La Alhambra valenciana: un tesoro que debes conocer
En el municipio valenciano de Anna encontramos esta joya declarada como Bien de Interés Cultural desde 2001.
A los pies de la Sierra de Enguera y muy cerca del río Júcar aparece ante nosotros Anna, un coqueto municipio que alberga la que muchos viajeros conocen como ‘La Alhambra valenciana’. Situada en el Paseo de la Alameda, esta joya sorprende a los viajeros que se deciden a visitarla sin saber muy bien los tesoros que acoge en su interior y sin buscar miradores desde los que poder admirarla (como en Granada). Bienvenidos al Palacio de los Condes de Cervellón.
Construido en el siglo XVII sobre los restos de una antigua fortaleza árabe, este castillo palacio ha sido remodelado a lo largo del tiempo, preservando elementos originales que recuerdan su pasado islámico y nos hacen viajar hasta la mismísima Alhambra. Cuenta con mosaicos geométricos, arcos de herradura y fuentes que nos trasladan a Granada. De hecho, uno de los rincones más destacados del palacio es su sala árabe, cuyo diseño y ornamentación recuerdan a los legendarios palacios nazaríes.
Influencia andalusí
La influencia andalusí es innegable. Los patios interiores, rodeados de galerías decoradas con cerámica vidriada y mármoles, nos sumergen un ambiente místico y sereno donde la luz y el agua juegan un papel fundamental.
Sin embargo, el Palacio de los Condes de Cervellón no es una simple réplica de La Alhambra. A pesar de sus claras influencias árabes, también alberga elementos barrocos que son característicos de la época en que los Condes de Cervellón tomaron posesión de la propiedad. Estos detalles se pueden ver en la decoración de las habitaciones nobles y en las capillas del palacio, donde el estilo cristiano añade un contraste interesante al estilo musulmán.
El palacio ofrece a los viajeros la oportunidad de explorar varias salas decoradas con gran detalle. La de los escudos, por ejemplo, muestra los blasones de las familias nobles que han vivido en el palacio, y refleja su evolución a través del tiempo. La árabe, por su parte, es un punto de referencia indispensable. Aquí, los azulejos pintados a mano, las columnas y los techos artesonados recuerdan la presencia islámica en la península ibérica.
El Palacio de los Condes de Cervellón, a pesar de sus semejanzas con La Alhambra, es un lugar mucho más tranquilo, ideal para quienes buscan una experiencia más íntima. Sus reducidas dimensiones permiten a los visitantes explorar cada rincón sin prisa, disfrutando de cada detalle arquitectónico y decorativo. El precio de la visita también es un punto a su favor, puesto que mientras en La Alhambra hay que pagar en torno a los 18 €, en su versión valenciana la entrada cuesta tan solo 4 €.
El municipio de Anna es también un destino perfecto para aquellos que desean combinar cultura y naturaleza. Rodeado de rutas de senderismo y cascadas, este pequeño pueblo ofrece un entorno perfecto para desconectar del estrés cotidiano. Después de visitar el palacio, muchos viajeros optan por explorar la Albufera de Anna, un lago de aguas cristalinas que ofrece la oportunidad de disfrutar de actividades al aire libre, como el piragüismo o un simple paseo por sus orillas.
En definitiva, el Palacio de los Condes de Cervellón es un destino que no debe pasarse por alto. Su mezcla de influencias árabes y barrocas, sumada a su semejanza con la majestuosa Alhambra, lo convierte en una visita imprescindible para cualquier viajero interesado en la historia y la arquitectura.
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