10 lugares que debes conocer para decir que has recorrido Alemania
La riqueza de un país no se encuentra solo en la capital, y para conocer la tierra germana debes haber visitado estos lugares.
Alemania es un tesoro para los amantes de la historia, ya que conserva castillos que parecen sacados de películas de Disney (de hecho, ¡algunos lo son!). Quien disfrute de la naturaleza, se va a enamorar de la tierra germánica. Bueno, en realidad, cualquiera que tenga la suerte de apreciar los paisajes alemanes se va a quedar sin palabras. La arquitectura del país también es una joya única, no solo por ser característica de la zona, sino también porque si paseas por las calles de los pueblos más remotos, sientes que estás dentro de un cuento de hadas.
Además, el país está lleno de cultura, ya que Alemania ha sido la cuna de artistas como el compositor Ludwig van Beethoven, el pintor como Caspar David Friedrich, o el escritor Bertolt Brecht. De esta manera, la tierra de los Pretzels y el Sauerkraut es perfecta para todo tipo de viajero (no nos olvidamos de los fans de la gastronomía, que se pueden poner las botas en las tabernas más auténticas). Si te quieres adentrar en este país lleno de posibilidades, estos son los lugares que debes visitar para conocer bien Alemania.
Berlín
La capital debe estar en esta lista sí o sí. No es la ciudad más bonita de Alemania, lo sabemos, pero es una ciudad especial que cuenta con elementos que hacen de Berlín un imprescindible.
Para empezar, la ciudad es un museo viviente. La puerta de Brandenburgo es un símbolo de Berlín, y también el recuerdo de los años en los que Alemania estuvo dividida. Asimismo, se encuentra justo delante del monumento de memoria histórica a los judíos asesinados en Europa. La ciudad está repleta de museos: desde arte hasta historia pasando por ciencia.
Aquellos a quien les aburra la cultura: ¡no os preocupéis! Berlín es conocida también por sus vibes alternativas. En el barrio Kreuzberg se pueden encontrar todo tipo de restaurantes, bares y tiendas originales. Y por supuesto, en Berlín cada noche hay raves y mucha, mucha fiesta.
Colonia
La tercera ciudad más grande tiene una icónica catedral que impresiona a cualquiera. Aparte de numerosos museos (por ejemplo, el museo del perfume), también se pueden hacer actividades originales como ir en crucero por el río Rin o rutas de arte urbano. Y por supuesto, no se nos puede olvidar probar la Kölsh, la cerveza típica de Colonia.
Bremen
¿Os suenan los músicos de Bremen? Pues el nombre de la historia procede de la ciudad. El pequeño pueblo al norte de Alemania tiene un encanto particular: las coloridas calles, los pequeños cafés escondidos por los rincones, el paseo al lado del río, las casas que acogen tiendas de artesanía… Visitar Bremen es como entrar dentro de una postal.
Berchtesgaden
Este pequeño municipio se encuentra en un valle del sur de Alemania, tocando la frontera austríaca. La naturaleza que envuelve Berchtesgaden es lo que la hace especial, y un lago en medio de las montañas es el protagonista del lugar. En la orilla se encuentran cafeterías y restaurantes para disfrutar de la gastronomía local con unas vistas espectaculares que son difíciles de olvidar. Y por supuesto, las calles, como las de Bremen, son una monada. La diferencia entre los dos municipios es que se encuentran en extremos opuestos del país, así que visitando ambos, se puede descubrir el encanto de las distintas regiones de Alemania.
Beilstein
Este pequeño pueblo se encuentra en el interior del país, y es otro de los lugares que parece que podrían ser el escenario de un cuento de hadas. Las calles y las casas empedradas, y los carteles con tipografía gótica de las tiendas combinan a la perfección con las enredaderas y las flores de colores que decoran Beilstein. El pueblo se encuentra aislado por campos verdes que son una buena oportunidad para una ruta en bicicleta por la naturaleza.
Hamburgo
El principal puerto de Alemania, y la ciudad con más puentes del mundo, cuenta con la torre de la iglesia San Nicolás, que es un verdadero tesoro histórico y arquitectónico. Aunque no es Venecia, ni Ámsterdam, Hamburgo también tiene canales en los que se pueden realizar tours y ver las construcciones como la Filarmónica del Elba, que parece un iceberg en medio del agua o el barrio de Speicherstadt.
Nuremberg
Para conocer Alemania, es imprescindible conocer Baviera, y Nuremberg es el representante perfecto de esta región. La ciudad no es solo bonita por su arquitectura y sus calles, además es el sitio ideal para los “frikis” de la historia. En Nuremberg colisionan diferentes etapas: se pueden encontrar edificaciones de la edad media e imperial alemana hasta recuerdos oscuros de la Segunda Guerra Mundial.
Frankfurt
Podríamos decir que Frankfurt es el Nueva York alemán, porque los rascacielos hacen sentir a sus visitantes diminutos. La sede del Banco Central Europeo no es lo más interesante de la ciudad, ya que también hay arquitectura y mercados tradicionales para visitar. Sin embargo, es curiosa la diferencia entre los altos edificios y las casas de la plaza Römerberg.
Rügen
Para afirmar que has visitado Alemania, no solo debes haber visitado la península. Rügen es una de las islas de la tierra germana, y se sitúa en el mar Báltico. Sus paradisíacas playas son uno de los secretos mejor guardados de los alemanes, quienes suelen veranear en la isla. Aunque existe el estereotipo de que la gente que vive en Rügen es “pija”, nada nos hará cambiar de opinión: la isla es uno de los lugares más bonitos (aunque desconocidos) del país.
Castillo de Neuschwanstein
Como último punto para conocer Alemania al 100%, no solo se deben conocer pueblos y ciudades, ¡también sus castillos! Walt Disney se inspiró en el Castillo de Neuschwanstein para crear el castillo de la Bella Durmiente, y no nos sorprende. La construcción se sitúa sobre una colina con unas vistas alucinantes, y por su forma y color, Neuschwanstein significa “nuevo cisne de piedra”. El castillo es uno de los más visitados del mundo, y además de ver su impresionante exterior, también se puede visitar su interior.
En alemán existe una palabra que no se puede traducir a otros idiomas: Wanderlust. Esta palabra describe el deseo incontrolable por viajar y conocer el mundo. Aunque los alemanes sean los creadores de esta palabra, viajeros de todo el mundo sienten Wanderlust para conocer su país.
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