Todos los encantos del pueblo más pequeño de España: 6 calles y 250 metros de punta a punta

Los pueblos pequeños nos descubren otra realidad de nuestro país. Son historias de aislamiento a causa de estar localizado en la profundidad de las montañas o en las partes más recónditas de la meseta central. Son la España deshabitada, la realidad que esconden los veranos en esos lugares que apenas cuentan con una tienda de ultramarinos y una farmacia. O son pequeños y punto, que también suelo pasar. Todos ellos con su propia historia, únicos y, en nuestra opinión, destacables. De hecho, desde hace tiempo venimos reciclándolos hasta crear un mapa con los pueblos más pequeños de España.

Pero, ni nada es absoluto ni para siempre. Hace un par de años, un nuevo estudio de los pueblos más pequeños de Valencia dio con una realidad muy curiosa: el pueblo más pequeño de España había cambiado. Un pequeño lugar escondido en la huerta valenciana, con apenas seis calles para transitarlo, que ha resultado ser incluso más pequeño de lo que se pensaba.

Siempre ha sido pequeño

El origen de este pueblo lo podemos encontrar en su nombre: lugar nuevo de la corona. Ese topónimo hace referencia a su origen de una residencia religiosa. En este caso, el núcleo urbano fue creado como filial del convento de la Corona de Jesús de Recoletos de San Francisco, fundado en 1676. Tras ser abandonado por los monjes, algunos labradores decidieron construir sus barracas alrededor de la construcción, que pasó a formar parte del término de Alfafar, en la comarca de la Huerta Sur. No fue hasta el siglo XIX que consiguieron segregar el núcleo para dar origen al pueblo, que quedó reducido a la iglesia y a algunas casas colindantes.

Y es que es uno de los pocos lugares que se tarda más en describirlos que en recorrerlos. Desde fuera, parece una calle más de la localidad de Sedaví -literalmente está uno enfrente del otro- y, de ir solo, jamás podrías saber que acabas de entrar en otro término municipal. Prácticamente en el corazón de Valencia, este lugar cuenta con 124 habitantes según el último censo y su tamaño es de 130 metros de ancho por 250 de largo. Es tan pequeño que la escasez de recursos materiales y personales, no cuentan con centros de atención, por lo que sus habitantes tienen que ir al pueblo dé al lado. O dicho de otra manera, a la calle de enfrente.

Su reciente título como el pueblo más pequeño era antes ostentado por la localidad de Emperador - también de Valencia, para variar- que lo ha mantenido hasta el año 2022. Fue en ese año cuando una revisión cartográfica de los municipios, llevada a cabo por el Instituto Cartográfico de Valencia (ICV) reajustó los límites, siendo Llocnou de la Corona el nuevo campeón con 0,0128 km², frente a los 0,0288 km² de Emperador.

Por poco que se destaque de su urbanismo, se podría decir que se ha cubierto por completo su oferta turística. Si la curiosidad te lleva a la entrada de este peculiar municipio, sus dos calles perpendiculares que atraviesan el pueblo constituyen un tour bastante completo. No te perderás, más por probabilidad que por otra cosa, la mayor y única atracción de este enclave: su iglesia. La Iglesia Parroquial de la Virgen del Rosario cuenta con más de un siglo de antigüedad, con una encantadora fachada de estilo neoclásico.

Pequeño, que no despoblado

Aunque se corone como el pueblo más pequeño, los habitantes de Llocnou se han quedado a las puertas de batir otro récord, el del pueblo con menos habitantes. De esta forma, el municipio no llega a ser el más despoblado de España, pese a su tamaño. Ni siquiera llega a ser el más pequeño de Valencia.

Ese honor lo tiene la localidad de Castell de Cabres, en Castellón, con solo 19 vecinos censados, que se reducen a 7 en los meses de invierno. Pero este grupo no llega ni a pisarle los talones al más pequeño de España, que se encuentra en Toledo. Illán de Vacas, dirigido por el alcalde Javier Bollaín Renilla, está habitado por él mismo y por sus dos primos, lo que, por otra parte, les hace merecedores de otro récord: un 100% de participación electoral.