Aventura en Jordania: cinco planes en la naturaleza

Aunque nada puede eclipsar a la joya indiscutible de Petra, el gran secreto de los nabateos, hay en Jordania todo un catálogo de hermosos paisajes que brindan más que la contemplación. Estas son algunas actividades con las que entregarse a la aventura en los territorios que cautivaron a el emperador Adriano, el profeta Moisés y el siempre mítico Lawrence de Arabia.

En 4x4 por Wadi Rum

Explorar en 4x4 las entrañas de este desierto cobrizo, uno de los más hermosos del planeta, puede brindar un momento inolvidable. Porque nada hay más emocionante que contagiarse del silencio, cruzarse con caravanas de camellos y atravesar las dunas de este océano de arena encajado bajo montañas de roca arenisca. Un paisaje, también llamado el Valle de la Luna, que ha sido innumerables veces escenario de películas sobre el espacio, además del legendario film de David Lean.

Quienes precisen más adrenalina, también podrán practicar la escalada: los acantilados de granito, de hasta 1750 metros, ocultan inscripciones de hace más de cinco mil años. Y quienes quieran volar más alto podrán hacerlo a bordo de un globo aerostático para asistir a un atardecer increíble.

Submarinismo en el Mar Rojo

El buceo, diurno y nocturno, es otra de las actividades estrellas. Y es que también Jordania se asoma al mar a través de la ventana del Mar Rojo, famoso por albergar en sus aguas uno de los arrecifes más coloridos del mundo. Más de mil especies de peces, corales, crustáceos y mamíferos se encuentran en el mismo borde de estas aguas que permiten inmersiones durante todo el año.

Pero hay otras muchas opciones intrépidas para ejercitar sobre el Mar Rojo: windsurf, esquí acuático, snorkel, pesca, navegación a vela… o incluso excursiones en un barco con fondo de cristal para los que prefieran mantenerse secos.

Sortear los cañones de Wadi Mujib

Es la reserva natural situada a menor altitud del mundo: nada menos que a a 410 metros por debajo del nivel del mar. Un profundo cañón que se adentra en el Mar Muerto y que permite caminar, escalar e incluso atravesar a nado el laberinto de acantilados y áridas laderas bajo las que se despliegan estanques de agua esmeralda y poderosas cascadas.

Wadi Mujib, que se extiende hasta las montañas de Madaba al norte y de Karak al sur, dibuja un paisaje impresionante de agua y roca que varía su elevación hasta 1.300 metros y en el que hay que sumergirse con chaleco salvavidas para seguir el curso del río a través de estrechas paredes. A lo largo de su corriente, que fluye durante todo el año, existe una biodiversidad apabullante.

Trekking en la Reserva de Dana

Otra reserva natural en la que se pueden emprender múltiples y variadas rutas de excursionismo para empaparse de la quietud silenciosa de las cumbres, dormir bajo las estrellas o seguir las huellas de la flora y la fauna.

En su naturaleza , que va desde las montañas boscosas hasta las dunas de arena, y desde las laderas de roca hasta los valles pedregosos, encontrarás también asentamientos de beduinos que salpican la montaña Rummana, las antiguas ruinas arqueológicas de Feynan, la mágica villa de Dana con su aire intemporal y los acantilados rojos y blancos que conforman el valle.

Flotar el Mar Muerto

Vale que no requiere mucho esfuerzo pero es otra de las oportunidades de Jordania: la de flotar es este más único en el mundo cuyas sales y minerales aúnan las propiedades de un spa con las de un flotarium natural. Por eso, y porque está ubicado a 410 metros bajo el nivel del mar y sus aguas son nueve veces más saladas que las del Mediterráneo, se trata de un lugar especial.

A su paisaje cargado de espiritualidad, en cuyos alrededores se cuentan múltiples yacimientos arqueológicos, se suma el hecho de que sus lodos, con los que habrá que embadurnarse, rejuvenecen la piel (cuentan) nada menos que diez años.