Karnataka: la India (aún desconocida) que soñaste

Abrazado por la hippie Goa y los trópicos del sur, el estado indio de Karnataka se consolida como uno de los lugares más completos a la hora de disfrutar de templos centenarios, ciudades perfumadas de incienso o cafetales inmensos.

VirupakshaTemple, Hampi
VirupakshaTemple, Hampi / Karnatakatourism

Si alguna vez viste El libro de la selva de Disney, recordarás el famoso palacio del rey Louie en el que Mowgli fue tentado a confesar el secreto del fuego. Un escenario que, trasladado al mundo actual, encuentra su mejor espejo en el conjunto arquitectónico de Hampi, joya del imperio vijayanagara que en el siglo XIV abarcó todo el sur de la India además de ser uno de los escenarios de la famosa epopeya india Ramayana.

VirupakshaTemple, Hampi
VirupakshaTemple, Hampi / Karnatakatourism

La ciudad histórica, formada por diferentes complejos que abarcan desde las ruinas del Palacio Real a los establos de los elefantes, no se agota en sus extramuros, reservando un mosaico único de esculturas, grabados, bajorrelieves y lingams tallados en las rocas. Un complejo de ensueño con templos que invitan a un interior donde uno percibe los susurros de otro tiempo, silbando entre las columnas labradas.

Temple Tank
Temple Tank / Karnatakatourism

Al visitar Hampi por primera vez y cruzar los rosados arcos que invitan al interior, uno ya percibe los susurros de otro tiempo colándose entre las enormes naves. Entre los templos de Krishna o Vishnu, el famoso pozo escalonado (o baori) de Pishkarini que antaño acogía espectáculo flotantes o, especialmente, el Vittala Temple, cuya famosa escultura conocida como El Carro se ha convertido en la imagen que mejor vende Hampi al mundo.

Porque si bien Hampi nos traslada al esplendor del siglo XIV, la ciudad de Bangalore no se marcha del XXI con sus jardines botánicos, centros comerciales o los neones que caracterizan al conocido como Silicon Valley indio. Una visita a enlazar con la más tradicional Mysore, la colorida “ciudad de los palacios” cuya artesanía en torno al incienso la convierten en una capital única donde anualmente se celebra el Dushera, uno de los mayores festivales de India.

Badami
Badami / Karnatakatourism

Y es que visitar Karnataka supone adentrarse en un estado que no deja indiferente a ningún tipo de visitante: ni a aquel enamorado de la cultura o los templos, ni a quien llega a este lugar de la India buscando animales y plantas de todas las formas y colores.

Para ejemplo, el naranja de los tigres de Bengala que salpican el Parque Nacional de Bandipur, donde conviven hasta más de 10 mil ejemplares de diferentes especies en un escenario digno de Kipling.

O los contrastes salpicados por el agua que lanzan los elefantes del Parque de Nagarhole, uno de los más espectaculares de toda la India y umbral a esa ecosistema único que conforman los llamados Ghats occidentales.

Nagarhole
Nagarhole / Wikipedia

Pero es al final, mientras te acercas hacia el sudoeste, cuando descubres que todos los matices anteriores eclosionan en Chikmagalur (o Coorg), lugar de miradores que alcanzan las nubes y cascadas mejores que los de tu fondo de pantalla. Pura paz que se extiende hasta el famoso templo de Veerabhadra o el gran secreto de esta tierra noble: las plantaciones donde se cultiva el mejor café de India y que envuelve deliciosos alojamientos donde perderse del mundo. Un lugar cuya guinda la aporta el segundo mayor asentamiento tibetano de India, en torno a Namdroling Temple. A partir de aquí, y tras una taza de café humeante preparada al estilo Kodava, la India que soñaste se bifurca en otras paletas: en los verdes del sur superlativo o el azul de las playas a las que invita un combinado India Maldivas. La mejor forma de complementar cualquier aventura en un país, India donde caben muchos, muchos mundos.

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