Rediseñar la ciudad actual, eliminando los coches y las calles. ¿Suena a ciencia ficción? Pues sí.
Así se presenta The Line, la nueva estrategia de urbanización que va a ponerse en marcha en Arabia Saudí. De hecho, el gobierno saudí ya ha aportado 500.000 millones de dólares al plan junto a otros inversores locales e internacionales y el príncipe heredero Mohamed bin Salmán presentaba detalles del proyecto hace unos días en televisión.

Las pretensiones de The Line son altas: quieren que se llegue a todos los sitios simplemente caminando cinco minutos, gracias a que el espacio urbano será abierto y tranquilo. Pero, claro, para conseguirlo, hay que enterrar todo lo demás. Y decimos enterrar literalmente, ya que las infraestructuras y servicios básicos (el transporte de alta velocidad, los suministros, las comunicaciones digitales y la logística) funcionarán a través de capas invisibles bajo tierra.

Es decir, habrá tres niveles: el de la calle para los peatones, uno inferior donde irán las infraestructuras y un carril más abajo por el que circularán los coches y trenes. Las carreteras tradicionales que suele haber en las ciudades se sustituirán por plazas y bulevares llenos de parques y espacios verdes.

Una línea recta conectará los diferentes módulos de la ciudad por debajo. Dichos módulos se extenderán a lo largo de 170 kilómetros en la zona llamada NEOM, en la región de Tabuk, que une la costa del Mar Rojo con las montañas y los valles altos del noroeste de Arabia Saudí. Se prevé que el 40 % de la población mundial pueda llegar en menos de cuatro horas de vuelo a esta intersección del mundo, en la frontera entre Egipto, Israel y Jordania.

Y decimos que las pretensiones son altas porque esta megaobra se espera que esté terminada para 2025. Las obras comenzarán previsiblemente este año.

The Line tiene previsto albergar a más de un millón de personas de todo el mundo y se trata de un proyecto que busca utilizar energías 100 % renovables (solar, eólica y generada por hidrógeno) e incorporar la inteligencia artificial y la robótica para dar respuesta a las necesidades que surjan entre sus ciudadanos.

Respecto a los espacios naturales en los que estará colocada esta nueva ciudad, se busca no alterarlos ni dañarlos, sino que entren a formar parte de la vida en la metrópoli y su intención es preservar el 95 % de la áreas naturales de la zona, entre las que hay costa, desiertos y montañas. Eso permitirá una restauración de la relación entre el ser humano y la naturaleza.
