Liubliana: una ciudad de cuento de hadas (y dragones) en el corazón de Europa
Una preciosa ciudad que revela toda su belleza durante los meses de otoño.
Entre los Alpes Julianos y el mar Adriático aparece ante el viajero un paisaje que parece sacado de una postal. Una ciudad de cuento de hadas perfecta para aquellos viajeros que disfrutan del slow travel y aman estar en contacto con la naturaleza. Un enclave perfecto que demuestra que la convivencia entre ciclistas, viandantes y vehículos a motor es posible, puesto que es una urbe amable con las dos ruedas. Bienvenidos a Liubliana, capital de Eslovenia.
En muchas ocasiones, los viajeros olvidan auténticas joyas cuando se trata de buscar un destino europeo. Ciudades como París, Roma, Berlín o Londres son las grandes favoritas y se nos olvida que hay enclaves que son una auténtica fantasía. Es el caso de Liubliana, con su aire encantador, un casco antiguo que parece sacado de un libro de cuentos y una interesante agenda cultural, es la urbe perfecta para los viajeros que buscan una experiencia mágica. Liubliana sorprende a quienes la visitan por primera vez y se convierte rápidamente en uno de esos destinos a los que uno sueña con volver.
El dragón de Liubliana: símbolo legendario
Al entrar en la ciudad, el símbolo más reconocido de Liubliana da la bienvenida al explorador: el imponente dragón que se alza en el puente de los Dragones. Cuenta la leyenda que este animal fue vencido por el héroe griego Jasón (sí, el de los Argonautas) en su búsqueda del vellocino de oro, pero hoy es el protector de la ciudad y uno de sus emblemas más queridos.
En el casco antiguo de Liubliana el tiempo parece haberse detenido. La influencia arquitectónica de los Habsburgo y el famoso arquitecto esloveno Jože Plečnik imprimen a la ciudad una elegancia clásica y singular. Podemos arrancar nuestra visita en la plaza Prešeren, centro neurálgico de la ciudad. Allí se levanta la estatua del poeta France Prešeren, figura clave para el pueblo esloveno. Desde allí el conocido como Triple Puente conecta el casco antiguo con la parte moderna de la ciudad, creando una imagen única y de lo más instagrameable.
El castillo de Liubliana: otro ‘place to be’
Como en cualquier cuento de hadas, en Liubliana también hay un castillo situado en lo alto de una colina ofreciendo unas vistas panorámicas impresionantes. Hasta allí puede llegar el viajero caminando, en bicicleta o a través de un funicular que te lleva hasta la cima. El castillo alberga exposiciones interactivas, eventos culturales y hasta un restaurante donde disfrutar de una cena con vistas mágicas. Puedes descubrir su propuesta gastronómica aquí.
La capital de Eslovenia también es un tesoro para los amantes de los museos, ya que cuenta con algunos de gran interés, como el Museo Nacional de Eslovenia o el Museo de Arte Moderno. El primero alberga una gran colección de artefactos que abarcan desde la prehistoria hasta la Edad Media, incluyendo una de las flautas más antiguas del mundo, mientras que el segundo ofrece una excelente visión de la evolución del arte contemporáneo esloveno. También resulta de lo más recomendable una visita a Metelkova, centro cultural alternativo ubicado en un antiguo cuartel militar. Con coloridos murales que nos dan la bienvenida, nos encontramos en el epicentro de la cultura underground de la ciudad. Este espacio autogestionado (al estilo de Christiana, el barrio autogobernado de Dinamarca) alberga galerías, bares y clubes nocturnos que lo convierten en un sitio imprescindible.
Liubliana: Capital Verde Europea en 2016
Los amantes del cicloturismo y la naturaleza tienen en Liubiliana su edén particular. No en vano, en 2016 fue nombrada como la Capital Verde de Europa, un reconocimiento bien merecido (y que este año disfrutan en Valencia) gracias a su compromiso con el medio ambiente y su notable cantidad de espacios verdes. El parque Tivoli constituye el pulmón verde de la ciudad, gracias a sus amplios jardines, fuentes y senderos que lo convierten en un lugar perfecto para un paseo o una tarde de pícnic.
El río Ljubljanica también forma parte del encanto de esta ciudad de cuento de hadas. En sus orillas, el viajero descubrirá pequeños cafés y restaurantes que invitan a sentarse y disfrutar de la vista y los preciosos colores otoñales que tiñen Liubliana. Otro plan perfecto para descubrir esta joya escondida en el corazón de Europa es hacer un crucero en barco, ya que nos permitirá apreciar la arquitectura y los puentes de la ciudad desde otra perspectiva.
Otros encantos de Liubliana
Liubliana es también una ciudad con una intensa vida cultural. A los museos se suman a lo largo de todo el año numerosos festivales de música, cine y arte. También resulta interesante descubrir su vida nocturna, que abarca desde algunos bares situados en las terrazas del río hasta clubes en edificios históricos.
Y no podemos dejar de degustar la gastronomía eslovena en nuestro viaje, ya que constituye una deliciosa mezcla de influencias mediterráneas, alpinas y balcánicas. Muy recomendable acercarse hasta el mercado central, diseñado por Plečnik, puesto que es el mejor lugar para probar productos frescos y locales. Imprescindibles resultan platos tradicionales como el kranjska klobasa (salchicha de Carniola) o los famosos pasteles de crema kremna rezina.
En definitiva, Liubliana te invita a soñar despierto. Una ciudad de cuento de hadas (y dragones) en el corazón de Europa que está esperando ser descubierta. Además, te permitirá disfrutar a tope sin necesidad de afrontar un gran dispendio económico, puesto que sus precios (al igual que estas otras ciudades europeas) son de los más ajustados.
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