5 lugares desconocidos del centro de Bruselas que debes descubrir

Si ya has tenido la suerte de haber visitado alguna vez la increíble ciudad de Bruselas, seguramente te vengan a la cabeza algunos cuantos ejemplos que podrías recomendar a alguien que la vaya a descubrir por primera vez; ejemplos que se salgan de los típicos puntos turísticos que, aunque imprescindibles, pierden cierto encanto cuando nos vemos rodeados de cientos de turistas mientras los contemplamos; ejemplos que, a pesar de no aparecer en las listas de los más buscados, sean lugares que han sido injustamente relegados a un segundo plano.

No, no hablaremos de la compañera del Manneken Pis, la Jeanneke Pis – olvidada hasta no hace demasiados años y que está volviendo a vivir una segunda juventud -. Ni tampoco del Zinneke Pis – menos conocido que los anteriores pero no menos curioso -. Ni del Delirium Café – una cervecería de Récord Guinnes –, ni de los numerosos y divertidos murales de las calles del centro de la ciudad que hacen honor a la gran cultura del cómic instaurada en Bélgica…

Nos fijaremos, en esta ocasión, en cinco rincones de Bruselas poco frecuentados pero magníficos, que se sitúan dentro del pentágono que delimita el trazado de las antiguas murallas marcando el considerado como «centro» de esta maravillosa ciudad.

La Bellone

Muy cerca de la Iglesia de Sainte-Catherine, en el número 46 de la calle de Flandre, se abre para el público en general uno de los espacios más bellos de la ciudad de Bruselas, la Casa del Espectáculo o, más comúnmente conocida, La Bellone.

Un antiguo monasterio reconvertido en casa aristocrática en el siglo XVII, de la que se conserva la hermosa fachada que da sentido a todo el hermoso conjunto. Un espacio dedicado al arte y la cultura en la actualidad que toma su nombre del busto de Bellone - esposa de Marte, Dios de la guerra - que se encuentra en el frontal de la fachada.

Una extraordinaria obra – que se cree fue obra de Jean Cosyn, el mismo que proyectó la Casa del Rey de España o Maison des Boulangers en la Grand-Place -, abrigada al amparo de un patio acristalado que forma un ambiente único.

La Puerta de Halle

En el mismo vértice del pico del pentágono que marca el centro de Bruselas, situada a espaldas del colosal Palacio de Justicia y dando entrada al castizo barrio de Marolles, la Puerta de Halle se nos muestra como el único vestigio de la segunda muralla de la ciudad.

Originaria del siglo XIV, esta porción de muralla fortificada se levanta hoy en día como un coqueto y esbelto torreón de bella factura. Un precioso ejemplo de las defensas de la ciudad de hace siglos que se ha convertido en un museo dedicado, precisamente, a la historia de dichas murallas así como de Bruselas en su conjunto. Tanto su tamaño como su arquitectura exterior, así como su interesante interior, donde destaca su excelente escalera en espiral, nos invitan a acercarnos hasta este punto del sur de la urbe.

Museo de los instrumentos de música

Bruselas es uno de los mejores lugares del mundo para admirar el original estilo Art Nouveau, puesto que cuenta con numerosos ejemplos arquitectónicos – algunos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO -, especialmente en los barrios periféricos al centro de la ciudad.

Sin embargo, situado en el centro de Bruselas, en la parte alta del Monte de las Artes, nos topamos con los antiguos almacenes Old England, un bellísimo ejemplo de arte modernista que se ha convertido en una de las mejores referencias de este estilo de toda la ciudad y desde cuya azotea, convertida en cafetería, se puede contemplar una espléndida panorámica de la capital belga. En su interior encontraremos el Museo de los Instrumentos de Música, abierto en el año 2000 con una colección de 8000 instrumentos, de los cuales más de una cuarta parte se encuentran expuestos.

Notre Dame du Sablon

Muy cerca del Museo de los Instrumentos de Música, a los pies de la zona donde se concentran la mayor parte de los museos de Bruselas, descubriremos una de las perlas de la ciudad, la iglesia gótica de Notre Dame du Sablon, acompañada en uno de sus flancos por un encantador jardín que aporta un mayor atractivo al paisaje urbano.

Aunque de menor tamaño que la catedral, es una de las iglesias más bonitas de toda Bélgica. En su interior, la luz de las vidrieras crea un ambiente espectacular. El púlpito o varias de sus capillas son dignos de mención. En dos de estas últimas descansan los restos de varios de los miembros de la familia Thurn y Taxis, precursora del servicio postal en Europa.

Casa Dandoy

De vuelta al corazón de Bruselas, en los alrededores de la Grand-Place, la famosa y más antigua galletería de Bruselas se llama Casa Dandoy – cuenta con varias boutiques -. Fundada en 1829 por Jean-Baptiste Dandoy, aún hoy en día se siguen elaborando sus galletas y demás productos – como los gofres, de los pocos hechos de manera artesanal en la ciudad - sin ningún tipo de industrialización.

Amasados a mano y dados forma con planchas de madera, deleitarnos al entrar en esta casa es seguramente una de las experiencias más genuinas que podremos llevar a cabo en Bruselas. Según cuenta la tradición, el rey Leopoldo III mandaba de incógnito a dos personas de su confianza a comprar galletas a este establecimiento, a escondidas de su mujer, la reina consorte Astrid, quien le prohibía comer dulces.