Pilat, la duna más alta de Europa (tanto, que tendrás que subirla por una escalera)

Nada más y nada menos que 105 metros de altura, 500 metros de ancho y 2.700 metros de largo. Esas son las medidas de este escenario natural que todo el mundo debería visitar al menos una vez en la vida. Y los viajeros lo saben, ya que, al año, lo visitan más de un millón y medio de personas. La Duna de Pilat está situada en el suroeste de Francia, en el término municipal de La Teste-de-Buch. Exactamente a la entrada de la bahía de Arcachón, a 70 kilómetros al suroeste de Burdeos, y visible desde Cap-Ferrat.

La formación de estas dunas tiene su historia detrás. Cuenta la leyenda que la culpa la tiene el colapso de un banco de arena oceánica, en el siglo XVIII, en esta zona del litoral de Aquitania. Antiguamente, a esta costa se le conocía como Costa de Plata, con más de 1.500 dunas. En los siguientes años, el viento y el hombre, que ha luchado contra la invasión arenosa desde entonces, hicieron el resto y así nació el Bosque de las Landas. Ya a mediados del siglo XIX, la duna medía unos 35 metros y ahora llega a los 105 metros.

A lo más alto de la duna se puede acceder mediante una escalera industrial, ya cubierta por arena, o a pie al natural, para los más valientes.

Las cifras no se quedan ahí. La arena ocupa un volumen de más de 60 millones de metros cúbicos y casi tres kilómetros de costa. Además, invade hasta 500 metros de bosque del Parque Natural de las Landas de Gascuña, avanzando anualmente entre tres y cuatro metros, según las mediciones que se realizaron en la década de 1960.

La Duna de Pilat, considerado de valor excepcional, es protegido por el Estado francés mediante diferentes medidas de preservación. A partir de 1943, las medidas se extendieron al bosque que lo rodeaba, siendo el conjunto declarado Grand Site National en 1978. Se trata del centro de atracción turística más destacado de la región Aquitania.

Cómo llegar

Visitar la Duna de Pilat es gratuito aunque hay un cargo por el estacionamiento. Se puede ir durante todo el año y no existen horarios. Tampoco hay senderos “oficiales” para seguir, cada persona traza el suyo propio.

En cuanto al aparcamiento, los primeros 30 minutos son gratis. Y a partir del minuto 31 pasas a pagar directamente dos horas de estacionamiento (4€). Otra opción es pagar por cuatro horas (6€). Hay un aparcamiento para los visitantes, que está junto a la rotonda cerca de la duna. También pueden estacionar autocares y hay espacio para 950 coches. Desde este aparcamiento tienes acceso a la escalera que se instala de abril a noviembre.

En temporada alta, es decir, estos meses de verano hay una gran afluencia de turistas. Como consecuencia, pueden formarse atascos y las dunas se llenan pero, aun así, merece vivir esta experiencia única que jamás olvidarás.