El pueblo más pequeño de Ciudad Real: 54 habitantes, infinitos encantos
Este pueblo destacaba por sus espectaculares baños naturales y aguas termales que cayeron en desuso, pero todavía se puede disfrutar de la belleza de un paisaje único.
Ciudad Real es una de esas provincias casi olvidadas de nuestro país que cuando las descubres conoces sus infinitos encantos y quedas prendado de la belleza de sus paisajes, gastronomía y cultura. La despoblación también afecta gravemente a la provincia y muchos de sus pueblos han perdido población de una forma acelerada, pero pese a sus escasos habitantes, los pueblos de Ciudad Real no pierden su belleza.
Si pensamos en pueblos de esta provincia enseguida se nos vienen a la cabeza los más famosos, Almagro, Villanueva de los Infantes, Alcázar de San Juan o Viso del Marqués, pero Ciudad Real es mucho más que eso y hay un sinfín de pueblos maravillosos por descubrir y disfrutar. Algunos de ellos están prácticamente despoblados, pero todos tienen una historia que contar.
Existe un municipio muy especial escondido en el territorio de Ciudad Real que pese a sus escasos habitantes tiene un sinfín de encantos. Rodeado de un paisaje natural espectacular, con aguas termales y una rica historia, el pueblo con menos habitantes de la provincia merece una visita y es el destino perfecto para una escapada rural.
Un pueblo con mucha historia
Viajamos hasta Villar del Pozo, el pueblo con menos habitantes de Ciudad Real. La densidad de población de este pequeño municipio es de 4,11 habitantes por kilómetro cuadrado, que traducido en número son 54 personas las que viven allí. La media de edad es de 62 años, un hecho muy frecuente en los pueblos despoblados donde las personas mayores dominan la población.
Pero pese a sus escasos habitantes, Villar del Pozo tiene una historia muy interesante y un paraje natural espectacular. Los orígenes de este municipio se remontan a la Edad de Bronce de la cual hay hallazgos de asentamientos prehistóricos. Las investigaciones también han demostrado que la villa fue hogar de los romanos por lo que su historia es muy antigua.
Villar del Pozo recibe su nombre por una antigua tradición en la que los habitantes del lugar conseguían el agua de un pozo de la zona. Tras cientos de años de historia, el primer documento en el que aparece el municipio data de 1226 y posteriormente pasó por manos musulmanas. Sus escasos habitantes y su mala economía hicieron que este pueblo no obtuviera el título de villa hasta el siglo XVI.
Qué ver en Villar del Pozo
Como buen pueblo español uno de sus principales edificios históricos y de interés turístico es la iglesia. En Villar del Pozo encontrarás la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolidación que está ubicada en la plaza Martín Elizondo Recalde y cuyos orígenes se remontan a los años 60. Pero eso no es todo, también podrás disfrutar de la belleza de la ermita de Nuestra Señora de la Blanca desde la cual apreciar las vistas que le otorga su ubicación en un cerro.
Anteriormente hemos hablado de la existencia de aguas termales en el territorio de Villar del Pozo, y es que antiguamente hubo un gran balneario llamado los Hervideros de Nuestra Señora del Prado que atraía a cientos de turistas. Con el paso del tiempo, el manantial del cual salía el agua fue utilizado como piscina y en la actualidad está dentro de la Escuela Hogar por lo que ya no queda constancia de ese antiguo balneario.
Lo cierto es que Villar del Pozo contaba con baños minerales y aguas termales que con el paso del tiempo cayeron en desuso y terminaron por cerrarse, y con ellos la llegada de turismo. Lamentablemente esta es la realidad de muchos pueblos con encanto que un día recibieron a cientos de viajeros pero que poco a poco quedaron abandonados.
Las 54 personas que mantienen viva la esencia de Villar del Pozo bien merecen una visita. Además, el pueblo está ubicado muy cerca del aeropuerto de Ciudad Real por lo que no hay excusas para no descubrir todos los encantos del pueblo con menos habitantes de Ciudad Real que es toda una maravilla que hay que ver al menos una vez en la vida.
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