La ruta que te lleva sobre las aguas turquesas más bonitas de España
No hace falta irse al extranjero para disfrutar de paisajes absolutamente impresionantes como este en el interior de la península.
Pasear sobre aguas turquesas y transparentes, entre las paredes de enormes cañones y sobre pasarelas y caminos suspendidos en plena naturaleza. Cientos de pueblos españoles esconden entre sus fronteras algunas de esas rutas impresionantes que dejan con la boca abierta a cualquiera que las recorre. En mitad de Huesca -el mejor destino de aventura de Europa-se abre paso un pintoresco pueblo medieval -catalogado como uno de los más bonitos de España- en la comarca de Somontano de Barbastro: Alquézar.
No llegan a 400 las personas que habitan este pueblo de casas de piedra con una maravillosa Colegiata con una iglesia románica y un claustro gótico alzándose sobre el paisaje. Historia, cultura y naturaleza reinan en Alquézar, que conserva su patrimonio prácticamente intacto desde su fundación en la Edad Media. Patear sus calles empedradas es una experiencia de lujo, pero la gran joya de la corona es otra muy diferente, que se puede descubrir recorriendo la ruta del Cañón del Río Vero.
Durante unos tres kilómetros y alrededor de dos o tres horas, se puede admirar el majestuoso paisaje que ofrece la zona en un trayecto accesible para casi todo el mundo. Las pasarelas, aunque artificiales, conectan con el entorno, dibujando un sendero sobre el río Vero que deja a su paso unas vistas impresionantes. La roca, el agua y la huella de sus antiguos pobladores crean una experiencia única en un singular enclave natural en una de las zonas más bonitas de Aragón.
¿Cómo es la ruta?
El inicio de la ruta se encuentra en la Plaza Mayor del pueblo. Desde ahí hay que caminar por la calle que conduce a la Colegiata y bajar la rampa de piedra del primer desvío a la izquierda. Aquí se halla la indicación hacia las Pasarelas del Vero. Las primeras son de madera y descienden entre la Peña Castibián y los Muros de la Colegiata. A partir de este momento aparecen siete tramos de pasarelas para hacer más fácil el descenso hasta el mismo río.
Por el camino se puede disfrutar de algunas maravillas que deja la naturaleza como el Barranco de la Fuente, caracterizado por sus covachos y vegetación adaptada a la humedad de las gargantas; o la Cueva de Picamartillo, al margen izquierdo del Vero y frente a la desembocadura del Barranco. Río abajo nos toparemos con la vieja presa y, después, aparecerá un nuevo tramo de pasarelas -estas son metálicas- y la antigua central hidroeléctrica de Alquézar.
En este punto hay dos opciones a elegir: se puede regresar a la villa y seguir disfrutando de su belleza medieval o se puede continuar hacia el mirador sobre el río Vero desde el que contemplar unas de las vistas más espectaculares de Alquézar. Además, en menos de media hora en coche desde el pueblo se llega al Salto de Bierge, una piscina natural en el Parque Natural de Sierra y cañones de Guara, con unas de las aguas más cristalinas de la zona.
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