El pueblo más infravalorado de Barcelona esconde una de las cascadas más espectaculares de Cataluña
Se sitúa encima de un peñasco junto a un gran precipicio con vistas a los pantanos de Sau y Susqueda.
En España existen 8.132 municipios repartidos por las cincuenta provincias y las dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla. Y, como imaginara el viajero, los hay de todo tipo y condición. Grandes, diminutos (con 6 calles y 250 metros de punta a punta), con un encanto único de cuento Disney e, incluso, de lo más misteriosos. También los hay menospreciados. Y no porque no tengan infinitos encantos, sino porque el azar ha jugado en su contra. El mejor ejemplo lo tenemos en el pueblo más infravalorado de Barcelona, que esconde una de las cascadas más espectaculares de Cataluña.
Viajamos hasta Collsacabra, en la comarca barcelonesa de Osona, para descubrir un municipio en una ubicación única y sorprendente: encima de un peñasco y junto a un gran precipicio. Bienvenidos a Tavertet, un pueblo que habitan 126 vecinos y que puede presumir de tener una de las cascadas más espectaculares de Cataluña: la cascada fantasma del salto del molino Bernat.
La cascada fantasma de Tavertet
Dentro del término municipal de Tavertet podemos encontrar diferentes saltos de agua. Ahora bien, el que más llama la atención es el del molino Bernat. Por detrás del pueblo, en la confluencia entre el torrente de Gorgàs y el sot de Balà, encontramos esta espectacular cascada cuando las lluvias llenan la riera. Y es que, por eso, muchos lo consideran un salto de agua fantasma, ya que aparece y desaparece en función de la climatología.
El viajero que quiera descubrir esta maravilla de la naturaleza debe cruzar el puente del molino de Bernat, seguir por el camino de la orilla del río hasta coger un sendero que llega hasta este salto de agua. Otro de los atractivos de la excursión es el antiguo molino. También nos dejan sin palabras las vistas a los pantanos de Sau (con su ciudad sumergida) y Susqueda y, a lo lejos, las montañas del Montseny, que nos deleitan con un paisaje repleto de bosques mediterráneos.
Cascadas en Tavertet
Como hemos mencionado, la cascada del molino de Bernat es, quizá la más espectacular, pero también son imponentes otras como el salto de Sima, formado por los torrentes de la Avellanosa y del Bebedero, al pie de la masía de la Sima, con 200 metros de caída o el de Tirabous, que se puede rapelar en dos tramos de 50 metros cada uno.
Descubriendo Tavertet
En Tavertet las casas son casi todas de piedra, construidas con el tradicional estilo rural del centro de Cataluña y levantadas entre los siglos XVII y XIX. El núcleo urbano está declarado Bien de interés cultural por la Generalidad de Cataluña, pero, sin embargo, no es uno de los pueblos más visitados de Barcelona. ¿El motivo? Quizá su acceso y su situación puedan tener algo que ver, pero también la competencia de otros pueblos aledaños.
A tan solo 12 kilómetros del pueblo que posee una de las cascadas más espectaculares de Cataluña se encuentra Rupit y Pruit, que, con sus encantos, seduce a los viajeros que se animan a descubrir la comarca de Osona; de hecho, la Organización Mundial de Turismo lo ha catalogado como el mejor destino del mundo.
Volvemos a Tavertet para descubrir algunos de sus encantos, más allá de las vistas majestuosas que se contemplan en cada rincón del pueblo. Podemos maravillarnos con la iglesia románica de San Cristóbal, la ermita románica de San Miguel de Serrarols o la de San Bartolomé.
Cuenta también Tavertet con varias masías de interés y una importante comunidad budista que desarrolla retiros espirituales en Casa Virupa. Otros enclaves imprescindibles son el dolmen de San Cornelio o la cueva de bora oscura, un corredor de 100 metros con espectaculares estalactitas, situado en una propiedad privada.
Llega el momento de poner fin a este paseo por el pueblo más infravalorado de Barcelona, que esconde una de las cascadas más espectaculares de Cataluña en sus riscos. Esta formación rocosa conocida en todo el mundo nos muestra unas paredes que despegan 400 metros por encima del pantano de Sau y tienen una verticalidad de 200 metros. Una maravilla de la naturaleza no apta para los viajeros con vértigo.
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