El pueblo más bonito al que viajar en octubre está en Austria

Perdido en los Alpes, es uno de los pueblos que todo viajero debería visitar una vez en la vida.

Uno de los pueblos más bonitos del mundo, perfecto para visitar en octubre.
Uno de los pueblos más bonitos del mundo, perfecto para visitar en octubre. / Istock / SCStock

Hallstatt, ubicado en un rincón de los Alpes austriacos, junto al lago Hallstättersee, es el destino perfecto para una escapada otoñal. Con sus características casas de madera decoradas con flores y su aire nostálgico, parece sacado de un cuento de la mejor literatura. Octubre es el momento ideal para acercarse, ya que la afluencia de turistas disminuye, permitiendo disfrutar de la paz y la belleza natural del lugar. La gama de colores otoñales que envuelven el pueblo —tonos dorados, naranjas y rojos— transforma los alrededores en un paisaje impresionante que contrasta maravillosamente con las aguas cristalinas del lago.

Desde cualquier lugar es bonito

Desde cualquier lugar es bonito

/ Istock / serts

El entorno de Hallstatt es ideal para todos: aventureros y lo contrario, los que buscan recorrer montañas y caminar hasta la extenuación y también para los que quieren descansar frente a una cristalera con vistas a las montañas más altas de Europa, y leer un libro y cubrirse con una manta.

Un viaje por la historia

Hallstatt no solo es conocido por su belleza, sino también por su rica historia. Se trata de uno de los asentamientos habitados más antiguos de Europa, con vestigios que remontan a la Edad de Hierro, cuando estaba habitado por los celtas. La mina de sal de Hallstatt (Salzwelten), con más de 7.000 años de explotación, es un sitio emblemático. Los visitantes pueden adentrarse en las galerías subterráneas, descubrir el “Hombre de Sal” —un cuerpo sorprendentemente bien conservado que data de 1000 a. C.— y explorar un museo dedicado a esta tradición minera milenaria.

Y por la naturaleza

La prosperidad del pueblo ha estado ligada a la explotación de las minas de sal, lo que impulsó su crecimiento en la época medieval. Esta riqueza permitió el desarrollo de un sistema de transporte de salmuera hacia Ebensee en el siglo XVI, aún en uso hoy en día. Además, hasta finales del siglo XIX, la única manera de acceder a Hallstatt era por barco o a través de estrechos caminos montañosos, lo que añade un aire de aislamiento y autenticidad al lugar.

Y la icónica plaza

Y la icónica plaza

/ Istock / thanyarat07

Un paseo por la plaza principal, el Marktplatz, es otro de los placeres que ofrece Hallstatt. Sus fachadas cubiertas de enredaderas y flores, junto a una elegante fuente central, hacen de este rincón un escenario perfecto para relajarse y absorber la tranquilidad del entorno.

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