Todos los paisajes de África

Epigmenio Rodríguez

Casi treinta años de guerra civil (que siguieron a quince de lucha por la independencia) dejaron a Angola destruido físicamente y desgarrado socialmente. Unos pocos años de paz, sin embargo, están empezando a mostrar el extraordinario potencial del país, así como la determinación de los angolanos por desarrollarlo. Al petróleo (ya el mayor productor de África), los diamantes y otros minerales se le unen otros recursos como el territorio (dos veces y media el de España), con grandes posibilidades para la agricultura, la ganadería y la creación de parques naturales, y el agua (son numerosísimos, y caudalosos, los ríos que surcan el país). Y, por supuesto, el potencial turístico. Debe tenerse en cuenta que en Angola se dan todos los paisajes africanos: costa, desierto, sabana, montañas, altiplano, bosque subtropical y selva tropical. Y un clima cercano a la perfección. El desarrollo de los recursos, que requiere una red de comunicaciones cuya construcción o reconstrucción es ya muy visible, no está exento de desafíos. La consolidación de la paz, los avances democráticos (en otoño habrá elecciones, y se espera que la oposición aumente su presencia en el parlamento), la atención a los servicios básicos, la acción decidida contra la desigualdad, o la sensibilidad para un desarrollo sostenible, son retos a los que habrán de hacer frente en los próximos años. De ello dependerá la integración social y el futuro, ahora prometedor, de un pueblo por lo demás orgulloso y con una gran autoestima.

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