Chipre, la isla del amor y la belleza

Este país mediterráneo, asentado en la encrucijada de tres continentes, es el lugar donde la mitología sitúa el nacimiento de Afrodita

Chipre
Chipre / MindStorm-inc

La magia poética de la Antigüedad sitúa en la isla de Chipre el lugar exacto donde, un buen día, emergió de la espuma Afrodita, la diosa del amor y la belleza. Fue, según los ecos mitológicos, en las rocas de Petra tou Romiou, frente a la costa de Pafos, donde cuenta la leyenda que nació esta divinidad, una de las más veneradas, y que lo hizo ya siendo adulta, con sus formas físicas maduras y listas para ser deseadas por todos los mortales.

Petra tou Romiou

Petra tou Romiou

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Una magia que no sólo ha inspirado la Venus de Botticelli (y la de tantos otros pintores del Renacimiento) sino que además ha convertido el lugar en una suerte de paraje sagrado. Nadie que recala en la isla de Chipre se resiste a contemplarlo al atardecer bajo una luminosidad dramática. Ni tampoco a nadar tres veces alrededor de las piedras, confiando en que las fuerzas milenarias le otorgarán la juventud eterna. Esto es lo que dicen que sucede. Y también (aviso para navegantes) que besarse en este lugar convierte el amor en duradero.

Petra tou Romiou

Petra tou Romiou

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Estar en el Olimpo

Más allá de este gran reclamo, también en esta isla, concretamente en el mismo centro, las casualidades terrenales quisieron que naciera un tesoro de magnitud celestial: el Monte Olimpo, que si bien no es aquella morada de los dioses a la que alude la mitología –no confundir con su homólogo de Grecia-, sí un pico de dimensiones considerables (1.950 metros) que, además de brindar bonitos parajes, permite saltar de la playa a la nieve en apenas un par de horas.

Todo esto acontece en Chipre, un destino poco explorado pese a su exotismo innegable. Una joya aún por pulir emplazada en el extremo oriental del Mediterráneo, entre las costas de Siria y Turquía, allí donde Europa, Asia y África cruzaron sus destinos.

Chipre
Chipre / MindStorm-inc / ISTOCK

Chipre es famosa por su idílico litoral, catalogado entre los más limpios del mundo. Una costa hilvanada de playas de aguas cálidas y transparentes que nada tienen que envidiar a las de otros mares más frecuentados. Desde las que conforman la zona de Agia Napa (Nissi Beach, Konnos Bay, Pantahouse Beach…), la más visitada por losturistas por su ambiente nocturno, hasta las que se ocultan en Pafos (Coral Beach, St. George Beach…) o Limasol (Kourion Beach, Lady Mile Beach…) que es la segunda ciudad de la isla.

Chipre

Agia Napa

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La Suiza chipriota

Pero no sólo de mar vive este lugar. Menos conocidas son las montañas de Troodos, un rincón conocido como la Suiza chipriota y que asoma por encima de las mesetas centrales. Muchos no lo saben, pero recorrerlas, a través de caminos rurales, hasta llegar a su techo, es descubrir el rostro más salvaje de Chipre: bosques con aroma a resina, viñedos, monasterios que albergan obras maestras y tranquilos pueblos de piedra atrapados en un tiempo pasado.

Troodos, Chipre
Troodos, Chipre / Kirillm / ISTOCK

Para descubrir los tesoros del país, hay que partir de Pafos, a la orilla del mar, y emprender esta ruta ascendente. Así se empieza por Petra tou Romiou y se termina por los yacimientos que convierten a esta isla en un museo viviente de la Edad Clásica: los Mosaicos con representaciones mitológicas; y las Tumbas de los Reyes, restos de una necrópolis subterránea con sobrecogedoras vistas al Mare Nostrum.

Pafos, Chipre

Pafos

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Una vez en Troodos, a donde se llega por carreteras sinuosas, el paisaje se mostrará bien distinto al resto del territorio soleado: en esta cordillera donde nieva todo el invierno (hasta los albores de la primavera, las faldas del Monte Olimpo son una estación de esquí) el viajero hallará el fresquito necesario para huir del sopor estival. También aquí, donde se ocultan aldeas adormecidas ajenas al progreso de la costa, las condiciones son óptimas para la vid, el vino dulce de Commandaría, que es uno de os más antiguos del planeta. El propio Ricardo Corazón de León lo calificó como “vino de los reyes y rey de los vinos”.

Troodos, Chipre

Troodos

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