Los 15 lugares más divertidos y peligrosos

El turismo activo es una experiencia muy demandada por los viajeros. Pero hay otro turismo superactivo reservado para quienes de verdad desean experimentar sensaciones únicas que hagan subir vertiginosamente la adrenalina. La emoción está garantizada en estas propuestas.

Los 15 lugares más divertidos y peligrosos
Los 15 lugares más divertidos y peligrosos

Bañarse en las Cataratas Victoria

Cerca de la isla de Livingstone hay una piscina natural que está justo encima de las cataratas. Los lugareños la llaman Devil''s pool (la piscina del diablo), y es frecuentada por intrépidos turistas, familias incluidas, que se asoman a una caída de 107 metros. Si se supera el miedo, la vista es inmejorable. Sólo es posible bañarse en ella entre los meses de septiembre y diciembre.

Ráfting por el Zambeze

Después de asomarse a las cataratas, se puede practicar el ráfting para no profesionales más impactante del mundo. Antes de abordar el primer rápido se tiene la última vista de las Victoria, y luego vienen 18 rápidos que se suceden a lo largo de 24 kilómetros de un cañón.

Dar de comer a los tiburones en Palaos

Palaos es un país compuesto por cerca de 340 islas en el Mar de Filipinas del Océano Pacífico. Tiene numerosos punto de buceo, el más famoso es Blue Corner. Varias empresas realizan cursos para buceadores. Los mejores alumnos obtienen un diploma y como premio les enseñan a dar de comer a los tiburones: hay que quedarse quieto y esperar a que vengan a comer de la mano.

Nadar con lobos marinos en baja california

Baja California es una península desértica de 1.800 kilómetros de largo rodeada por dos mares, el Océano Pacífico y el Mar de Cortes. Los fondos marinos de Baja California, y en concreto los de la bahía de La Paz y las islas cercanas, están considerados como unos de los más ricos en biodiversidad del planeta. Uno de los mayores atractivos de Baja California es visitar la isla de Espíritu Santo, ubicada a dos horas de navegación desde La Paz. Aquí vive una colonia de unos 300 lobos o leones marinos, en la parte llamada Arco de la lobera, en una área protegida. Es posible acercarse hasta ellos nadando, siempre y cuando no se les moleste y no se suba a la isla.

Safari de osos polares en las Svalbard

En las islas noruegas de las Svalbard viven 1.800 habitantes y 3.400 osos polares. Al desembarcar, algunos letreros advierten sobre la presencia cercana a los pueblos de estos grandes mamíferos, que pueden medir más de 2,5 metros y pesar más de media tonelada. Una experiencia única es hacer un safari en moto de nieve para verlos. Los guías van fuertemente armados, por si acaso.

Ver grizzlies en Alaska

El Parque Nacional de Katmai, con una superficie de 20.000 kilómetros cuadrados, alberga 2.000 ejemplares de grizzlies, subespecie del oso pardo. En verano es buena época para ir a pescar salmones al río McNeil, y ver cómo a unos pocos pasos los grandes plantígrados vienen a por su parte de pesca. Quedarse quieto es una opción...

Pasear con leones en Zimbabwe

Caminar con tres leones un centenar de metros, en un bosque de acacias al que llega el sonido de las cataratas, es una experiencia que sólo es posible realizar en Masuwe, a diez minutos en automóvil del pueblo de Victoria Falls. Son leones criados en cautividad que luego se adaptarán a la vida salvaje.

Montar en un Mig ruso

Los cazas rusos que rompían la barrera del sonido durante la guerra fría están ahora a disposición de los viajeros que superen un riguroso chequeo médico. Luego, los que aprueben, vuelan durante 30 minutos en un MIG-29, MIG-25 o SU-27. Pueden elegir trayectos a baja altura, a nivel estático, supersónicos o con maniobras avanzadas. La agencia Politours organiza estos viajes desde España, con estancia en Moscú.

Conducir un tanque en Alemania

Una diversión especial para amantes de la ingeniería militar: un paseo de 30 minutos en un tanque de combate BMP1 o BMP2 de 300 caballos de potencia acompañado por un instructor. Un recorrido lleno de acción. Se realiza en Mahlwinkel y se requieren ciertas condiciones físicas y saber inglés o alemán. Unos 160 euros por persona.

Experimentar la gravedad cero en un avión

Un avión comercial sube hasta 7.000 metros, luego hasta más de 10.000 y apaga los motores... Durante la parábola de caída los viajeros experimentan durante unos 30 segundos la misma sensación de ingravidez que los astronautas. Se arrancan los motores otra vez a 7.000 metros, se vuelve a situación de gravedad (la cabina va acolchada) y a por la siguiente parábola.

El puenting más alto del mundo

Adrenalina en estado puro y un gran desafío individual. Desde el puente sobre el río Bloukrans, cerca de la bahía de Plettenberg, en Suráfrica, se practica el puenting más alto del mundo. El puente mide 216 metros de alto y está catalogado como el más alto por el Libro Guinness de los Récords.

Coger la mítica ola de surf de Tahití

En agosto, Tahití se convertirá en el centro del surf mundial con la celebración de la Billabong Pro Tahití, una de las competiciones más renombradas del circuito internacional. Los mejores surfistas del mundo acuden para coger olas de más de seis metros (a veces llegan a los diez) en enclaves como Teahupoo, al sur de la isla, un sitio de culto por la perfección y la fuerza de sus olas, y donde los corales son verdaderas cuchillas a ras de agua.

Subir por el puente de Sidney

Construido en 1932, fue en su momento el puente metálico de mayor arco construido en el mundo. Se puede escalar en visita guiada hasta los 134 metros de altura. Lo mejor es reservar para hacerlo al atardecer.

Bucear a por cangrejos chatka en Kirkenes

En Kirkenes, en la Laponia noruega, puede contratarse una curiosa aventura para capturar a los llamados cangrejos chatka o cangrejos reales, que llegan a pesar hasta 15 kilos. Los participantes son trasladados en zodiac hasta una zona marina donde abundan estos crustáceos, que son una codiciada delicia gastronómica. Los más valientes y menos frioleros pueden sumergirse con su traje de neopreno en las gélidas aguas árticas para atrapar a su presa.

Tirarse al vacío desde 4.500 metros de altura en tándem con un monitor, experimentar 60 segundos de caída libre, alcanzar 200 km/h y abrir el paracaídas. Se llama skydiving (algo así como bucear por el cielo), y se practica en Wanaka, cerca de Queenstown. Cuesta 130 euros.

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