Ruta 99: 100 rincones de la Comunitat Valenciana que no te puedes perder

La Ruta 99 es una propuesta diferente al del turismo de sol y playa y plantea un viaje diferente en el que se combina la naturaleza, el descanso y el ocio, ya sea en familia, en pareja o con amigos y amigas, puesto que las posibilidades son infinitas.

La Ruta 99 está formada por 24 municipios de Castellón, Valencia y Alicante. Los pueblos del norte de la Comunitat Valenciana son Fuente la Reina, Fuentes de Ayódar, Herbers, Higueras, Matet, Palanques, Pavías, Sacañet, Torralba del Pinar, Torrechiva y sus frescas pozas, Vallat, Vallibona, Villamalur, Villanueva de Viver y Villores. Los pueblos que forman parte de esta ruta en la provincia de Valencia son Carrícola, Puebla de San Miguel y Sempere; y en la provincia de Alicante, los pueblos que integran la Ruta 99 son Benillup, Famorca, Benimassot o Tollos.

Esta ruta, que bebe del espíritu de la mítica ruta 66 de Estados Unidos, implica por sí misma reconocimiento y orgullo de la Comunitat Valenciana más singular, más asombrosa y más desconocida; es por ello que el sumergirse en ella supone no sólo una experiencia única, sino que implica atesorar un cúmulo de grandes recuerdos a través de los diversos recorridos que ofrece.

Descubre todos los municipios

Las formas de conocer y disfrutar de estos municipios son múltiples, ya sea con moto, bicicleta o a pie, recorriendo calles, disfrutando de senderos de montañas y bordear barrancos. El objetivo del aventurero que se lance a recorrer la Ruta 99 es conseguir el cuño que acredite la visita a todos los pueblos incluidos, para canjearlo después por la deseada acreditación digital. Este es uno de los principales alicientes de esta ruta como si fuera un peregrinaje; y esto no es casual, porque este entorno rural propicia la introspección y la sensación de calma y paz del visitante que desea alejarse del bullicio de las grandes urbes.

Esta iniciativa impulsada por la Generalitat Valenciana, dispone de una aplicación móvil propia que ya tiene registrados numerosos usuarios. Esta aplicación, permite conocer más información de los lugares que se visitan, interactuar con otros usuarios y acreditar virtualmente las visitas que se realizan.

Esta aplicación, que está preparada para dar servicio a todos los dispositivos, funciona sin necesidad de descargarla, a través de un registro personalizado, según los intereses del usuario.

Las visitas se pueden realizar en grupo o de forma individual y por cada etapa superada de la Ruta 99, se ofrecen diferentes recompensas simbólicas a los visitantes. Además en la página web (www.ruta99.gva.es), se puede encontrar un mapa en el que se ubican los 24 municipios incluidos, con su localización y coordenadas geográficas. En la web, se informa de que en cada uno de los municipios que se visite, es imprescindible dirigirse a los establecimientos seleccionados para realizar el chek in virtual u obtener el apreciado cuño en el “pasaporte”. Cuando el viajero complete la mitad de la ruta, es decir, doce municipios siempre que se incluyan localidades de los tres municipios, podrá acceder a un regalo de la Ruta 99.

Rincones con mucha historia

El éxito de la Ruta 99 reside en la riqueza del patrimonio natural, cultural, gastronómico y etnológico, que se va desgranando pueblo a pueblo de una manera gratificante y enriquecedora que cuenta con el compromiso de los alcaldes y alcaldesas de los municipios que han desarrollado un amplio catálogo de actividades para que el visitante no quede defraudado, entre las que se incluyen rutas de senderismo, muestras artesanales y /o alimentarias, establecimientos donde disfrutar de la auténtica cocina de la zona y talleres culturales.

Cada pueblo constituye un auténtico tesoro lleno de entresijos, y este Camino de Santiago a la valenciana ofrece la posibilidad de disfrútalos en plenitud.

A lo largo de la provincia de Castellón se puede descubrir la historia de las carboneras de Vallibona, el castillo del barón de Herbers, el Castell de Cabres, la ermita de San Cristóbal o la Puerta de entrada de la Tinença de Benifassà. Además, observar las pinturas rupestres descubiertas en 1988 en el Cingle y beber el agua fresca de la fuente de la Reina o recorrer Torrechiva con sus pozas del río Mijares, la Cueva de los Judíos y las 430 hectáreas del bosque de Vallat son sólo algunas sugerencias para el visitante curioso que quiere saber más de los pueblos del norte.

En la provincia de Valencia, entre muchas posibilidades se puede disfrutar de las vistas del mirador de Sempere y el trampantojo de su iglesia, o del Alto de las Barrancas de la Puebla de San Miguel, que constituye la cota más alta de la Comunitat Valenciana.

En Alicante, los más aventureros pueden recorrer las sierras de Benillup por el valle del Comtat o adentrarse hacia Tollos y atisbar, desde las alturas la belleza y magnitud del embalse de Guadalest; y por el camino asombrarse de las pinturas rupestres de Famorca y el reloj de su campanario. 

En definitiva, una ruta donde cada rincón cuenta una historia, la de sus gentes, la de la naturaleza que crece libre y la que escribe cada viajero que se pierde entre las ramas de los árboles, el ruido de los ríos o la originalidad de un caracol de metal al sol en Carrícola que brilla por la cantidad de visitantes que durante años han acariciado su caparazón, como en esos rituales que recorren el mundo y que con una caricia, garantizan que volverás.