Llega la noche más larga del año: 5 lugares del mundo donde es un espectáculo visual
La noche del 21 de diciembre es el momento perfecto para mirar al cielo... especialmente en estos cinco lugares
Se acerca el 21 de diciembre y con él el solsticio de invierno en el hemisferio norte. El día con la noche más larga del año o la noche con el día más corto del calendario, como se quiera ver. El momento culminante de la estación otoñal y el pistoletazo de salida para la época invernal en la que, según avancen las semanas, iremos ganando horas de luz solar.
La fecha con el periodo de oscuridad más duradero en una misma jornada puede llevar a algunas personas a sumirse en un estado de desánimo, pero para muchas otras puede significar la prolongación de su intervalo preferido del día.
Tanto para las primeras como para las segundas hemos querido acercar la magia de una serie de lugares del mundo en los que la noche, no solo no es una decepción, sino que es una auténtica bendición…
Las Cataratas Victoria y su arcoíris lunar
Uno de los fenómenos ópticos y meteorológicos más sorprendentes y peculiares de los que podemos admirar en el cielo es el de los arcoíris lunares. Un raro acontecimiento para el que es necesaria la intervención de una intensa luz lunar – normalmente durante la luna llena –, que al entrar en contacto con las gotas en suspensión produce la refracción que hace posible el arcoíris.
Los mejores lugares para observarlos son las cataratas de agua, pero existen pocos lugares en el mundo en los que sean claramente visibles. Las Cataratas Victoria, gracias a la gran nube de humo que se forma tras su espectacular caída, crean las condiciones idóneas para disfrutar de esta maravilla en unas visitas nocturnas que atraen a personas de todo el planeta.
El bosque de Nanacamilpa y sus «duendes de la noche»
El bosque de Nanacamilpa, en el estado mexicano de Tlaxcala, es uno de esos espacios naturales en los que no es fácil discernir la realidad de la fantasía.
Durante el verano, como si fueran pequeños duendecillos que se asoman entre la maleza con sus antorchas, aparecen un sinfín de luciérnagas que nos dejan boquiabiertos con su sinfonía de parpadeos lumínicos bajo la oscuridad de la noche.
Estos coleópteros – escarabajos – utilizan los anillos de su abdomen como método de bioluminiscencia para su cortejo nocturno. Un momento que es aprovechado por los guías, que conducen a los visitantes a través del bosque en busca de los pequeños lampíridos.
Holbox, la reina de la biolumniscencia
No abandonamos México, pero esta vez viajamos hacia tierras caribeñas, concretamente hasta el norte de la península de Yucatán, en aguas ya del golfo de México, donde una pequeña y alargada isla llamada Holbox cuenta con uno de los fenómenos marinos más bellos, solo observable durante la noche y en lugares con poca contaminación lumínica.
El punto más apreciado para verlo se encuentra en Punta Cocos, en el extremo occidental de la isla, donde podremos deslumbrarnos durante todo el año – especialmente desde primavera hasta mediados de otoño – con la fascinante bioluminiscencia provocada por ciertas moléculas de organismos marinos, que con el impacto de las olas sobre la orilla desencadenan una reacción con el oxígeno del agua generando la luz fluorescente.
El efecto al andar por la orilla mientras se crea luz a nuestro paso es algo indescriptible. Por su parte, los guías locales suelen utilizar telas blancas para resaltar aún más la bioluminiscencia ante la cara de asombro de los visitantes.
El Parque Nacional Aoraki, uno de los mejores lugares del mundo para ver las estrellas
El Monte Cook, la montaña más alta de Nueva Zelanda y escenario de algunos de los paisajes más asombrosos de la trilogía fílmica de El Señor de los Anillos, preside todo un espacio natural protegido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Dentro de esta área, el «Aoraki Mackenzie Dark Sky» es una delimitación identificada como reserva internacional, una de las tres únicas reservas de este tipo existentes en el hemisferio sur. Más de 4000 kilómetros cuadrados en los que encontrar todo un universo estelar gracias a varios observatorios, rutas nocturnas de observación al aire libre, un planetario, piscinas de agua caliente abiertas al firmamento y atracciones de todo tipo relacionadas con el cielo nocturno.
Erg Chebbi, una experiencia única en el desierto
Quizás el más popular de la lista al formar parte de una de las experiencias más recurrentes tras la llegada a las puertas del desierto en Merzouga, en la parte oriental de Marruecos, junto a la frontera de Argelia.
En efecto, cuando nos encontramos ante el Sahara, el gran desierto de arena, uno de los mayores anhelos es el de vivir la experiencia de acampar durante la noche con la arena como único tapiz y el cielo como único techo, y para ello Erg Chebbi es sin duda el lugar perfecto. Un conjunto de dunas de hasta 150 metros de altura, único en Marruecos, en el que enamorarse de las tonalidades anaranjadas de las montañas de arena con la puesta de sol para, a continuación, experimentar la oscuridad y el silencio sepulcral del desierto durante la noche.
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