La ciudad de cuento de Europa perfecta para una escapada

Los lectores y viajeros que hayan crecido escuchando cuentos clásicos sabrán de qué destino hablamos si hacemos referencia a aquella historia de los hermanos Grimm en la que un burro, un perro, un gato y un gallo deciden buscar una nueva vida cuando sus dueños deciden sacrificarlos y huyen desde la Baja Sajonia en busca de un futuro mejor. Sí, hablamos del cuento de ‘Los músicos de Bremen’ y, como no podía ser de otra manera, hoy descubrimos esta ciudad de cuento que da nombre a una de las fábulas más reconocidas de todos los tiempos.

Llegar a Bremen desde España no es camino fácil, como tampoco lo fue para los animales músicos que nos van a acompañar en todo este recorrido, pero aun así, se puede llegar en apenas unas horas. Eso sí, no hay vuelo directo desde Madrid y el explorador deberá hacer escala en alguna ciudad alemana antes de llegar a destino.

Una vez llegados a esta ciudad situada en el norte de Alemania y rodeada del estado de Baja Sajonia, el viajero se sentirá protagonista de un cuento, ya que Bremen es una ciudad coqueta y tremendamente accesible. Se puede llegar a cada rincón de la ciudad en tranvía o, en los meses en los que el frío clima da una tregua, en bicicleta.

Arquitectura medieval y renacentista en Bremen

Con una historia que se remonta a más de mil años atrás, Bremen es un tesoro de arquitectura medieval y renacentista. Su casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un laberinto de calles empedradas y plazas encantadoras, dominadas por imponentes edificios históricos.

Antes de empezar a descubrir esta ciudad de cuento, el viajero debe saber que se trata de un enclave portuario de gran importancia y, además, cuenta con empresas del mundo del automovilismo (sí, Mercedes-Benz tienen una fábrica que se puede visitar y es un sueño para los amantes de los coches y la velocidad), de la electrónica, el acero, así como de construcción naval y espacial.

Y, ahora, sí, vamos a descubrir Bremen y arrancamos el recorrido en el Ayuntamiento, una obra maestra de la arquitectura gótica y renacentista. Construido en el siglo XV, este majestuoso edificio alberga una rica colección de arte y objetos históricos, y hay que detenerse a contemplar la detallada decoración escultural de la fachada. Además, en las inmediaciones encontramos la famosa escultura de los músicos de Bremen.

Justo al lado del Ayuntamiento se encuentra la Estatua de Rolando (comandante que murió en la batalla de Roncesvalles a manos de los vascones), un símbolo de la libertad y la autonomía de la ciudad. Muy cerca de allí, la Catedral de San Pedro, ofrece una ventana al pasado religioso de Bremen.

Cultura y tradición en Bremen

Bremen es una ciudad en la que se respira un ambiente cultural en cada esquina. Desde sus numerosos museos y galerías de arte hasta sus teatros y salas de conciertos, hay algo para satisfacer todo tipo de gustos. Y es que el legado musical del cuento de los hermanos Grimm está muy presente gracias a la gran cantidad de festivales que tienen lugar a lo largo de todo el año.

El Kunsthalle Bremen es uno de los museos imprescindibles de la ciudad, con una impresionante colección de arte europeo que abarca desde el Renacimiento hasta la actualidad. Los amantes de la historia pueden decantarse por una visita al Museo Histórico, que ofrece exposiciones sobre la historia y la evolución de la ciudad a lo largo de los siglos.

La música, como hemos dicho, también ocupa un lugar central en la escena cultural de Bremen. Su Filarmónica es una de las principales orquestas de Alemania, y su sede, la Sala de Conciertos Glocke, es un lugar imprescindible donde los exploradores pueden disfrutar de maravillosas actuaciones en un entorno único.

Naturaleza y parques para perderse

A pesar de ser una ciudad bulliciosa, Bremen también cuenta con muchos enclaves para disfrutar de la naturaleza y el aire libre. El parque Bürger, en el centro de la ciudad, es un auténtico pulmón verde gracias a sus prados, lagos y senderos para caminar y andar en bicicleta.

Si se prefiere disfrutar de la naturaleza fuera del casco urbano, hay que visitar el Parque Natural Blockland, un área de humedales y bosques en el que se pueden observar una gran variedad de aves en su hábitat natural.

Y no podemos visitar Bremen e irnos sin probar alguna de sus especialidades gastronómicas. Las más destacadas, el Schnitzel (que para que nos entendamos es parecido a un San Jacobo) o el eisbein (el típico codillo de cerdo que se sirve en Alemania), que se pueden probar o bien en restaurantes o en alguno de los puestos callejeros diseminados por toda la ciudad. Además, en Bremen, abundan las cervecerías al aire libre (hay que pasear y tomar algo sí o sí en la famosa calle Schlachte, a lo largo del río Weser).

En definitiva, Bremen, con su interesante historia, su rica cultura y su bella arquitectura, es un destino que cautiva a viajeros de todas partes. Ya sea explorando sus antiguas calles empedradas, disfrutando de sus numerosos eventos culturales o simplemente paseando junto al río, siempre hay algo que hacer en esta encantadora ciudad hanseática que parece sacada de un cuento.