuenta con cuatro cargadores eléctricos de uso público para llenar de energía verde nuestro vehículo. Fundado por los romanos, es el típico pueblo de montaña con calles adoquinadas serpenteantes y viviendas rústicas de piedra, forja y pizarra.
Con las pilas cargadas en todos los sentidos, iniciamos una ruta que nos conduce a Cerler, el pueblo más alto del Pirineo aragonés, famoso por su estación de esquí, pero también por su casco antiguo, la ruta de las tres cascadas o el mirador ubicado a tres kilómetros desde el que se contempla el paisaje a vista de pájaro y sientes que tienes todo el valle a tus pies. Aquí también hay puntos de carga para coches eléctricos.
La arquitectura tradicional se conserva casi intacta en muchos de los pueblos de la zona, como en Anciles. El tiempo se ha congelado en su precioso casco histórico, que es una postal de cuento con sus casas solariegas de piedra con tejados en escalera, enormes aleros tallados y precisos patios ajardinados. Hay unanimidad: es uno de los pueblos más bonitos de España.
De Benasque a Panticosa
Si no has podido cargar tu vehículo, no te preocupes porque en esta ruta hay electrolineras en Aínsa, Boltaña, Sabiñánigo, Biescas y Panticosa. Puedes repostar energía mientras disfrutas con calma de unos de los pueblos más bellos de Aragón, Aínsa, declarado Conjunto Histórico, y de las inmediaciones del impresionante valle del mismo nombre.
La villa histórica de Boltaña tiene un castillo, que está siempre vigilante desde la colina. Y entre Sabiñánigo y Biescas nos adentramos en la Ruta del Serrablo, un camino que nos guía para conocer 15 iglesias románicas. Estas joyas arquitectónicas de una sola nave con ábside y torres con campanario se esconden como tesoros entre los pintorescos pueblos que pueblan las orillas del río Gállego. El de Panticosa es famoso por su balneario decimonónico, pero también porque las antiguas escuelas del pueblo albergan el Centro de Interpretación de los Monumentos de los Glaciares Pirenaicos y en su exposición se explican los ocho macizos montañosos con los glaciares más al sur de Europa, la forma perfecta para decidir nuestra ruta senderista de alta montaña.
Parque Natural Posets-Maladeta
Benasque sigue siendo nuestra base y donde volvemos a cargar las baterías del vehículo antes de sumergirnos en la belleza otoñal entre montañas y bosques y junto a los lagos glaciares más cercanos. Hay alternativas para todos los gustos y formas físicas.
La ruta Forau de Aigualluts es apta para toda la familia y te lleva por parajes que dejan sin palabras siguiendo el cauce del río homónimo; la cascada es impresionante. En Aragón los lagos se llaman ibones y en este parque hay 95. Una ruta sencilla es la que tiene como destino en lago glaciar Villamuerta con postales inolvidables de los picos Aneto, el macizo de la Maladeta o el Perdiguero, pero los más experimentados no se perdonarán no llegar hasta el ibón de los Barrancos encajado entre montañas. Pero si lo que quieres es contemplar las cumbres desde el Aneto hasta el Posets sin esfuerzo, la mejor forma es en telesillas.
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