La Comunidad Valenciana... desde el mar

El turismo nacional gana enteros para este verano. Y ¿qué mejor que redescubrir nuestro propio país con planes diferentes? El principal objetivo de los españoles para este verano será recuperar el tiempo perdido con unas vacaciones estimulantes. Y la Comunidad Valenciana es perfecta para ello. Según el portal Weekendesk.es, especializado en escapadas temáticas, la región ya acumula el 22% de las reservas para el periodo estival.

Conocemos sus pueblos con encanto, como Altea o Bocairent, su maravillosa gastronomía con acento propio, su historia, su patrimonio cultural... Pero, ¿conocemos bien el gran azul que la rodea? Tal es la importancia del turismo náutico de la comunidad, que el verano pasado se lanzó un microsite dedicado esta temática. Más de 20.000 amarres, 50 puertos y 30 destinos especializados en todo tipo de actividades acuáticas y todos los atractivos naturales de la costa valenciana, que incluyen desde reservas marinas, hasta un archipiélago volcánico.

Hay más. Una antigua isla de piratas, cuevas excavadas en acantilados, un fondo marino para practicar snorkel y buceo y nada menos que 600 kilómetros de costa donde vivir un verano infinito desde el mar.

Tabarca, la única isla habitada de la Comunidad Valenciana

Arrancamos nuestro periplo por aguas valencianas en el sur, en la provincia de Alicante y lo hacemos concretamente en Santa Pola. Desde su puerto deportivo, conocido como la Marina Miramar, decenas de empresas fletan las tabarquera, los barcos que parten hacia la isla para, en apenas media hora, conectarte con un lugar donde el tiempo parece haberse detenido.

Tabarca todavía conserva ese encanto de las cosas de antaño. Antiguo hogar de piratas berberiscos, fue repoblada de genoveses, de ahí que muchos todavía conserven apellidos italianos. El plan perfecto para una visita de día, pasa por disfrutar de sus playas de agua transparente, donde practicar snorkel, recorrer sus apenas 2 kilómetros de longitud desde el faro, hasta la torre de San José y degustar alguna de las especialidades de la isla, como el caldero tabarquino, elaborado con pescado y arroz, que sirven en muchos de los restaurantes de la isla.

Deportes acuáticos: diversión non stop

El placer de navegar o recorrer la costa a bordo de un kayak, pero también la adrenalina de nuevas opciones como el jetsurf o una moto de agua. Todo se puede hacer en las costas valencianas. Por ejemplo, en la Marina de Dénia opera Base Charter Marina Dénia, la unión de dos empresas que ha llevado más allá el sector del alquiler de embarcaciones.

¿El plan? Disponer de un barco tanto a vela como a motor, para llevarlo tú mismo o con la ayuda de un patrón y navegar. Una de las rutas más apetecibles es la Reserva Marina del Cabo de San Antonio, hasta llegar a la costa de Jávea, donde fondear en calas de difícil acceso de otra forma, como cala Sardinera, cala Blanca o Portixol. Además, ofrecen la posibilidad de servir a bordo comida de restaurantes de la propia marina como Republic.

¿Cómo suena ir en kayak hasta la isla de L'Olla? Partiendo de Marina Portosenso, la empresa Algar Tours organiza excursiones en kayak, que permiten, durante unas 3 horas de duración, descubrir formaciones geológicas como la playa Fósil o el cabo de Cap Negret, llegando hasta la pequeña isla de L'Olla, frente a Altea. En noches de luna llena, planifican esta actividad llevando cena y navegando hasta el islote con nada más que la luz de la luna alumbrando el camino.

Los amantes del surf tienen también una cita en las playas valencianas. Concretamente la escuela de deportes acuáticos Ocean Republik, situada en la Marina de Valencia, ofrece cursos de surf, windsurf y kitesurf, además del novedoso wing foil, una modalidad que consiste en el manejo de un ala que no está sujeta a la tabla. Si buscas algo más tranquilo, pero igualmente estimulante, puedes apuntarte a sus clases de paddle surf o trabajar el equilibrio con una clase de sup yoga sobre la tabla. ¡Y todo ello solo por citar algunos!

Un archipiélago volcánico: las Islas Columbretes

En el norte de la comunidad, la Costa Azahar recorre la provincia de Castellón y la sombra del legado histórico como el castillo del Papa Luna en lo alto de Peñíscola, la vida discurre tranquila junto al mar. A dos horas del puerto de Castellón se levanta la reserva natural de las islas Columbretes un paraíso de naturaleza salvaje. Se trata de un archipiélago de origen volcánico, con cuatro islas, pero solo una de ellas visitable, la Illa Grossa.