La Habana, 500 años de historia y eterna belleza

La capital cubana, donde el pasado ha dejado una huella profunda y visible, celebra sus 500 años de historia mirando al futuro. Regresamos para celebrarlo a esta ciudad eternamente hermosa a su desgastada manera. Paseamos por sus calles añejas, sus vibrantes plazas y los lugares que la literatura, la leyenda y la historia convirtieron en míticos.

Plaza de la Catedral de La Habana

La Catedral de la Habana, construida en 1748.

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La Habana es única e incomparable. Diferente a cualquier otro lugar. Oficialmente declarada por la Fundación NEW SEVEN WONDERS como una de las siete ciudades maravillas del planeta es un lugar alegre y fascinante. Nadie escapa al impacto que supone poner un pie en la isla y nadie regresa indiferente. Por la belleza de su arquitectura, por la exuberancia de su naturaleza y por la caótica mezcla de razas, culturas y religiones que fueron llegando e imprimieron su huella en la tierra y en la gente. El cubano, lo apreciará en seguida el visitante, es imaginativo, alegre, desprejuiciado con la sonrisa a flor de labios. Pero también hay dos cosas que esta ciudad no es: nunca aburrida y jamás silenciosa. El bolero, la salsa, el son y el chachachá acompañan el recorrido por sus calles y el paseo junto al Malecón, abigarrado de vida, con la mirada puesta en esas fachadas antaño señoriales y que aún siguen en pie, quejumbrosas y dignas, con las capas de piel exhibiendo los zarpazos del tiempo.

El Templete, Plaza de Armas de La Habana

El Templete, en la Plaza de Armas de La Habana.

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El embrión de la ciudad late en la Habana Vieja, uno de los conjuntos coloniales más grandes de América Latina, declarada Patrimonio de La Humanidad por la UNESCO en 1982 por sus valores históricos culturales y arquitectónicos. Aquí se escribieron las primeras líneas de su historia. Concretamente en la Plaza de Armas, flanqueada por bellísimos palacios como el de los Capitanes Generales que hoy alberga el Museo de la Ciudad. En esta misma plaza está el Templete, pequeña capilla neoclásica donde se celebró la misa inaugural y se organizó el primer cabildo tras su fundación. La historia de La Habana reconoce como fecha de fundación el 16 de noviembre de 1519, cuando el conquistador español Diego Velázquez ―en nombre de los reyes de España― estableció su tercer y definitivo asentamiento, el actual.

Castillo del Morro de La Habana

Castillo de los Tres Reyes o Castillo del Morro.

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Aunque dejarse llevar sin brújula es la mejor manera de conocer una ciudad que ha hecho de la improvisación un arte, conviene encaminar los pasos hacia la Plaza Vieja, con sus galerías y arcadas coloridas, recorrer la calle Obispo repleta de galerías de arte, tiendas, bares y paladares, en la que se ubica el célebre Floridita y llegar hasta la Plaza de la Catedral, circundada de edificios del siglo XVIII, entre los que destaca la fachada barroca del templo. La Habana resurgió en varias ocasiones de los escombros y cenizas a los que la reducían de cuando en cuando los piratas y corsarios franceses durante la primera mitad del siglo XVI, por lo que la Corona Española decidió que se construyeran defensas militares a la entrada de la bahía y en sitios estratégicos y lograron hacer de ella la ciudad mejor defendida del Nuevo Mundo. Frente a la Bahía se alza la Fortaleza de San Salvador de la Punta y, justo en el lado opuesto, a la entrada del puerto, el Castillo de los Tres Reyes del Morro y la Fortaleza de San Carlos y San Severino de la Cabaña. Más al este se encuentra el Castillo de la Real Fuerza, la fortaleza más antigua de Cuba, coronado por La Giraldilla, uno de los símbolos de la ciudad.

Panorámica de La Habana
Panorámica de La Habana / Cubatravel

Aunque en La Habana los márgenes se difuminan, el Paseo del Prado (oficialmente llamado de Martí), que arranca en el Malecón, marca el tránsito de la zona más vetusta a la más moderna a través del barrio de Centro Habana. Con el Capitolio (construido en 1929 a imitación del de Washington con su bella escalinata de entrada) convertido en majestuoso icono, este es el distrito donde se condensa la vida local más auténtica. Las hileras de casas modernistas siguen siendo bellas a pesar de sus 500 cumpleaños, los “almendrones” (los coches reliquia de los años 50) y el perfume de los puros hablan del esplendor y la elegancia de épocas pasadas y también de la actual, porque hay mucho que ver en esta parte de la ciudad: el Barrio Chino, la Real Fábrica de Tabacos Partagás, el Gran Teatro de de La Habana que porta orgulloso el nombre de Alicia Alonso, la bailarina que llevó el nombre de Cuba y su maestría en la danza por todo el mundo. Ricamente ornamentado con una abigarrada mezcla de neobarroco, neoclásico y rococó, es uno de los edificios más refinados y espectaculares de la ciudad.

Capitolio de La Habana

El Capitolio se construyó en 1929 a imagen del de Washington.

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Más allá está El Vedado, el elegante barrio que floreció a finales del siglo XIX para acoger a la alta sociedad cubana, con sus numerosas quintas y palacetes en los que el estilo colonial convive con el art-decó y el art-nouveau. Uno de los puntos clave de esta parte de la Habana, por su fuerza simbólica, es la Plaza de la Revolución y tampoco hay que dejar de visitar la monumental Universidad, una de las más antiguas de América. Aquí se encuentran también hoteles emblemáticos como el Hotel Nacional y el Habana Libre y es el epicentro de la música en vivo y la vida nocturna, otro de los grandes atractivos de la capital de Cuba. La calle 23 es el alma de la animación donde se concentra buen número de clubes y espectáculos donde es fácil que nos sorprenda el amanecer entre notas de jazz y de cabaret. El más célebre es el de Tropicana, en Marianao, fundado hace 75 años y considerado un paraíso bajo las estrellas.

En La Habana la vida transcurre en torno a monumentos y atractivos históricos de incalculable valor, entre música, tradición, naturaleza tropical, mojitos y una gastronomía que es el resultado de la mezcla de tradiciones españolas, africanas, aborígenes y hasta asiáticas. Y, además, las temperaturas, que oscilan permanentemente entre los 20.0 °C y 29.8 °C son perfectas para recorrerla a pie en cualquier estación. No hacen falta excusas para visitarla y disfrutarla en cualquier momento del año, pero para quien la necesite, tal vez es buena idea hacer coincidir el viaje con alguno de los eventos de primer nivel que tienen lugar en La Habana, como el famoso Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano, el Festival Internacional de Ballet de La Habana, la Feria Internacional del Libro y la Literatura. Si hay un lugar que ha sabido hacer del disfrute, la cultura y la belleza su “leit motiv” ese lugar es La Habana.

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