El destino nacional perfecto para septiembre: rincones únicos, paisajes bonitos y gastronomía de infarto
Esta ciudad manchega no es una de las primeras opciones durante julio y agosto, pero a partir de septiembre se revaloriza como un lugar monumental lleno de rincones únicos, gastronomía y parajes impresionantes capaces de quitar el sueño.
Con el fin del verano, se deja atrás una época de bañadores, toallas y chiringuitos estivales. Se dejan de lado los viajes a islas cercanas y los alquileres de barcos por horas. En definitiva, se dejan atrás las playas, pero no los viajes y con el cambio de estación viene un cambio en los destinos y unas nuevas exigencias al momento de elegir un lugar donde pasar las próximas vacaciones.
Con esas exigencias, Cuenca se pone en relieve como un destino ideal para la víspera del otoño. Con sus 53.500 habitantes, se destaca por ser un destino tranquilo pero lleno de rincones sorprendentes. En sus alrededores se podrán visitar sus increíbles parajes naturales, o descubrir su mundo rural, para lo que ya hicimos una guía con los 5 pueblos que debes visitar para decir que conoces Cuenca.
Un casco antiguo hechizante
Dentro de la ciudad, es un largo tramo de escaleras lo que separa el centro histórico con el resto del municipio. Cuenca fue fundada en el siglo VIII durante el califato musulmán y los vaivenes del tiempo hizo que el que fue un importante centro de la industria textil decayese con los años. Por suerte hoy en día es mejor conocida por su acogida al turismo, en parte gracias a que su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1966.
Dentro de la ciudad, la continuación de monumentos, uno detrás de otro hace que parezca mentira no tener tiempo de verlo todo en un lugar tan pequeño. Entre estos destacan la Catedral de Santa María y San Julián, fundada en el año 1257, convirtiéndose en la primera catedral gótica de Castilla junto con la de Ávila, otro lugar con lugares imperdibles.
También, en una visita a la ciudad, es imprescindible cruzar el Puente de San Pablo que cruza el río Huécar, desde donde disfrutarás de una vista inmejorable de las Casas Colgadas, que para muchos es el espectáculo visual más impactante de toda la ciudad. En ellas se ubica el museo de arte abstracto español y desde el año 2016 son consideradas un Bien de Interés Cultural bajo la categoría de monumento.
La recomendación principal, sin embargo, es que no te lances directamente a los monumentos principales nada más llegar a este lugar. Lo mejor al subir la escalinata es darte un paseo por sus calles. Cruza la vía de Alfonso VIII y descubre sus casas de colores. Toma el café en su irregular plaza mayor y llega desde allí al castillo por San Pedro. De esta forma te darás cuenta de qué cuenca es una de esas ciudades que merece la pena conocerse poco a poco.
Sin fin de actividades al aire libre
Como uno de esos destinos a los que merece la pena dedicarle varios días, la provincia de Cuenca tiene un buen puñado de sorpresas en su serranía encantada. En ella destaca por encima del resto una visita a la Ciudad Encantada, en el que las enormes rocas de origen calizo se presentan con formas imposibles, en especial para su tamaño, haciendo de este paseo natural una visita apta para mayores y pequeños.
Otras actividades por las que es conocido el lugar es sobre todo el senderismo, descender el río Kayak y la escalada en roca. Todas estas actividades pueden hacerse a lo largo del río Huécar, en el que se organizan también buceo y otros deportes acuáticos. Sea como sea, Cuenca ofrece, en su pequeña extensión, un sinfín de actividades de las que disfrutar de tus escapadas más allá del verano.
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