De faro en faro: una ruta por los más emblemáticos de España
Una ruta por los 7 faros más emblemáticos del país que tienes que ver al menos una vez en la vida.
Los faros siempre han tenido un atractivo especial. Durante mucho tiempo han sido sinónimos de dirección, seguridad y estabilidad, una luz de guía para los navegantes y, de alguna forma, una metáfora de esperanza. Pareciera una exageración, pues realmente no son más que torres de señalización, pero hay que entender que muchos de ellos son la única referencia para un marino en la niebla, una promesa de pisar tierra y poder volver a casa.
España, siendo un país con gran tradición marinera y un litoral navegable por todo tipo de barcos, cuenta con un total de 191 faros operativos, según el Ministerio de Cultura y Deporte. Muchos de ellos son estructuras funcionales, simples, con un propósito, pero en algunas costas se encuentran verdaderas maravillas que merece la pena visitar. En esta lista viajaremos por puertos, peñones y acantilados de toda España para dar cuenta de los más emblemáticos del país.
Finisterre
Situado en el Cabo de Finisterre, en A Coruña, este faro fue edificado en el año 1853. Con una estructura hexagonal y 17 metros de altura, este faro no destaca precisamente por su belleza estructural, sino por la imagen que tiene el edificio en el último trozo de tierra español en el Atlántico.
La impresión que genera el cielo plomizo y la ocasional niebla del lugar da un aura de misticismo a este lugar que hace entender por qué los antiguos creían que este lugar se encontraba en el fin del mundo. Es recomendable verlo en el camino de los faros de la Costa de la Muerte.
Maspalomas
Este faro de la isla de Gran Canaria dio su primer destello luminoso en 1890 en la Punta de Maspalomas, donde se encarga de balizar para la navegación marítima las costas del sur de la isla. Cuenta con 60 metros de altura y una casa para el torrero adosada al edificio principal.
Su imponente figura y su accesivilidad, al encontrarse cercano a la playa de Maspalomas, lo hacen una atracción turística en si mismo, por lo que muchas personas deciden incluirlo en su itinerario por la isla. Hay que añadir que, dede el año 2005, esta estructura es considerado como Monumento Histórico y una parte de su interior está destinada a usos culturales.
Faro de Ribadeo
Construido en la parte más occidental de la Ria del Ribadeo en Lugo, este faro es responsable de una de las imágenes más impresionantes de la zona. Se inauguró el 30 de diciembre de 1859. Desde hace unos años, el edificio ha sido reconvertido en un hotel donde los viajeros pueden pasar la noche.
En el año 1993 la antigua casa del faro fué sustituida por una construcción cilíndrica de franjas blancas y negras, lo que permitió que el edificio original se reciclase como un hotel, con dos departamentos diferenciados para 4 personas cada uno.
Faro del Caballo
Situado en Cantabria, la torre dejó de ser utilizada como guía en el año 1993, pero su localización única al borde de un acantilado lo ha convertido en una atracción turística del lugar. A los pies del Monte Buciero, en la Bahía de Santoña, este faro activo en 1863 ofrece unas vistas increíbles del Cantábrico.
Para llegar hasta la torre, la única forma es un acceso por tierra, en una escalinata de 763 escalones para descender hasta el saliente. Si se tiene suerte y el mar lo permite, hay un acceso desde la costa donde se pueden atracar barcos que reduce considerablemente la distancia a 111 peldaños.
Faro de Punta Hidalgo
Como recién sacado de una película de ciencia ficción, esta torre se alza en la Punta del Hidalgo, en Tenerife. Diseñado por el ingeniero Ramino Rodríguez-Bolardo, la estructura geométrica pretende evocar las formas de la roca volcánica. Lo consiga o no, el resultado es un espectáculo que no pasa desapercibido.
Construido en 1994, este faro es el más moderno de la lista, elevándose 50 metros sobre el nivel del suelo, lo que supone que si se quieren apreciar las vistas del litoral rifeño, el viajero deberá prepararse para subir sus 246 escalones para llegar a lo más alto.
Faro de Cabo Villano
El primer faro eléctrico de España que hoy en día es considerado como un monumento natural. Se alza sobre un peñón de 125 metros de altitud sobre las costas del atlántico cuyo azúl oscuro contrasta con el marrón amarillento de las piedras con las que fue construido.
Este faro se encuentra en la ya mencionada Ruta de la Muerte, señalando uno de sus tramos más peligrosos pero también más espectaculares.
Torre de Hércules
Hemos dejado lo mejor para el final. Y si no el mejor, al menos el más antiguo de todos. Su construcción data entre los siglos I y II, durante la ocupación romana de la península, lo que lo conbierte en el faro en activo más antiguo del mundo. Y pese a su antiguedad, también es el tercer faro más alto del país, con 55 metros desde su base.
Cuenta la leyenda, que fué en ese mismo lugar donde Heracles enterró la cabeza del gigante Gerión como parte de sus 12 tareas impuestas por el Oráculo de Delfos. Sin duda, una parada obligatoria para los que quieran hacer el recorrido de hércules por la geografía española En el año 2009 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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